La importancia de construir y mantener una comunicación adecuada con el paciente es innegable para cualquier disciplina médica, no menos en Pediatría donde la edad del paciente y sus padres, tutores y familia son una característica añadida. Dos de las principales funciones clínicas que debe cumplir todo médico ante su paciente son el diagnóstico y el tratamiento, y para cumplirlas de manera satisfactoria cabe incursionar no sólo en el aspecto biológico del individuo, sino también en las dimensiones psicológica y social, lo cual le obliga a internarse en aspectos de elevado contenido afectivo para el paciente por lo que requiere tener un espíritu humanista, gran apertura a las necesidades del paciente y su familia, disposición para trabajar en equipo, así como transmitir experiencias y conocimientos tanto al paciente como a la familia y al equipo de salud.
Uno de los aspectos necesarios del decálogo del Médico del Futuro incluye el aspecto de ser "un médico comunicador y empático". Y a la necesaria Medicina basada en la evidencia asociada a la profesionalidad será preciso conjugar una Medicina basada en la etiqueta, asociada a la cordialidad, empatía, asertividad y respeto que merece una comunicación médico-paciente.
En el archivo adjunto presentamos dos modelos para estructurar y mejorar la comunicación en cuidados de salud:
- El Método Calgary Cambridge para la comunicación médico-paciente, con 6 pasos
- El Método SPIKES para la comunicación de malas noticias, con 6 pasos.
Cabe recordar las HABILIDADES básicas para una entrevista:
- Escucha activa mostrando externamente una actitud interior de escucha
- Reformulación: repetir lo que el interlocutor dice para confirmar que hemos entendido lo que nos quiere decir
- Empatía con el paciente: le comprendemos sin juzgar, nos identificamos con su manera de sentir
- Habilidad en el uso de preguntas abiertas o cerradas, según lo requiera el desarrollo de la entrevista
- Disponibilidad a ser persuadido, hacer ver al otro que sus argumentos pueden convencernos
- Actitud de curiosidad sin enjuiciar, de querer saber abiertamente la opinión del otro
- Manejo habilidoso del silencio para permitir la comunicación bidireccional
- Hacer peticiones claras y concretas que no confundan al otro
- Utilización de mensajes “yo” en los que se pone de manifiesto que son opiniones, juicios o sentimientos personales, que no pretenden ser la realidad absoluta, la verdad
- Poder anticipar consecuencias que puedan ser tenidas en cuenta por nuestro interlocutor a la hora de tomar sus decisiones
- Llevar a cabo acuerdos parciales para que pueda ser la base de un acercamiento en caso de disputa o cuando la comunicación se rompe.
Y tener muy presente el decálogo para la HUMANIZACIÓN de la asistencia sanitaria:
1. Mira al paciente a los ojos, sé receptivo, dale la mano al entrar, al salir, sonríe, preséntate y sé amable. Tú has elegido la profesión, pero él no ha elegido ser paciente.
2. El paciente no es un número, una cama, un diagnóstico ni un adjetivo. Llámale siempre por su nombre, considérale un ser único con sus vivencias, su historia personal, sus creencias, su entorno y circunstancias. Atiéndele como él quiera ser tratado.
3. Siempre que el paciente lo considere adecuado, no excluyas a su familia o acompañantes, facilítales permanecer a su lado, porque le serán de apoyo para afrontar su enfermedad y también aliados terapéuticos.
4. Infórmale sobre el proceso de su enfermedad con un lenguaje comprensible y explícale las opciones terapéuticas. Pregúntale por sus circunstancias y escucha lo que tiene que decir. Asegúrate de que te ha comprendido y resuelve sus dudas.
5. No impongas tus criterios, comprende su voluntad y sus prioridades. Involúcrale en las decisiones y ayúdale a tomarlas con tu conocimiento y experiencia.
6. Respeta su intimidad y la confidencialidad de la información en todos los momentos de la atención sanitaria (con especial atención en los entornos docentes).
7. No juzgues al paciente, acompáñale en su proceso, cuídale y confórtale sin discriminación ni juicios de valor.
8. Organiza las actividades asistenciales teniendo en cuenta las necesidades del paciente. Facilítale el confort necesario para favorecer su bienestar.
9. Sé empático con el sufrimiento y sensible ante las necesidades del paciente y sus familiares y las tuyas propias; cuídate para poder cuidar.
10. Recuerda que un ser humano en situación de vulnerabilidad no pierde su dignidad; cuídala.
Porque mejorar la comunicación en cuidados de salud es un paso esencial para la humanización en salud.
1 comentario:
Excelente,gracias por compartir
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