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miércoles, 22 de enero de 2020

Bibliografía, la hoja de ruta: de Vancouver a Alicante


El cuidado en seleccionar y transcribir la Bibliografía de un artículo científico orienta sobre bastantes aspectos, pero uno esencial es el rigor con el que se ha realizado un estudio. Así, una bibliografía mal seleccionada o mal escrita hace sospechar sobre el rigor científico del mismo. Las referencias o citas bibliográficas constituyen una sección destacada en un trabajo científico, en donde la selección cuidadosa de documentos relevantes, es un elemento que da solidez a exposición teórica del texto, a la vez que constituye una importante fuente de información para el lector. 

Cabe tener algunas orientaciones para un uso correcto y racional de la Bibliografía científica: 
- Se deben incluir los trabajos relevantes consultados y tener en cuenta que es la calidad de las citas el patrón fiable y no la cantidad. Se debe evitar el exceso de referencias bibliográficas: para ello conviene citar los artículos históricamente fundamentales (pocos) y los más recientes y significativos (muy recomendable el incluir artículos de los últimos cinco años y, en especial, de los últimos dos). 
- Como orientación, el número de citas en un Artículo Original debe oscilar entre 20 y 40, en una Nota Clínica entre 10 y 20, en una Carta al Director 10 o menos y en las Revisiones no superar el centenar. Otra forma de calcular el número de citas es plantear unas 25 citas por cada 2.000 palabras de texto. 
- No sólo es importante el número de citas, sino su distribución en el texto, de forma que al menos un 40% deben ir apoyando la Discusión. 
- Deberían referenciarse en la bibliografía sólo aquella que los autores han citado en el texto y en su versión original (por ejemplo, no debe ponerse el título en inglés que aparece en Pubmed cuando sea una publicación en español). Y, aunque el idioma de la ciencia es el inglés (y en revistas extranjeras es donde podemos encontrar la investigación más relevante), no insistiremos bastante en la necesidad de consultar (y citar si procede) trabajos publicados en revistas de nuestro país. 

Existen muchos estilos de citación, pero el más utilizado en ciencia pediátrica es el conocido como estilo VANCOUVER. Para trabajar con estilos de citas bibliográficas lo mejor es utilizar un Gestor de Bibliografías como Refworks, Zotero, EndNote, Reference Manager, y otros similares. Facilitamos una serie de indicaciones para elaborar las referencias bibliográficas basadas en el estilo Vancouver: 
- Las referencias deben numerarse consecutivamente según el orden en que se mencionen por primera vez en el texto. Lo más habitual es que sea con números arábigos en superíndice (con o sin paréntesis). 
- Cuando hay más de una cita, éstas deben separarse mediante comas, pero si fueran correlativas, se menciona la primera y la última separadas por un guión. 
- Cuando en el texto se menciona un autor, el número de la referencia se pone tras el nombre del autor. Si se tratase de un trabajo realizado por más de dos autores, se cita el primero de ellos seguido de la abreviatura “et al” y su número de referencia. 
- Se incluirán sólo aquellas referencias consultadas personalmente por los autores. Citar trabajos a través de opiniones de terceros, puede suponer que se le atribuyan opiniones inexistentes. Y también es frecuente que el trabajo esté mal citado y que contribuyamos a perpetuar errores de citación. 
- Se recomienda no incluir trabajos escritos en idiomas poco frecuentes. Si por alguna circunstancia especial nos vemos obligados a citarlos y su grafía no es latina, se recomienda traducir el título al español o inglés. PubMed realiza una traducción al inglés y los pone entre corchetes. 
- Se recomienda no citar revistas traducidas al español. Es aconsejable recuperar la cita de la versión original, ya que es más fácil localizar una revista original que una versión traducida, además de resultar el documento original más fidedigno. 
- Los documentos que se citen deben ser actuales. Algunas revistas señalan que no debe de tener más de cinco años y preferiblemente que sean de los dos últimos. Recurriríamos a citar documentos que tengan más años, por motivos históricos o si no encontrásemos referencias actualizadas como alternativa. 
- Hay que citar bien todos los documentos, pero especial cuidado con los documentos electrónicos. Y ante la duda, siempre debemos consultar los documentos base, como el de National Library of Medicine o la norma de la International Standards Organization para documentos electrónicos. 
- Los documentos, informes, memorias, protocolos etc. no publicados, se recomienda no incluirlos en la bibliografía, pero puede incluirlos en el texto como "observaciones no publicadas". Su localización, identificación y acceso puede resultar muy difícil. Suelen ser documentos de los que no se realiza depósito legal, por lo tanto no se conservan en bibliotecas o centros de documentación. 
- Las referencias que se realicen de originales aceptados pero aún no publicados se indicará con expresiones del tipo "en prensa" o "próxima publicación"; los autores deberán obtener autorización escrita y tener constancia que su publicación está aceptada. La información sobre manuscritos presentados a una revista, pero no aceptados, deben citarse en el texto como "observaciones no publicadas", previa autorización por escrito del autor. 
- Debe evitarse citar resúmenes de congresos, excepto que sea un motivo muy justificado, porque siempre es preferible acudir a los artículos o documentos completos. Tampoco cite una "comunicación personal", salvo cuando en la misma se facilite información esencial que no se halla disponible en fuentes públicamente accesibles, en estos casos se incluirán entre paréntesis en el texto, el nombre de la persona y la fecha de la comunicación. 
- Con respecto al número de firmantes, que en el caso español se observa una tendencia creciente, se recomienda que los trabajos originales no excedan de seis, lo mismo que en originales breves o notas clínicas. Las cartas al director no excederán de cuatro, mientras que otras secciones, revisiones, artículos especiales etc., se recomienda consultarlo en las Instrucciones para Autores. 
- Los títulos de las revistas deben abreviarse según el estilo que utiliza la National Library of Medicine (NLM). Puede consultarse el Journals Database de PubMed. Para comprobar las abreviatura de revistas españolas, puede consultarse el catálogo C17 (Catálogo colectivo de publicaciones periódicas de las Bibliotecas de Ciencias de la Salud Españolas). En el supuesto de no localizar una abreviatura, puede consultarse “The List of Title Word Abbreviations” de la agencia ISSN. - Una vez finalizada la bibliografía, tiene que asegurarse de la correspondencia de las citas en el texto y el número asignado en la bibliografía. 
- No todas las revistas comprueban la exactitud de las referencias bibliográficas, que en muchas ocasiones contienen errores. Para evitar tales errores, se deben verificar las referencias con los documentos originales. PubMed, en el Single Citation Matcher permite comprobar de una manera sencilla los datos bibliográficos de las revistas indizadas en Medline. 

Por ello, para la formación de nuestros estudiantes de Medicina y residentes de Pediatría, repetimos de forma habitual esta sesión. Porque hay que conocer bien Vancouver: y no digo solo la bella ciudad canadiense, sino las normas de citación. Porque como autores de artículos científicos y como correctores de los mismos cabe plantearse esta cuestión: ¿si algo tan visible como la Bibliografía tiene errores en un artículo, cómo no pensar que los datos crudos del estudio - no visibles - puedan tenerlos también y, por tanto, como mantener la credibilidad sobre el estudio?...

 

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