El conocido como Síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (SIM-PedS en sus siglas en español, MIS-C en sus siglas en inglés) asociado a la infección por SARS-CoV-2 es la forma de manifestación más grave y característica de la enfermedad COVID-19 en la infancia y adolescencia.
He aquí algunos datos básicos para que pueda ser entendida esta entidad de una forma sencilla, no solo para profesionales, sino también para el público en general.
Definición SIM-PedS.
Se han planteado definición con ligeras diferencias entre distintas organizaciones sanitarias (OMS, CDC, etc.), pero de forma simplificada, todas las definiciones comparten 6 características: 1) aparición en la edad pediátrica: en general en niños (<19-21 años); 2) fiebre alta y persistente más de 3 días (aunque en la definición del CDC es suficiente con que dure más de 24 hs); 3) ausencia de un diagnóstico alternativo que explique los síntomas (descartar enfermedades que puedan justificar los síntomas); )4 parámetros de laboratorio con elevación de marcadores de inflamación; 5) afectación multisistémica (de 2 o más órganos o sistemas); 6) relación temporal con el COVID-19 (detección por PCR, serología o exposición).
Aparición.
En
mayo de 2020 se publican los primeros casos en Reino Unido. A partir de ahí se
han sumado la serie de casos publicados en diferentes países. Con ello hemos
aprendido que los casos de SIM-PedS aparecen cuando las cifras de infección por
COVID-19 descienden (unas 3-6 semanas tras el contacto o infección), sugiriendo
una probable disregulación inmunitaria más que un efecto patogénico directo del
virus SARS-CoV-2.
Manifestaciones
clínico-analíticas.
Los
rasgos clínicos y analíticos se solapaban con los observados en entidades como
la enfermedad de Kawasaki (EK), el síndrome del shock tóxico (SST) o el
síndrome de activación macrofágica (SAM).
La
fiebre aparece en la práctica totalidad de los casos, siendo las
manifestaciones gastrointestinales muy prevalentes (dolor abdominal, diarrea
y/o vómitos en la mitad de los casos). Pueden aparecer características similares
a las encontradas en la enfermedad de Kawasaki (exantema, conjuntivitis, labios
agrietados, adenopatía cervical,…), mientras la sintomatología respiratoria
aparece en un porcentaje mucho menor (es más frecuente en las infecciones
COVID). Las manifestaciones de disfunción miocárdica y shock deben vigilarse.
Ahora
bien, el SIM-PedS aparece preferentemente en niños mayores que el Kawasaki
(principalmente a partir de los 5 años), con afectación gastrointestinal
frecuente, mayor prevalencia de miocarditis, trombopenia en vez de
trombocitosis, alteraciones analíticas propias (elevación marcadores de
inflamación – PCR, ferritina, dímero D -, disminución de linfocitos y albúmina,
elevación de marcadores cardíacos) y una
clara relación temporal con el COVID (unas 3-6 semanas tras el contacto o la
infección).
Manejo terapéutico.
No existe un tratamiento específico, por lo que son
claves las medidas de aislamiento y el tratamiento
sintomático: antitérmicos, fluidoterapia, oxigenoterapia, antibioterapia. Según las manifestaciones clínicas, se aplica tratamiento
de soporte respiratorio (oxigenoterapia de alto flujo, ventilación mecánica - no invasiva e invasiva -) y hemodinámico (adrenalina, milrinona,
levosimendán). Puede requerirse también tratamiento
antitrombótico (heparina de bajo peso molecular) y antiagrente (AAS) bajo
determinados criterios.
Respecto al tratamiento
farmacológico utilizado, tiene especial valor la asociación de inmunoblobulinas IV + metilprednisolona IV. En caso de
falta de respuesta se puede contemplar el tratamiento con fármacos
inmunosupresores selectivos: bloqueos de IL-1 (anakinra), anti-TNF
(infliximab), IL-6 (tocilizumab), siempre asesorados con especialistas con
experiencia en estas terapias. Rescpeto al tratamiento
antivírico: no se recomienda hidroxicloroquina (ni su combinación con
azitromicina) y pendiente de valorar papel remdesivir.
Nuestros datos de la
COVID-19 en el Servicio de Pediatría HGUA.
Desde que se realizan sistemáticamente pruebas diagnósticas (a partir de la segunda oleada), los casos pediátricos de COVID-19 (respecto a los adultos) implican:
· Los casos pediátricos son el 13,5% del total de casos de COVID-19 en nuestro Departamento de Salud (actualmente 1556 casos)
Desde el Servicio de Pediatría del Hospital General Universitario de Alicante (HGUA) participamos
en un estudio multicéntrico español liderado por la Asociación Española de
Pediatría (AEP), donde se incluyen los datos de la enfermedad COVID-19 en la
edad pediátrica de 74 hospitales de todas las Comunidades Autónomas.
En este momento hay alrededor de 1000 casos recogidos, cuyos datos se comparten también con la red epidemiológica de la OMS. De este análisis colaborativo con un gran tamaño muestral se están realizando los sucesivos análisis que nos ayudarán a entender el comportamiento epidemiológico, clínico y pronóstico de la COVID-19, en general, y del SIM-PedS, en particular, en nuestra especialidad.
Gracias por el artículo publicado. Como padre de una menor aún estoy esperando un informe científico que avale el uso de mascarillas en menores de 12 años, así como su efectividad ante la COVID-19, y la superación de beneficios/riesgos, sin que hasta el momento ningún organismo público me lo haya hecho llegar. Es una imposición a nuestra hija, así como al resto de menores, desproporcionada, injusta y además sin ninguna justificación científica que lo avale. Con los datos de este artículo y otros muchos más, sigo esperando que la Asociación Española de Pediatría acepte un debate sobre el uso de mascarillas en menores de 12 años en un medio público que he ofrecido en dos ocasiones. En mi opinión responden a unos intereses que nada tienen que ver con el bienestar y el desarrollo del menor en nuestro país.
ResponderEliminar