miércoles, 8 de julio de 2020

Aprendiendo de las crisis, con corona o sin corona



Estamos viviendo una pandemia que ha parado el mundo y cuyas consecuencias sanitarias en afectados y muertes está siendo catastrófica, pero cuyas oleadas posteriores y resacas, pueden tener un efecto aún más grave. Y la crisis del coronavirus y la crisis del postcoronavirus debe sacar de nosotros la mejor de las resiliencias para conseguir doblarnos, adaptarnos y no rompernos.

Pero no nos enfrentamos a nada nuevo, si quizás diferente. Porque la historia de la humanidad está repleta de crisis en todas las épocas y de todo tipo, ya sean nucleares (Chernobyl, 1986), militares (Ruanda, 1994), terroristas (World Trade Center, 2001) o financieras (Lehman Brothers, 2008), así como desastres naturales como tsunamis (Sudeste asiático, 2004),  terremotos (Haití, 2010) o epidemias (Ébola, 2014), y así podríamos continuar por las diferentes épocas del pasado.

El problema, como nos recuerda Francisco Alcaide - conferenciante, formador, escritor y coach en liderazgo y motivación -, es que tenemos muy poca memoria histórica. Como se suele decir, «la historia no sirve para nada, pero el que no sabe de historia no sabe de nada». Y Francisco Alcaide, cuyo best seller "Aprendiendo de los mejores", le ha encabezado a ser el único autor español entre los 25 autores más leídos en el mundo en desarrollo personal. Abajo os dejamos el vídeo de presentación a este recomendable libro, porque "las personas verdaderamente inteligentes aprenden de la experiencia de los demás" y cabe trabajar bien nuestros cinco ámbitos: desarrollo personal, espiritualidad, libertad financiera, emprendimiento y liderazgo.

Francisco Alcaide nos regala algunas enseñanzas de esta crisis que bien se podrían aplicar a otras épocas de la historia. Y que me atrevo a compartir por sus potenciales beneficios.

1. CREATIVIDAD. Lo importante no es tener respuestas, sino la capacidad de inventarlas.
Donde hay un problema, hay una solución. No queda otra. La creatividad está incrustada en la naturaleza humana y es infinita. La creatividad se alimenta de curiosidad. En realidad, eso es lo único que hace falta, porque la curiosidad lleva a preguntar, observar, investigar y trastear hasta dar con la tecla. Ya lo decía Albert Einstein: «No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso». Quien busca, siempre encuentra, sólo es cuestión de tiempo hallar una solución.

2. CAMBIO. Si no cambias, es probable que termines allí donde te diriges.
La frustración procede de no aceptar la realidad. Pero si la realidad cambia, uno está obligado a cambiar con ella o se queda atrás. El precio de hacer lo mismo siempre es mayor que el precio del cambio, aunque a corto plazo sea más placentero porque el cambio asusta, duele y lleva tiempo. Lo que evitas se pospone, y habitualmente, con mayor dolor. El éxito consiste en admitir la responsabilidad y luego responsabilizarse. Todo lo demás es una forma segura de seguir con un problema. Todos nos sentimos inclinados a la negación cuando la verdad es demasiado incómoda. La aceptación siempre es una liberación, porque sólo lo que aceptamos lo podemos transformar.

3. REINVENCIÓN. Reinventarse no es cambiar de profesión como quien cambia cromos.
Reinventarse, como todo, es posible, pero no es automático. Reinventarse es un proceso, y como todo proceso, exige constancia y tiempo. Reinventarse exige aprender nuevas competencias, habilidades y actitudes. Reinventarse, como todo lo que merece la pena, lleva esfuerzo, resiliencia y paciencia.

4. ADVERSIDAD. En la vida todos nos movemos por dos fuerzas: inspiración o desesperación.
Es posible que en más del 90% de los casos nos movamos por 'desesperación'. En el ser humano hay una tendencia grande a la inercia, la rutina y lo cómodo. Siempre es más fácil ser cobarde que ser valiente. Por eso, muchas veces la mejor alternativa es no tener alternativas, porque entonces ya sólo queda tirar para delante. Por ello, jamas debemos desaprovechar una buena crisis.

5. PROBLEMAS. La riqueza se logra resolviendo problemas.
Quienes aspiran a conquistar cotas altas no pueden esperar a que la vida sea fácil. Nunca lo es. Problemas, problemas y más problemas. Y curiosamente lo que la mayor parte de la gente no quiere son problemas. Para ello es esencial aprender a mirar la realidad cara a cara. Sólo desde esa postura se puede encontrar una solución. Negar la realidad u ocultar los problemas no los resuelve. Y en todo el proceso es clave mantener la calma y la serenidad para poder pensar con claridad y actuar con eficacia.

6. ACTITUD. La actitud que tomes con la vida es la que la vida tomará contigo.
Las personas de éxito no son infalibles pero sí saben interpretar todo lo que les ocurre de manera positiva. Cómo interpretas, afrontas y reaccionas a todo lo que te sucede, especialmente los momentos difíciles (fracaso, derrota, error, adversidad...), es un buen indicador de tu potencial y va a determinar en buena medida la altura de tu éxito. Porque la vida no es de color de rosa, pero puedes convertir cualquier circunstancia en una fuente de aprendizaje si tienes la actitud correcta. Nuestra actitud es una de las pocas cosas sobre las que tenemos control, así que merece la pena que sea la adecuada. Una actitud es una respuesta, se elige.

7. PENSAR. Pensar es el trabajo más difícil que existe.
Quizás por sea esa la razón por la que hay tan pocas personas que lo practiquen. Las personas que más valor aportan dedican tiempo en sus agendas a pensar y así poder re-ajustar, re-diseñar, re-enfocar, re-estructurar y re-orientar con sentido. Dedicar tiempo a pensar te hace ganar claridad, y con esa claridad es más fácil hacer mejor las cosas. Y el tiempo de confinamiento ha sido un buen momento para ello.

8. GRATITUD. El único estado mental que te permite atraer mejores cosas es la gratitud.
En la vida no siempre todo marcha como a uno le gustaría (y la pandemia ha vuelto el mundo del revés), y ahí es dónde sale a la luz la auténtica naturaleza humana. La gestión de la adversidad y los momentos difíciles, con serenidad o desconcierto e ingratitud, desvelan quiénes somos. Porque una cosa es que algo no sea de nuestro agrado, y otra olvidar todo lo que tenemos a nuestro alcance, que es mucho.
Vivir en España es de auténticos privilegiados. Ningún país es perfecto (como ningún trabajo, pareja, ni nada...) pero basta conocer ciertas realidades internacionales para saber que en España es uno de los países con mejor calidad de vida: infraestructuras, sistema sanitario, comida, playas, temperaturas, carácter y otras muchas cosas más. Con frecuencia somos adictos a la queja. Todos nos podemos quejar de algo. No hay que negar los problemas pero es importante no negar lo bueno que hay en nuestra vida. Cuando alimentas la gratitud, desactivas la negatividad de tu vida. La gratitud es en sí misma una forma de abundancia.

9. AHORRO E INGRESOS PASIVOS. Riqueza no es lo que ganas; riqueza es lo que conservas.
Si ingresas mucho, pero gastas igual (o más endeudándote) tu riqueza es cero (o negativa). El ahorro cumple su función y 'nos salva' cuando aparecen momentos difíciles, y existe precisamente para eso, para solventar esos periodos con soltura. El ahorro es necesario, porque siempre aparecen imprevistos: enfermedades, accidentes, dificultades, falta de cobros, o lo que sea. Como señala Warren Buffett: «No ahorres lo que te queda después de gastar; gasta lo que te quede después de ahorrar». Además, no sólo hay que tener ahorros (que se pueden agotar si hay que tirar de ellos) sino que más inteligente es tener activos que generen ingresos pasivos (que no dependan del trabajo y la presencia física).

Nueve palabras y acciones clave para superar cualquier crisis, con corona(virus) o sin corona: creatividad, cambio, reinvención, adversidad, problemas, actitud, pensamiento, gratitud y ahorro. Porque la solución global a esta crisis merece mucho consenso, pero la solución individual depende de nosotros mismos. Y no habrá una solución global sino ponemos cada uno nuestro grano de arena.


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