El juego de la asfixia es una actividad de riesgo, observada principalmente entre adolescentes. Se practica individualmente o en grupo y consiste en la autoestrangulación o estrangulación por otra persona con las manos o con un lazo para alcanzar un breve estado de euforia y otros efectos derivados de la hipoxia cerebra. Existen variantes de esta práctica que cursan con hiperventilación y posterior opresión torácica. Estas sensaciones son percibidas como placenteras, lo que propicia su repetición. Es lo que vienen a llamar un "subidón", antes de perder la conciencia.
El juego recibe numerosos nombres, en Estados Unidos es muy conocido como "choking game" y en Francia se le conoce como "jeu du foulard", pero hay muchos otros sinónimos y variantes. Aunque los juegos de asfixia en niños y adolescentes se han producido durante generaciones, es en la última década donde mayor atención se ha puesto en la literatura científica sobre este tema. De hecho, en este blog hablamos de este tema hace siete años, y lo hacíamos con una pregunta: "¿Sabes lo qué es el chocking game...?".
Ante la abundancia de información de esta práctica potencialmente mortal a través de YouTube se ha reportado un aumento de los casos de juego de la asfixia, debido a una falsa "normalización" de la actividad, y de sus consecuencias: dolores de cabeza, cambios de comportamiento, confusión, pérdida de memoria a corto plazo, episodios recurrentes de síncope, crisis epilépticas, hemorragias retinianas, deterioro visual, daños neurológicos, y ocasionalmente la muerte.
Por tanto, el juego de la asfixia es una actividad peligrosa, que provoca lesiones, pero especialmente que puede provocar la muerte de quienes lo practican. De ahí que se abogue por estudiar medidas eficaces para su detección y prevención. Y sobre ello versa una artículo valorado críticamente del último avance de Evidencias en Pediatría, bajo el título de "El peligroso juego de la asfixia: ¿quiénes son los más propensos?", fundamentado en un estudio de la revista Pediatrícs cuyo objetivo es determinar qué factores de riesgo influyen en la participación en el juego de la asfixia en niños y adolescentes.
Aunque os invitamos a leer en toda su extensión el artículo de Evidencias en Pediatría, cabe decir que el estudio transversal se llevó a cabo en 13 escuelas públicas de diferentes regiones de Francia entre 2009 y 2013 con estudiantes de enseñanza secundaria (entre 9 y 16 años), y cuya muestra final la constituyeron 1771 alumnos.
Los resultados principales nos muestran que la prevalencia de participación en el juego de la asfixia en este estudio es 9,7%. El modelo de regresión logística mostró que la participación en el juego de la asfixia estaba asociada significativamente al uso de sustancias, a la presencia de síntomas depresivos y a trastornos de conducta, pero en los análisis ajustados solo se asociaban los síntomas depresivos (ORa 2,18, IC95 1,38 a 3,36) y los trastornos de conducta (ORa 2,33, IC95 1,43 a 3,72). No resultó significativa la asociación a uso de tabaco (ORa: 0,99, IC95: 0,54 a 1,76) ni a uso de marihuana (ORa: 1,78, IC95: 0,71 a 4,68).
Es importante conocer qué perfil de niño o adolescente es el más inclinado a participar en este fatídico juego o reto. Esto nos permite abordar estos temas con franqueza en la entrevista clínica para poder hacer recomendaciones sobre prevención y también para alertar a los padres sobre signos precoces de participación en estos juegos.
Todos contra el juego de la asfixia o "choking game". Y para ello conviene conocerlo y prevenir, para evitarlo.
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