Se denomina como remake - anglicismo de adaptación – a aquella película que reproduce más o menos la trama, los personajes, la ambientación y otros detalles de una obra anterior. En Cine y Pediatría hemos hablado ya de algunos remake: hace algún tiempo lo hicimos con Carrie (la original del año 1976 de la mano de Brian de Palma, así como de su remake del año 2013 a cargo de Kimberly Peirce), y recientemente con Déjame entrar (la original del año 2008 dirigida por Tomas Alfredsson y la copia del año 2010, dirigida por Matt Reeves).
Y hoy regresamos con otro remake. El original es una película mexicana, una de las de mayor éxito y taquilla en la historia cinematográfica de aquel país, dirigida en el año 2013 por el también actor Eugenio Derbez y bajo el título de No se aceptan devoluciones. Conocemos a este actor también desde Cine y Pediatría por su interpretación como doctor en la peculiar película Los milagros del cielo (Patricia Riggen, 2016) y que como ésta, estaba repleta de sentimientos, sentimentalismo y valores.
Se nos presenta a Valentín, un tipo mujeriego, soltero y egoísta, quien vive la buena vida en Acapulco hasta que de repente tiene que hacerse cargo de una hija pequeña, Maggie, a la que no conocía y fruto de una aventura ocasional. Decidido a devolverle la niña a su madre, emprende un viaje con ella a Los Ángeles, pero la convivencia con esa hija acaba transformando sus convicciones y forma de ver la vida.
Pero hoy centramos más la atención en la copia. Una película francesa dirigida en el año 2016 por Hugo Célin bajo el título de Mañana empieza todo y que como fórmula de éxito utilizó esta combinación: se unieron los productores de La familia Bélier (Eric Lartigeau, 2014) con el actor Omar Sy, con la estela de su interpretación de inmigrante en la película más taquillera en la historia de Francia, hablamos de Intocable (Olivier Nakache, Eric Toledano, 2011). Y a todo ello se une el añadido del propio cine en francés, cinematografía que consigue que hasta las películas más sencillas puedan llegar a ser buenas películas. Y aquí la trama es similar, si bien nuestro protagonista ahora se llama Samuel, vive en el sur de Francia, tiene que cuidar de su hija Gloria y para buscar a la madre de la pequeña viaja hasta Londres.
Lo cierto es que ambas películas, pese al diferente título y diferentes nombres de los personajes, tienen un mensaje común esencial: que la familia está donde están los que te aman.
Y Mañana empieza todo se inicia con este recuerdo y esta reflexión. Un niño negro se encuentra con su padre en el borde de un acantilado, desde el que tenía que atreverse a saltar al mar: “De niño, mi padre quiso enseñarme que el que tiene miedo a algo, le da a ese miedo un gran poder. Decía que el miedo era un animal que lo puedes amaestrar o matar. Yo no entendía que quería decir. Pero sí entendí que quería que me hiciera un hombre”. Y este niño es Samuel de joven, nuestro protagonista, quien ahora es todo un gigoló, que flirtea con las chicas y con la vida. Y es cuando uno de esos flirteos aparece ante él con su hija de tres meses, Gloria, momento en el que ella huye y le deja a la niña en sus brazos. Y, aunque intenta que la niña regrese con su madre, no la encuentra en su viaje a Londres, allí donde acaba viviendo y donde comienza su profesión como doble en películas de acción.
La relación entre Samuel y Gloria crece a medida que pasa el tiempo y la niña cumple años. Y él, para mantener vivo el contacto con su madre, le escribe cartas en su nombre, bajo el nombre de Kristin Stewar, tal como aparece en su perfil de Facebook, haciéndole creer a la pequeña que su madre es agente secreto en misión por todos los países del mundo… desde hace 8 años, cuando cogió los 20 euros, un taxi y se fue. Porque prefiere contarle que tiene una madre espía, que su madre le abandonó. Pero una enfermedad con poco tiempo de vida… lo cambia todo (o nada).
Y la madre regresa a Londres cuando la niña está a punto de cumplir 9 años, y confirma como el padre la ha cuidado maravillosamente (basta ver la decoración de su casa). Y por ello le dice a Samuel: “Pero gracias a ti, existo para ella”. Entrañable la escena de las tres sombras al entrar en el colegio… Pero la madre tiene ahora otra pareja y surge la típica lucha por la custodia… Y finalmente se solicita la pruebas de paternidad y resulta no ser el padre, lo que convierte a Kristin en una dudosa persona, pese a su aparente fragilidad. En todo este proceso Samuel utiliza la asertividad con su hija: “Tienes tu papá el que te crió, que soy yo. Y tienes el papá que te engendró, que es otro”.
Y llegamos a un final inesperado y a este pensamiento de nuestro padre protagonista que nos hace sentir que ha valido la pena ver esta película: “Hay pruebas más difíciles en la vida que la de saltar de un acantilado a los 9 años. Con Gloria en mi vida, hallé el valor para lanzarme al vacío. Me enseño que el miedo a morir no es nada frente al de no vivir; que 20 euros para un taxi podían darte la felicidad absoluta. No existen la madre ni el padre perfectos. Hacemos lo que podemos, improvisamos. Hoy me basta con mirar a Gloria, con oír su risa, para olvidarme de lo demás. Solo importa el momento presente. Solo importa esa musiquita que no me abandonará. Eso valía le pena. Aunque la vida te reserve un revés, y que los médicos te digan que no hay explicación posible, que así son las cosas, así es la vida, y que un día, Gloria se dormirá para no despertar jamás. Los médicos no se equivocaron… Gloria se fue semanas después de pasar sus mejores momentos en familia. Mi padre me preparó para afrontar mis miedos y mi hija para afrontar la vida. A veces hay caídas que nunca se detienen. Pero yo quise que cada segundo de esta fuera una fiesta. Y hoy, atesoro en mí todos esos segundos con mi hija. Gloria está aquí, a mi lado, por siempre. Y mañana empieza todo…”
Porque quizás algo así es la existencia, esa transición en la que viajamos desde nuestros padres (que nos ayudan a afrontar los miedos) hasta nuestros hijos (que nos enseñan a afrontar la vida). Y en donde en cada momento es posible que mañana empiece todo… y en donde conviene no errar demasiado, por si no se aceptan devoluciones. De momento - y para empezar - os dejamos los trailers de las dos películas, el de la copia francesa y el del original mexicano.
Y hoy regresamos con otro remake. El original es una película mexicana, una de las de mayor éxito y taquilla en la historia cinematográfica de aquel país, dirigida en el año 2013 por el también actor Eugenio Derbez y bajo el título de No se aceptan devoluciones. Conocemos a este actor también desde Cine y Pediatría por su interpretación como doctor en la peculiar película Los milagros del cielo (Patricia Riggen, 2016) y que como ésta, estaba repleta de sentimientos, sentimentalismo y valores.
Se nos presenta a Valentín, un tipo mujeriego, soltero y egoísta, quien vive la buena vida en Acapulco hasta que de repente tiene que hacerse cargo de una hija pequeña, Maggie, a la que no conocía y fruto de una aventura ocasional. Decidido a devolverle la niña a su madre, emprende un viaje con ella a Los Ángeles, pero la convivencia con esa hija acaba transformando sus convicciones y forma de ver la vida.
Pero hoy centramos más la atención en la copia. Una película francesa dirigida en el año 2016 por Hugo Célin bajo el título de Mañana empieza todo y que como fórmula de éxito utilizó esta combinación: se unieron los productores de La familia Bélier (Eric Lartigeau, 2014) con el actor Omar Sy, con la estela de su interpretación de inmigrante en la película más taquillera en la historia de Francia, hablamos de Intocable (Olivier Nakache, Eric Toledano, 2011). Y a todo ello se une el añadido del propio cine en francés, cinematografía que consigue que hasta las películas más sencillas puedan llegar a ser buenas películas. Y aquí la trama es similar, si bien nuestro protagonista ahora se llama Samuel, vive en el sur de Francia, tiene que cuidar de su hija Gloria y para buscar a la madre de la pequeña viaja hasta Londres.
Lo cierto es que ambas películas, pese al diferente título y diferentes nombres de los personajes, tienen un mensaje común esencial: que la familia está donde están los que te aman.
Y Mañana empieza todo se inicia con este recuerdo y esta reflexión. Un niño negro se encuentra con su padre en el borde de un acantilado, desde el que tenía que atreverse a saltar al mar: “De niño, mi padre quiso enseñarme que el que tiene miedo a algo, le da a ese miedo un gran poder. Decía que el miedo era un animal que lo puedes amaestrar o matar. Yo no entendía que quería decir. Pero sí entendí que quería que me hiciera un hombre”. Y este niño es Samuel de joven, nuestro protagonista, quien ahora es todo un gigoló, que flirtea con las chicas y con la vida. Y es cuando uno de esos flirteos aparece ante él con su hija de tres meses, Gloria, momento en el que ella huye y le deja a la niña en sus brazos. Y, aunque intenta que la niña regrese con su madre, no la encuentra en su viaje a Londres, allí donde acaba viviendo y donde comienza su profesión como doble en películas de acción.
La relación entre Samuel y Gloria crece a medida que pasa el tiempo y la niña cumple años. Y él, para mantener vivo el contacto con su madre, le escribe cartas en su nombre, bajo el nombre de Kristin Stewar, tal como aparece en su perfil de Facebook, haciéndole creer a la pequeña que su madre es agente secreto en misión por todos los países del mundo… desde hace 8 años, cuando cogió los 20 euros, un taxi y se fue. Porque prefiere contarle que tiene una madre espía, que su madre le abandonó. Pero una enfermedad con poco tiempo de vida… lo cambia todo (o nada).
Y la madre regresa a Londres cuando la niña está a punto de cumplir 9 años, y confirma como el padre la ha cuidado maravillosamente (basta ver la decoración de su casa). Y por ello le dice a Samuel: “Pero gracias a ti, existo para ella”. Entrañable la escena de las tres sombras al entrar en el colegio… Pero la madre tiene ahora otra pareja y surge la típica lucha por la custodia… Y finalmente se solicita la pruebas de paternidad y resulta no ser el padre, lo que convierte a Kristin en una dudosa persona, pese a su aparente fragilidad. En todo este proceso Samuel utiliza la asertividad con su hija: “Tienes tu papá el que te crió, que soy yo. Y tienes el papá que te engendró, que es otro”.
Y llegamos a un final inesperado y a este pensamiento de nuestro padre protagonista que nos hace sentir que ha valido la pena ver esta película: “Hay pruebas más difíciles en la vida que la de saltar de un acantilado a los 9 años. Con Gloria en mi vida, hallé el valor para lanzarme al vacío. Me enseño que el miedo a morir no es nada frente al de no vivir; que 20 euros para un taxi podían darte la felicidad absoluta. No existen la madre ni el padre perfectos. Hacemos lo que podemos, improvisamos. Hoy me basta con mirar a Gloria, con oír su risa, para olvidarme de lo demás. Solo importa el momento presente. Solo importa esa musiquita que no me abandonará. Eso valía le pena. Aunque la vida te reserve un revés, y que los médicos te digan que no hay explicación posible, que así son las cosas, así es la vida, y que un día, Gloria se dormirá para no despertar jamás. Los médicos no se equivocaron… Gloria se fue semanas después de pasar sus mejores momentos en familia. Mi padre me preparó para afrontar mis miedos y mi hija para afrontar la vida. A veces hay caídas que nunca se detienen. Pero yo quise que cada segundo de esta fuera una fiesta. Y hoy, atesoro en mí todos esos segundos con mi hija. Gloria está aquí, a mi lado, por siempre. Y mañana empieza todo…”
Porque quizás algo así es la existencia, esa transición en la que viajamos desde nuestros padres (que nos ayudan a afrontar los miedos) hasta nuestros hijos (que nos enseñan a afrontar la vida). Y en donde en cada momento es posible que mañana empiece todo… y en donde conviene no errar demasiado, por si no se aceptan devoluciones. De momento - y para empezar - os dejamos los trailers de las dos películas, el de la copia francesa y el del original mexicano.
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