Cuando apenas estamos disfrutando de unos días o semanas de relativo control de la tercera ola de la pandemia por COVID-19 en España, ya estamos esperando la cuarta ola en breve. Los datos así lo muestran. En Europa, llevamos varias semanas observando cómo los casos han repuntado, lo que hace indicar que tarde o temprano ese incremento puede llegar a nuestro país. Además, la incidencia acumulada a 14 días por 100.000 habitantes se ha estancado en la última semana, estando en torno a 130 todos los días. Esto hace prever que la tendencia a la baja ha finalizado y el próximo cambio en la curva será hacia arriba. Pero hay otro indicador que hace pensar que la cuarta ola está próxima: y es que en 22 provincias españolas los casos han subido en la última semana. Y con la Semana Santa a la vista….
Hace un año, con el inicio de la primavera 2020, nos enfrentamos a uno de los confinamientos más severos del mundo. Hoy, con el inicio de la primavera 2021, se nos plantean las dudas con el devenir de la pandemia ante la marcha de los lentos programas de vacunación y el acelerado camino de las nuevas variantes del coronavirus.
A) Vacunación frente a la COVID-19
Actualmente han recibido las dos dosis de vacuna un 4% del total de la población española, y eso tras más de tres meses de programa de vacunación. Al comienzo de esta estrategia desde el Ministerio de Sanidad se declaró que en el mes de julio un 70% de la población española estaría vacunada, asegurando un porcentaje que permitiera hablar de protección colectiva y quizás salvar el verano, la época clave del turismo y de la economía española. Cuando esta declaración la hizo el Sr. Illa cabía pensar que, en base a su trayectoria de no dar una en el clavo, esto no se iba a cumplir. Pero lo que no pensamos es que estaríamos a años luz de su nula y mal asesorada gestión en sanidad.
Y está claro que el problema principal no son las ganas, sino el desabastecimiento por parte de los laboratorios. Algo que es general, pero que no hace que la política de vacunación sea igual ni por países ni por comunidades autónomas de España. Así, a fecha de 18 de marzo de 2021, Israel se posicionaba como el país con una mayor cobertura de vacunación contra la COVID-19, con más de 111 dosis administradas por cada 100 habitantes; le siguen Emiratos Árabes Unidos y Chile con 70,6 y 42,5 respectivamente. España cuenta con 12,7 dosis por cada 100 personas, aunque con algunas variaciones regionales: por comunidad autónoma, la tasa de vacunación contra el coronavirus alcanza las 17,4 dosis en Asturias, mientas que la de Baleares rondaba las 9,7 dosis.
Y si éramos pocos, va y aparecen las inevitables alarmas de eventos adversos (porque todos los fármacos - y entre ellos las vacunas - van asociadas a eventos adversos, si bien mayoritariamente leves y transitorios). En la última semana nos hemos enfrentado a las noticias alrededor de la vacuna de AstraZeneca: la notificación de casos de trombosis de senos venosos cerebrales, con la particularidad de ir asociadas a una disminución del número de plaquetas en sangre, lo que sugeriría una activación anormal del sistema de la coagulación. El Ministerio de Sanidad y todas las organizaciones sanitarias están informando con absoluto rigor, rapidez y transparencia de los acontecimientos:
- 16 de marzo: Información de interés en relación con los últimos eventos sobre la vacunación frente al SARS-CoV-2 con vacuna AstraZeneca (tanto información para profesionales como para población general)
- 18 de marzo: Conclusiones del Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia europeo (PRAC)
Tras la evaluación de los datos disponibles sobre los casos notificados de tromboembolismo tras la vacunación con la vacuna frente a COVID-19 de AstraZeneca (revisando 7 casos de coagulación intravascular diseminada y 18 de trombosis de senos venosos centrales notificados sobre un total de 20 millones de personas vacunadas en Europa), se han establecido las siguientes conclusiones:
- Los beneficios de vacunarse con esta vacuna, en la situación actual de pandemia, son superiores a sus posibles riesgos.
- La vacuna frente a COVID-19 de AstraZeneca no supone un aumento del riesgo global de efectos trombóticos o formación de coágulos en sangre. No obstante, existe una posibilidad muy baja de que se formen pequeños coágulos en diversos vasos sanguíneos que podría producir la denominada coagulación intravascular diseminada (CID) o bien en algunas venas cerebrales. Los casos notificados hasta ahora son muy reducidos respecto al número de personas vacunadas y se han presentado en personas que habían recibido esta vacuna recientemente (en los 14 días anteriores).
- Los síntomas sobre los que debe de estar alerta y buscar atención médica si se presentan incluyen: dificultad para respirar; dolor en el pecho; hinchazón o dolor en un brazo o una pierna; dolor de cabeza intenso y persistente o que empeora más de 3 días después de la vacunación; visión borrosa o doble; múltiples hematomas pequeños, manchas rojizas o violáceas en la piel.
- No se han identificado problemas con lotes específicos de la vacuna.
Según esto, España seguirá administrando la vacuna contra el coronavirus de AstraZeneca después de la conclusión de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y será a partir del miércoles 24 de marzo.
B) Nuevas variantes de coronavirus
En este momento, hay tres nuevas variantes del virus SARS-CoV-2 que generan preocupación. Estas variantes parecen propagarse con más facilidad y rapidez entre las personas, y provocar más infecciones por el virus de la COVID-19. Estas variantes incluyen:
- Una variante identificada en el Reino Unido. Esta variante de COVID-19 (B.1.1.7) tiene 23 mutaciones. Varias de estas mutaciones están en la proteína S de la espícula que el virus usa para adherirse a la superficie de las células humanas. Esta variante podría asociarse a un aumento en el riesgo de muerte en comparación con otras variantes, pero se necesitan más investigaciones.
- Una variante identificada en Sudáfrica. Esta variante (B.1.351) tiene múltiples mutaciones de la proteína S. No hay pruebas de que esta variante provoque una enfermedad más grave a causa de la COVID-19.
- Una variante identificada en Brasil. Esta variante (P.1) tiene 17 mutaciones, incluidas tres en la proteína S. Algunas pruebas indican que esta variante puede ser menos vulnerable a los anticuerpos generados por una infección por COVID-19 anterior o a una vacuna contra la COVID-19.
- Es posible que se sigan identificando otras variantes, como la descrita en Uganda, Nigeria o California.
Las investigaciones tempranas todavía pendientes de finalización indican que las vacunas contra la COVID-19 de Pfizer-BioNTech y Moderna pueden ofrecer protección contra las variantes identificadas en el Reino Unido y Sudáfrica. Los fabricantes de vacunas también están intentando crear vacunas de refuerzo para mejorar la protección contra las variantes.
La que en estos momentos circula de forma preferente en España es la variante británica. Según una estimación de Sanidad a partir de los resultados de laboratorio, existen grandes diferencias entre regiones y zonas de nuestro país. Entre las comunidades autónomas, destacan Asturias (97%) Cataluña (85%), Cantabria (83%), Navarra (78%), Murcia (77%), País Vasco (77%), Baleares (76%) y Andalucía (62%). En nuestra provincia de Alicante la cifra se sitúa en un 30%, si bien era de un 6% tan solo hace dos meses.
Está claro que identificar las variantes del coronavirus y conocer su genética afecta directamente a la toma de decisiones en Salud Pública. También sirve para que los laboratorios sean capaces de ajustar las vacunas para que respondan mejor a las mutaciones del virus. Ahora España está cerca de secuenciar algo más del 5% de muestras, y si se tienen en cuenta todo lo analizado durante la pandemia, España es el tercer país de la Unión Europea y el noveno del mundo que más contribuye a la secuenciación del virus, según datos del proyecto GISAID. Solo Dinamarca y los Países Bajos superan la aportación de España en el entorno europeo, mientras que el Reino Unido y Estados Unidos lideran el ranking a escala global.
Ahora bien, España no supera el 1 % de muestras secuenciadas en proporción al número acumulado de casos durante la pandemia. Teniendo en cuenta este criterio, nuestro país desciende hasta el duodécimo puesto de la Unión Europea y el 54º del mundo. Por tanto, debemos seguir mejorando.
Y este es el panorama de España ante la inminente cuarta ola: lentitud en los programas de vacunación y celeridad de aparición de las nuevas variantes del coronavirus. Esto no augura un camino prometedor… Así que más vale no bajar la guardia ni un ápice.
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