La "burbuja" universitaria sigue poniendo en jaque a un sistema sanitario que no es capaz de absorber el número de médicos que salen de nuestras Facultades de Medicina.
Actualmente hay en España 42 Facultades de Medicina (32 públicas y 10 privadas) con esta distribución por Comunidades Autónomas: Madrid con 8 (4 públicas y 4 privadas), Cataluña con 8 (6 públicas y 2 privadas). Comunidad Valenciana con 5 (3 públicas y 2 privadas), Andalucía con 5 (todas públicas), Murcia 2 (una pública y una privada), Castilla y León 2, Castilla y la Mancha 2, Canarias 2, Navarra 1 (privada), Baleares 1, Extremadura 1, Galicia 1, Asturias 1, Cantabria 1, País Vasco 1 y Aragón 1.
Si la tasa idónea de Facultades de Medicina por millón de habitantes es de 0,5 según los estándares de la OMS y la tasa idónea de estudiantes de Medicina es de 1 por cada 10.000 habitantes, significaría alrededor de 23 Facultades de Medicina y 4.650 estudiantes en teoría. Pero la realidad nos dice que tenemos el doble, tanto de Facultades de Medicina (téngase en cuenta que tenemos más que Alemania, este país con el doble de población) como de estudiantes, pues para el curso 2018-19 han sido admitidos 7.042. Y está claro que no faltan médicos (aunque algunos hagan esta proclama como si fuera un mantra y que ha medida que se diga se crea que es verdad), lo que ocurre es que muchos médicos huyen de nuestro país ante las malas condiciones.
En el último examen MIR se presentaron 14.446 personas para un total de 6.513 plazas: con una ratio de 2,22 aspirantes por cada plaza. Y teniendo en cuenta que el MIR no es una salida más, sino prácticamente la única salida, implica que España continúa estrechando el embudo de médicos sin especialidad (y con escaso futuro). Y por ello, ya hace tiempo que la OCDE aconseja disminuir el número de Facultades de Medicina en España, mensaje bien distinto a los ecos sobre la posible aparición de nuevas Facultades de Medicina en nuestro lamentable sistema universitario. Téngase en cuenta que España continúa siendo líder en Facultades de Medicina por habitante, solo superada en el mundo por Corea.
Pero mientras el número de Facultades de Medicina y estudiantes crece, el número de profesores disminuye. Desde la Conferencia Nacional de Decanos y el Consejo Estatal de Estudiantes aseguran que el número de catedráticos, profesores titulares y profesores contratado-doctor sigue bajando. Y también a juicio de los decanos y estudiantes, la principal causa se debe a que, según los criterios de la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación) 2008-2016, la rama de Ciencias de la Salud presenta la tasa más baja de informes favorables de acreditación, lo que no va a permitir la renovación con garantía.
Está claro que ANECA ha fracasado y que los nuevos criterios docentes no funcionan: solo basta leer la prensa, a los sindicatos y, especialmente, a los que sufrimos día a día la incoherencia, la injusticia y la mediocridad a la que los clínicos nos vemos sometidos (respecto a los básicos). Cierto es que en el año 2015 se aprobaron unos nuevos (y polémicos) criterios que se decía que favorecía el perfil de los clínicos, pero no ha sido así. Y basta con revisar los resultados del programa Academia, comparando las cifras de la primera fase del programa (entre 2007 y 2015) y la segunda, tras la reforma de Academia (mediante el Real Decreto 415/2015): un 68% menos de peticiones en el segundo periodo, porque solo lo hacen quienes piensan que tienen alguna opción real de acceder a ella, pero es que además de los presentados los informes favorables son inferiores al 50%.
Y, según esto, en 2017 el número de titulares de Ciencias de la Salud era el más bajo de todas las ramas del sistema universitario (2.949, frente a los 8.385 de Ciencias Sociales y Jurídicas) y lo mismo para el número de catedráticos (1.256 frente a los 2.984 de Ciencias). Además, en las áreas clínicas se van jubilar en 2025 el 55% de los profesores, y esto en las tres comisiones de Ciencias de la Salud que ha realizado ANECA, con 30 áreas de conocimiento: Ciencias Biomédicas (9 áreas), Medicina Clínica y Especialidades Clínicas (13 áreas) y Especialidades Sanitarias (8 áreas).
Combinemos exceso de facultades, exceso de alumnos, falta de profesores y de futuro para estos con ANECA... y tendremos lo que se llama un pan como unas tortas. Un ejemplo paradigmático de mala gestión: lo que le faltaba a la Universidad y a sus estudiantes y profesores para acabar de estropear un ambiente ya nada favorable. Señores responsables de la organización de las Facultades de Medicina y de ANECA: los clínicos ya hace mucho tiempo que nos hemos acostumbrado a vivir sin el afecto de la universidad, pero lo que no tengo tan claro es que la universidad pueda continuar ejecutando el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) sin los clínicos.
Pongan orden... porque sino no habrá concierto. Aviso a navegantes...
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