sábado, 9 de marzo de 2019

Cine y Pediatría (478). “Manny y Lo”, una road movie con luz escarlata


Hace tiempo comentamos en Cine y Pediatría dos entradas sobre pequeños grandes actores en Hollywood o niños prodigio en el séptimo arte, tanto en blanco y negro (Jackie Coogan, Jackie Cooper, Shirley Temple, Freddie Bartholomew, Margaret O´Brien, Mickey Rooney, Johnny Sheffield, Bobby Driscoll, Dean Stockwell, Natalie Wood, Roddy McDowall, Elizabeth Taylor,…) como en color (Ron Howard, Jodie Foster, Tatum O´Neal, Rick Schroeder, Jennyfer Connelly, Christian Bale, Leonardo di Caprio,-Lukas Haas, Elijah Wood, Natalie Portman, Anna Paquin, Kirsten Dunst, Ben Affleck, Michael J. Fox, Ethan Hawke, Shia LaBeouff, Diane Lane, Juliette Lewis, Tobey Macguire, Joaquin Phoenix, Emmy Rossum, Wynona Ryder, Brooke Shields, Scarlett Johanson,…).

Y hoy vamos a hablar de esta última, Scarlett Johanson, una actriz que antes de convertirse en una de las actrices más cotizadas, amén de una sex symbol, en películas como La chica de la perla (Peter Webber, 2003), Match Point (Woody Allen, 2004) o Lucy (Luc Besson, 2014), presentó una infancia y adolescencia como actriz. Debutó con 9 años en Un muchacho llamado Norte (Rob Reiner, 1994), pero fue dando pasos de gigante con El hombre que susurraba a los caballos (Robert Redford, 1998), que la catapultó al éxito, éxito que cimentó en la adolescencia con películas como Ghost World (Terry Zwigoff, 2001) y Lost in translation (Sofia Coppola, 2003).

Pero entre estas obras de infancia hay una que he descubierto por casualidad y en la que Scarlett Johanson realiza a sus 11 años de edad un papel que enamora, tanto por su belleza y candor infantil como por el propio papel que interpreta. Hablamos de la película Manny y Lo (Lisa Krueger, 1996), una obra menor nada despreciable.

Manny es el apodo de Amanda (Scarlett Johansson) y Lo el apodo de Laurel (Aleksa Palladino), dos hermanas de 11 y 16 años, huérfanas de madre, y que huyen de sus respectivas familias adoptivas. De ahí la voz en off de Manny al inicio de la película: “Lo solía decir que hay gente que nace para estar en familia y otra que no. Y no tenías que sentirte mal si eras de las que no…”.

El sueño de Manny es el de tener una familia estable, mientras que el de Lo es el de ser azafata. La aventura en la que se embarcan les obliga a robar alimentos en tiendas, dormir en casas deshabitadas o en el automóvil, y a enfrentarse al inesperado embarazo de Lo, donde Manny le apoya de una manera precozmente razonable. Y así se nos aparecen como una fórmula infanto-juvenil de Thelma y Louise (Ridely Scott, 1991), una road movie con mensaje: “Nos aferrábamos a la regla número 1 de Lo: no te pares y así no te pillan”.

Ante el embarazo que progresa y la próxima llegada del hijo, las dos buscan la manera de salir de esa crisis, así que deciden secuestrar a Elaine (Mary Kay Place), dependienta de una tienda de ropa premamá que asegura saber todo acerca de maternidad. Y las tres conviven en una cabaña que ocupan en medio del bosque, y desde allí comienza una relación triangular muy especial, donde Elaine acaba sintiendo simpatía por sus secuestradoras a las que transmite sus consejos: “La mamá tiene que retener en su vientre al bebé tanto como pueda”, “¿Qué haces fumando si estás embarazada?”, “Nos vamos a quedar y vamos a dar a luz a este bebé”.

Un triángulo muy especial entre dos hermanas y una rehén, donde Manny le pregunta “¿No tienes familia, verdad Elaine”. Y ahí reconoce que no puedo consumar la maternidad, lo que nos hace entender algo más el devenir de esa relación. Y al final una nueva reflexión de Manny, nuestra angelical Scarlett Johanson niña: “¿Alguna vez has soñado con alguien antes de conocerlo en la vida real? Esas cosas pasan de verdad, cosas extrañas e increíbles. Te aseguro que ocurren todo el tiempo”.

Una Scarlett Johanson que no es ajena a Cine y Pediatría, pues además de la película que hoy destacamos, ya estuvo presente en Ghost World (Terry Zwigoff, 2001), reflejo de esas dos adolescentes en busca de un lugar en el mundo fantasma de los adultos, La Isla (Michael Bay, 2005) y su debate sobre la clonación, o en Un lugar para soñar (Cameron Crowe, 2011), una historia de superación. 

Y hoy apreciamos la luz escarlata que nos deja Scarlett Johanson en un filme atractivo visualmente y verdaderamente comprometido con sus personajes como Manny y Lo, una película inteligente, dulce y divertida, lleno de originalidad y de situaciones imprevisibles. Una película que no juzga, sino que nos lanza a la carretera con ellas y nos hace partícipes de su experiencia sin posicionamientos ni juicios. 

1 comentario:

Soreletta Normallin Navarro dijo...

Buenas noches ¿ dónde puedo encontrar está película? ¿ será posible encontrarla en youtube?