Thug Life es el acrónimo de la frase “The hate you give Little infants fucks everybody” que significa que el odio que transmites a los más pequeños, nos afecta (en realidad, la traducción literal es nos jode) a todos. Esta frase fue dicha por primera vez por el rapero Tupac Shakur, quien forma parte de esta banda de música Thug Life, y que también tenía por integrantes a Stretch, Big Syke, Mopreme Macadoshis y The Rated R. La banda sacó su único LP titulado “Thug Life: Volume 1” en 1994, y cuando Tupac murió en septiembre de 1996, la banda se disolvió.
Pues bien, esta introducción es clave para entender una escena de la interesante película que lleva por título El odio que das (George Tillman Jr., 2018) y que está basada en la novela homónima "The Hate U Give" de Angie Thomas, una joven autora afroamericana cuyo objetivo es sacar a la luz los problemas que enfrentan a muchos afroamericanos en los Estados Unidos y facilitar el entendimiento del movimiento de Black Lives Matter. Y la novela y la película no dejan lugar a concesiones.
La primera escena de la película nos presenta a la familia afroamericana Carter alrededor de la mesa, donde el padre les da esta aleccionadora charla a sus tres hijos (Starr, Seven y Sekani): “Aunque tengamos que aguantar esto, no olvidéis que ser negro es todo un honor. Descendéis de la grandeza. Este es el Programa de los Diez Puntos del Partido Black Panther. Esta es nuestra Carta de Derechos. Quiero que la aprendáis. Porque os haré preguntas, os pondré a prueba… Conoced vuestros derechos, conocen vuestra vida, ¿entendido?”. Esta conversación tiene lugar cuando nuestra protagonista, Starr, tenía entonces 9 años, su hermano Sekani uno y su hermanastro Seven, 10.
Y a continuación la película ya nos traslada a una Starr Carter de 16 años (una fantástica Amandla Stenberg), para quien sus padres son su UPV (“única pareja verdadera”). Y allí reconocemos como su padre regenta una tienda de ultramarinos, si bien antes fuera socio de King, primer esposo de su mujer y el padre de Seven, actual jefe de los King Lords, la banda que controla el barrio a través del narcotráfico. Y ese cambio de vida es patente, pues Starr oscila constantemente entre dos mundos: el barrio pobre de Garden Height, en su mayoría afroamericano, donde vive, y el instituto rico de Williamson, en su mayoría blanco, al que asiste. Y el motivo de ese cambio nos lo expone: “En el instituto (de Garden Height) te asaltan, te colocas, te quedas embarazada o te matan. Ya no estudiamos allí…”. Y cambia de registro como un interruptor, entre la Starr de su barrio y la Starr de su instituto: “A veces pienso que no quiero ser una versión de mí misma”.
Pero este equilibrio incómodo entre esos mundos se hace añicos cuando Starr es testigo de la muerte de su amigo de la infancia, Khalil, a manos de un oficial de policía. Previamente a este hecho ocurre la escena en que oyen rap en el coche y ambos hablan de Tupac Shakur, de la banda Thug Life y del significado de ese acrónimo. Y Khalil le dice: “El odio que dais a los niños, jode a todos. De ahí vienen las siglas. ¿Y qué significa eso? Significa que lo que nos da la sociedad de pequeños vuelve para atormentarnos cuando crecemos y nos volvemos locos”.
Y durante el funeral de Khalil se conoce que no va a haber investigación policial, y una abogada activista proclama: “Es imposible estar desarmado cuando es nuestro color de piel el arma que temen”. Y a partir de ahí surge toda una espiral que hoy reconocemos bajo el hastag #BlackLivesMatter. Y cuando todo se complica, el padre les hace recordar a sus hijos el punto 7 de Programa de los Black Panther: “Queremos que la brutalidad policial cese de inmediato. Al igual que los asesinos de los negros y de los oprimidos. Por todos los medios necesarios”. Y entonces les dice que lean uno de sus tatuajes, el que pone “Las razones para vivir te dan las razones para morir… Así es, tú, tus hermanos, tu madre, sois mis razones para vivir y para morir. Yo os di el poder en vuestros nombres: Seven, perfección; Starr, luz; Khalil, alegría. ¡Usad el poder!”.
Porque en su corta vida, Starr ya ha visto morir a dos personas: de pequeña, a una amiga, y ahora a Khalil. Y la imagen de su hermano pequeño, Sekani, blandiendo un revolver para defender a su familia, le hace reflexionar: “No es el odio que tú das. Es el odio que damos todos. Pero podemos romper ese ciclo”. Y al ritmo de la canción “We Won´t” de Arlissa, Starr nos promete que seguirá adelante para iluminar la oscuridad.
Esa oscuridad que ha acompañado por siglos a los afroamericanos y que tuvo, a mediados del siglo XX, a dos líderes como marca de esa lucha frente a la segregación racial: Martin Luther King y Malcolm X. Ambos luchaban por los derechos civiles de los negros, pero creían en formas distintas de conseguir esa igualdad, la más pacífica frente a la más violenta. Malcolm X fue asesinado en el año 1965 por tres miembros de la Nación del Islam que no estaban de acuerdo con el nuevo rumbo de sus ideas; tres años más tarde, Martin Luther King fue asesinado por un grupo de racistas blancos. Ambos murieron a la misma edad, con 39 años, mientras predicaban los ideales de igualdad y justicia.
Parece que fue mucho más lo que les unió que lo que les separó. Y entre ambas muertes apareció el Partido Pantera Negra (en inglés Black Panther Party), una organización nacionalista negra, socialista y revolucionaria activa en Estados Unidos entre 1966 y 1982 (y que además tuvo un capítulo internacional en Argelia entre 1969 y 1972) y partían de las ideas de autodefensa de Malcolm X. Una organización que el FBI dirigido por J. Edgar Hoover llegó a declarar al partido “la mayor amenaza interna para la seguridad del país”.
Porque Malcolm X fue uno de los principales influyentes de este Partido Pantera Negra. Y la ideología inicial del grupo se articulaba en torno al llamado "Programa de los Diez Puntos", y que forman parte nuclear de nuestra película de hoy, donde los integrantes deberían estar de acuerdo con el siguiente programa, memorizarlo y dedicarse a ponerlo en práctica:
1) Queremos libertad. Queremos el poder para determinar el destino de la comunidad negra.
2) Queremos pleno empleo para nuestro pueblo.
3) Queremos el fin del robo por el capitalista a nuestra comunidad negra.
4) Queremos vivienda decente, adecuada para alojar a los seres humanos.
5) Queremos educación para nuestro pueblo que muestre la verdadera naturaleza de esta decadente sociedad americana. Queremos una educación que nos enseñe nuestra verdadera historia y nuestro papel en la sociedad de hoy.
6) Queremos que todos los negros sean exentos del servicio militar.
7) Queremos un cese inmediato a la brutalidad policial y a los asesinatos de la gente negra.
8) Queremos libertad para todos los hombres negros recluidos en las prisiones federales, estatales y locales.
9) Queremos que toda la gente negra llevada a juicio sea procesada por un jurado compuesto de sus iguales, es decir, gente de su comunidad negra, tal y como viene definido en la Constitución de los Estados Unidos.
10) Queremos tierra, pan, vivienda, educación, ropa, justicia y paz. Y, como nuestro mayor objetivo político, un plebiscito supervisado por Naciones Unidas a celebrar en toda la colonia negra, en el cual solo los sujetos coloniales negros puedan participar, para el propósito de determinar la voluntad del pueblo negro, así como su destino nacional.
Y con este Programa de los Diez Puntos se inicia esta película tan recomendable como es El odio que das, y donde el padre les hace recordar a sus hijos el punto 7, uno de los más sangrantes. Y donde nuestra Starr intenta romper ese círculo del odio, que impregnó su infancia y que impregna su adolescencia. Buena película y buenas reflexiones.
Porque de ahí llegamos al Black Lives Matter, este movimiento internacional originado dentro de la comunidad afroestadounidense y que comenzó en 2013, después de la absolución de George Zimmerman por la muerte del adolescente afroamericano Trayvon Martin a causa de un disparo… algo similar a nuestra historia de hoy.
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