Son ya varias las películas que hemos revisado en Cine y Pediatría que nos hablan de la crianza de los hijos entre Oriente y Occidente, habitualmente niños y adolescentes que viven en países occidentales, pero forman parte de familias orientales. Películas que reflejan distintas visiones de cómo combinar el conflicto de ambas culturas, la tradición de los padres y la integración de los hijos.
De alguna manera de ello nos habla Quiero ser como Beckhan (Gurinder Chada, 2002), Amerrika (Cherien Dabis, 2009), Mi nombre es Khan (Karan Johar, 2010), Lion (Garth Davis, 2016) o El viaje de Nisha (Iram Haq, 2017).
Y hoy recordamos una más, la película Growing Up Smith (Frank Lotito, 2015), la pequeña historia de Smith Bhatnaga (Roni Akurati), un niño indio de diez años y sus avatares en la América de 1979 donde sus padres se encuentran en esa fina línea entre abrazar el modo de vida americano o conservar su tradición de su India natal, lo cual intentan inculcarle a él y a su hermana mayor. Y por ello Smith nos presenta con voz en off estas circunstancias: “Sí, ahora estábamos en América. Pero como podéis ver, mi padre se aferraba a algunas de sus costumbres indias”. Y también nos cuenta, “Yo solo quería ser un buen chico americano”, y es por ello que sus padres le llamaron Smith y que su película favorita fuera Saturday Nigth Fever, por lo que en algún momento el chico aparece parodiando a aquel John Travolta en estilo indio bailando al ritmo de los Bee Gees.
Pero aunque la familia intentaba integrarse a la sociedad norteamericana, celebrando barbacoas con los vecinos o el mismo Halloween, y aunque son vegetarianos e intente probar el pollo frito de Kentuchy Chicked Friend, lo cierto es que mantenían sus tradiciones. Y así ya sus padres habían decidido a esta tierna edad que se casaría con una prima de la India, y que sería médico. Pero eso era una gran contradicción para él porque se siente enamorado de su vecina Amy (Brighton Sharbino) y, además, cuando conoce al padre de ésta, Butch (Jason Lee), inicia una especial amistad con este personaje cazador de ciervos, bebedor de cerveza, mecánico que no puede pagar la hipoteca y que disfruta de montar en su motocicleta, el cowboy que le enseña a cazar y que le gustaría que fuera su padre. Y por ello, al inicio de la película nos recuerda Smith los “dos grandes amores que cambiaron mi vida”.
Y para comprobar este contraste entre Occidente y Oriente, nos sirve la escena de la fiesta de Halloween que quiere celebrar Smith con sus amigos y el deseo de su familia de celebrar el Diwali, ese festival de las luces propio de varias religiones en India (como el hinduismo, el sijismo y el jainismo). Y es así como Smith acaba disfrazado de elefante de cuatro brazos, el dios Ganesh - uno de los dioses más conocidos y adorados del panteón hinduista -, pero le confunden con Dumbo. Diwali frente a Halloween, Oriente frente a Occidente en la educación de nuestro protagonista. Porque aunque Smith solo quiere ser un buen chico estadounidense, ese objetivo parece inalcanzable, ya que sus padres sobreprotectores y tradicionales deciden mantener las tradiciones de la India en la educación de sus hijos.
Y es así que, cuando los padres se percatan de que sus hijos aman demasiado a América y sus libertades, toman medidas. A la hermana mayor le cortan las alas, al conocer que está enamorada de un chico estadounidense y su madre le dice: "¿Qué chico indio apropiado se casaría contigo ahora? ¡Te han disfrutado!". Y con su hijo Smith sienten que está perdiendo rápidamente el interés por convertirse en un joven indio respetable, por lo que le manda de nuevo a India para ser educado por sus abuelos. Y de ahí esa dura frase de los padres a sus hijos: “Nuestro sueños para vosotros han quedado destrozados”.
Y Smith permaneció 19 años en India y él nos recuerda “Mi familia nunca volvió a India para reunirse conmigo” y solo su madre, con el paso de los años, le mandó cartas con un cassette. Acabó siendo médico neurólogo y se casó con su prima, como le dijeron, y se confirmaron las palabras de su padre: “Viviremos el sueño americano en India”. La película no nos muestra nada de ese tiempo, solo un gran lapsus y el regreso a América, al lugar que un día llamó hogar. Y al final, el reencuentro con su familia, con su vieja bici, con sus recuerdos, con su vecino Butch, y con el deseo de volver a ver a Amy, quien le dijera al partir: “Prométeme que no me dejarás hasta que te a vayas a casar con otra chica”.
Y Growing Up Smith nos muestra que el dicho “allí donde fueres haz lo que vieres” no siempre es posible, pues en algunas familias pesan mucho las tradiciones, la religión, la lengua, el pasado no modelado por el presente. Porque los padres de Smith decidieron que creciera identificándose con los valores y las tradiciones de la India y la religión hindú, mientras que Smith amaba la cultura estadounidense en la que crecía feliz.
Y algo así nos muestra nuestro Smith, quien desde su posición de adulto al inicio nos cuenta su historia y al final no juzga, solo muestra. Y nosotros tampoco juzgamos, peo esta película – aunque sea un "coming of age" en tono de comedia – nos debe hacer reflexionar en ello... más en un mundo sometido a continuos movimientos migratorios.
Porque la educación de los hijos nadie dijo que fuera fácil y menos si tenemos que combinar Oriente con Occidente. Y quizás sea aquí donde dos palabras adquieren especial sentido: amor y tolerancia.
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