Rory Feek y Joey Martin Feek es un dúo de música country y bluegrass que fueron descubiertos en 2008 después de completar el programa concurso de CMT “Can You Duet”. Ellos conformaron un matrimonio muy especial en la música y en la vida, Joey + Rory, con tanto éxito en Estados Unidos que llegaron a tener su propio show televisivo. Para Rory era su segundo matrimonio, del que aportaba dos hijas adolescentes; para Joey, 10 años menor, su primer hogar del que nacería su única hija. Esta historia fue llevada al cine en una película documental escrita, filmada y dirigida por el propio Rory Feek, una de las muestras de amor más importantes que se hayan llevado a la gran pantalla, cuando ellos eligieron que menos es más. La película del año 2016 tiene un título original tan significativo como “To Joey, with Love”, y en España se ha conocido como La canción de nuestra vida.
Una película que en 90 minutos nos traslada a un carrusel de emociones basada en una historia real de fe y amor que merecía ser contada. Y que merece ser vista… Comienza con la omnipresente voz en off de Rory: “En enero de 2014 mi esposa Joey y yo decidimos tomar un año sabático. Aunque nuestra carrera musical estaba en su apogeo, sentimos que era el momento oportuno para reducir la velocidad, simplificar. Así que dejamos nuestros sueños en pausa por un tiempo y nos preparamos para el bebé que vendría en pocas semanas. Creíamos que Dios nos daría una gran historia… Y lo hizo”. Y poco después entendemos el origen de esta película y de las imágenes tan reales como la vida misma: “En este tiempo de descanso que decidimos tomarnos, decidí comenzar a escribir un blog y también grabar nuestra vida casi todos los días con una cámara. Algo me decía que necesitaríamos recordar estos momentos, grandes y pequeños, y que un día sería importante”. Y con esta película nos enfrentamos a un buen número de reflexiones sobre la vida, la muerte, la trascendencia y el sentido de la vida. Una película llena de amor donde las canciones del propio dúo ponen el contrapunto perfecto para la emoción. Y os aseguro que hay mucha emoción…
Y detrás de la cámara, como espectadores de esta historia familiar, asistimos al parto domiciliario con matrona de Joey en su granja, aunque una complicación obstétrica hizo que finalmente tuviera que ser trasladada en ambulancia a un hospital. Fue en ese momento cuando les confirmaron que su hija Indiana había nacido con el síndrome de Down. Pero Joey estaba convencida de que Dios les había dado el bebé que Él quería que tuviéramos y también Rory nos dice el día de su cumpleaños: “Tengo 49 años y una bebé recién nacida”.
Y acompañamos a esta pareja autosuficiente que es capaz de cultivar y alimentarse de su propia huerta, criar polluelos, construir un escenario para dar conciertos de Navidad en su granja, hacer el ajuar necesario para el bebé y un sinfín de oficios que ejercen como si fuese lo más habitual. Y es entonces, cuando pocos meses tras el parto, a Joey se le diagnostica cáncer del cuello uterino. Inicialmente la cirugía logró extirparlo, pero meses después reapareció. Ahí comienza el camino de nuevo del cáncer, ahora acompañado de quimioterapia y radioterapia. Y ello mientras vemos crecer a Indiana con el profundo cariño de unos padres que cantan a la vida y rezan a Dios. Porque pese a todas las pruebas que la vida les da, la película es de una luminosidad y optimismo franco, con la música y la fe como bandera.
Durante este periodo de lucha, grabaron juntos un álbum de himnos, donde combinaron su amor a Dios y su amor a la vida. Pese a todo, el cáncer siguió avanzando de forma irreversible. Fue el momento en que Joey decidió volver a casa para disfrutar de los preciosos días que le restaran con la gente que amaba, y sobre todo al lado de su hija Indiana, la luz de su vida, junto a su esposo.
Estos hechos, referidos en el blog de Rory, fue un acontecimiento que conmocionó a sus fans en Estados Unidos, quienes se unieron en oración con manifestaciones en solidaridad hacia Joey cuando ella decidió abandonar la lucha médica para pasar los últimos días con su familia en Alexandria, Indiana (de su estado natal procede el nombre de su hija). Y es allí donde fue ordenando su corazón y su alma, mientras recibía cuidados paliativos en el hogar junto a los suyos.
Y miles de personas, a través del blog de su marido, se maravillaron de las cosas extraordinarias que Joey podía hacer disfrutando de sus últimos días de vida ordinaria. Y logró cantar el feliz cumpleaños por segunda vez a su hija y ver publicado el nuevo CD de himnos de Joey + Rory. Joey falleció en marzo del año 2016 a la edad de 40 años y Rory escribió: “El mayor sueño de mi esposa se hizo realidad hoy… Está en el cielo”.
Y como tributo, Rory Feek nos deja esta película, que es la canción de sus vidas. Una película que Rory dedica a la familia de Joey, a sus padres y hermanos, y a sus tres hijas, las dos de su primer matrimonio y a la pequeña Indiana. Porque pocas veces se podrá ver un legado con tanto amor y tanta fe. Y os animo a descubrir la discografía de este dúo, gran parte de ella en la la B.S.O. de la película, para sentir lo que os digo.
Es La canción de nuestra vida una historia real de fe, esperanza, música y amor a la vida. Porque en este matrimonio de músicos de firme fe cristiana nace una niña con síndrome de Down que siempre es vivido como un regalo, con alegría y vitalidad desbordante que la pequeña siente a cada paso. Después llega el cáncer y los profundos altibajos, pero todo se vivirá alrededor del amor y de la música. Y toda esta historia llega cuando deciden retirarse un año para cuidar el embarazo y dedicarse a la crianza de la hija que iba a llegar, justo cuando estaban en la cúspide del éxito musical: en 2010 ganaron el premio al mejor dúo vocal del año que otorga la Academia de Música Country y, a pesar de la enfermedad terminal de Joey, la pareja obtuvo una nominación al Grammy aquel año por “If I Needed You”.
La canción de nuestra vida mezcla la historia de un matrimonio musical de country y bluegrass, las vivencias con su hija y la fe y las dudas en la batalla frente al cáncer. Y una historia así nos deriva inmediatamente a otra gran película con los mismos ingredientes y que ya tiene un lugar especial en Cine y Pediatría: hablamos de la película belga Alabama Monroe (Felix Van Groeningen, 2012).
La diferencia podremos encontrarla en que Alabama Monroe es una historia de cine donde los personajes no tienen el apoyo de su fe, mientras que en La canción de nuestra vida es una historia real que sus protagonistas quisieron contar al mundo con sencillez, confianza y valentía y sin dejar de mirar al cielo. Un canto a la vida reflejado en el presente y futuro de Indiana,… porque la vida no va de cromosomas, va de amor. Y donde difícilmente podremos olvidar la belleza de Joey Martin Feek, bella por fuera y por dentro, bella en sus canciones y en sus mensajes.
Una película para entender la gran fortuna de cultivar la fe… y su capacidad para transformarlo todo. Y en una película que se ve con gran sentimiento sin molestar a nadie.
Una película para entender la gran fortuna de cultivar la fe… y su capacidad para transformarlo todo. Y en una película que se ve con gran sentimiento sin molestar a nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario