Entre el 13 y el 19 de septiembre 2020 se ha celebrado de forma telemática el I Congreso Nacional COVID-19, en el que han participado 55 sociedades Científicas españolas que representan a 171.656 profesionales sanitarios. Con el objetivo de mejorar la gestión de la pandemia en nuestro país, las 55 sociedades científicas participantes en este encuentro desean trasladar a la opinión pública y a las autoridades sanitarias el siguiente manifiesto (se comparte íntegro abajo). Nunca antes había ocurrido un hecho así, con lo que podemos dimensionar la importancia de este hecho y de lo que nos jugamos.
Hace un mes y medio, a principio de agosto, una carta firmada por una veintena de especialistas en Salud Pública y Epidemiología y otros expertos sanitarios publicada en la prestigiosa revista científica The Lancet, solicitaban una auditoría externa a la gestión del Gobierno y de las Comunidades Autónomas, dado los malos resultados sanitarios (y económicos secundarios), que nos sitúan a la cola de Europa y ya a mucha distancia del resto. Nada ha cambiando en este punto, pero algo si ha cambiado en la crisis del coronavirus en nuestro país en este mes y medio: ha ido a peor. Y sin haber comenzado el otoño-invierno, hay zonas de España ya al borde del colapso y donde se han iniciado ya medidas de confinamiento (Madrid a la cabeza), donde la mala gestión y la falta de medios parecen ser la clave (ya parece que el mantra de que los ciudadanos somos la causa ya no les vale y la responsabilidad regresa al mismo punto de la primera oleada, como nunca debió dejar de ser). Y si en la primera oleada la información era continua con muchos miembros del Gobierno (incluida las Fuerzas de Seguridad del Estado, lo que chocaba), ahora han desaparecido y han dejado aún más solo a Fernando Simón, como cabeza de turco.
Pues como se ha hecho oídos sordos a aquella petición, este importante congreso virtual, que durante siete días ha puesto sobre la mesa más de 400 trabajos de investigación publicados, ha desarrollado este MANIFIESTO en el que, en seis páginas, se desarrollan estas 12 medidas para una respuesta a la COVID-19 “coordinada, equitativa y basada en la evidencia científica”.
1. Respuesta sanitaria basada en la evidencia científica y en el interés general.
2. Lealtad política e institucional y aprendizaje continuo.
3. Respuesta rápida.
4. Protocolización nacional de mínimos.
5. Principio de equidad y reserva estratégica nacional de material.
6. Coordinación territorial.
7. Minimización del impacto de la pandemia en la atención a otros procesos.
8. Rechazo a cualquier discriminación.
9. Responsabilidad individual.
10. Frente a la desinformación, sensibilización y educación para la salud.
11. Apuesta por el trabajo multidisciplinar.
12. Planes estratégicos para el desarrollo de la ciencia y la investigación.
Destacar que la voz de la Pediatría también fue oída a través de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) y Asociación Española de Enfermería Pediátrica (AEEP).
La situación es grave. Y se va a poner mucho peor, pudiendo alcanzar dimensiones ni imaginables. La voz de los científicos y técnicos se siguen levantando. Esto ya es mucho más que la crónica de una muerte anunciada… Y por ello surge este Manifiesto a favor de una respuesta coordinada, equitativa y basada en la evidencia para la gestión de la COVID-19 en España: coordinada significa que no se puede decir una cosa por un Ministerio y la contrario una hora después por otro, equitativa significa que cada Comunidad Autónoma no puede hacer de su capa un sayo (una cosa son los matices y otra el desajuste imperante) y basada en la evidencia científica significa poner a los científicos y sanitarios como cabeza visible de cualquier decisión en una crisis sanitaria de este calibre. ¿Oído cocina…?
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