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sábado, 1 de enero de 2022

Cine y Pediatría (625) La alegre diversidad en “Mi hermano persigue dinosaurios”



Cada vez es más frecuente ver en pantalla personajes con capacidades especiales encarnados por actores y actrices de capacidades especiales, películas que intentan educarnos y concienciarnos sobre el valor de la vida y de las diferentes vidas. Y una de esas capacidades especiales va asociada a la trisomía más conocida y reconocida: la trisomía 21, conocida por todos como síndrome de Down

Y son estas personas ya personajes inolvidables de películas inolvidables en Cine y Pediatría, como El octavo día (Jaco Van Dormael, 1996),  León y Olvido (Xavier Bermúdez, 2004) o La historia de Jan (Bernardo Moll Otto, 2016),  por solo citar algunas muy representativas. Pues a estas películas, en el inicio del año 2022 que comienza, os invito a conocer una película muy especial sobre este tema, con un título tan original como Mi hermano persigue dinosaurios (2019), la opera prima del director Stefano Cipani. 

Esta película italiana es la adaptación de la novela juvenil “Mio fratello rincorre i dinosauri. Storia mia e di Giovanni che ha un cromosoma in più” de Giacomo Mazzariol, publicada en el año 2016 y que ha sido todo un éxito en su país y fuera de este, todo un best seller realizado a sus 19 años de edad. Es una autobiografía ficcionada en la que su joven autor transmuta con palabras su paso de la infancia a la adolescencia y su especial relación con su hermano pequeño con síndrome de Down. Una película que ha sido tildada en ocasiones como la versión italiana de Wonder (Stephen Chbosky, 2017).

Giacomo/Jack es nuestro niño protagonista y tiene cuatro años cuando comienza la historia y conocemos a su familia: sus padres (Alessandro Gassman e Isabella Ragonese), sus dos hermanas mayores, una abuela y una tía peluquera muy enrollada (Rossy de Palma). Una familia que siempre acude al aparcamiento de un gran centro comercial cuando hay algo importante que comunicar. Y así comienza la película, cuando los padres comunican a sus tres hijos que van a tener un hermano. 

Y la película, como reflejo de la novela, utiliza de forma continua la voz en off de su pequeño protagonista, con dos momentos clave: la infancia, marcada por el nacimiento de Giovanni (al que llamarán Gio) y primeros años, y la adolescencia. Y todo comienza así: “Recuerdo el día que nació Jo…”. Y enseguida los padres se enfrentan a la información de la doctora: “Su hijo tiene síndrome de Down… Entiendo que ustedes no se hicieron ningún tipo de pruebas. Lo habrían sabido hace meses. Hubieran podido abortar. La mayoría es lo que hacen”. Y luego la matemática explicación a la pregunta de los padres de lo que puede implicar tener un hijo con síndrome de Down, un claro ejemplo de lo que no se debe hacer: “Es una información que les habría dado hace meses… Retraso mental en el 100% de los casos, anomalías cardíacas en un 45%, defectos refractivos 50%, cataratas 15%, celiaquía 5%, disfunción tiroidea 20%, epilepsia 10%, apnea del sueño 50%, problemas gastrointestinales 15%, problemas auditivos 80%,…”. Cifras que se quedaron grabadas mucho tiempo en el recuerdo de los padres. Y, mientras suena de fondo la canción “Love & Hate” de Michael Kwanuka, los padres miran juntos la incubadora de su hijo. 

Es entonces cuando los padres intentan transmitir la información a sus hijos, con una felicidad impostada, haciendo de tripas, corazón: “Es normalísimo, perfecto y muy guapo. Es que es tan guapo que tiene un cromosoma de más…”. Y su llegada a casa con la descripción de sus hermanos: “Es raro, porque tiene los ojos como los hombres del restaurante chino. Y la nuca plana. ¿Por qué está sacando la lengua? Tiene los dedos del pie pegados como los patos. Es de otro planeta, ¿verdad?”. Y a partir de ahí la cámara enfoca la cara de los padres y sus tres hermanos desde la cuna y comienza toda una sucesión de explicaciones sobre las peculiaridades especialidades que tendrá Gio. Y es entonces cuando Jack comenzó a entender enseguida que su hermano era especial, con superpoderes, un “superDown”: “Gio nos está haciendo señales. Lo hace a través de Dino el Sauro… Y ese era su superpoder, dar vida a las cosas”. 

Y mientras conocidos y vecinos dan a los padres sus condolencias “por tener un hijo enfermo y retrasado”, estos se comportan muy al estilo de La vida es bella (Roberto Benigni, 1997), cargados de encanto, sufriendo en silencio y con alegría, y sembrando desde el comienzo una familia que se mueve en esas mismas dinámicas dejando atrás cualquier atisbo de lástima por la discapacidad de su hijo. 

Y a la vez que Gio crece, Jack descubre la realidad sobre su hermano, lejana a los superpoderes, y entonces comienza a hacerse preguntas: “¿Gio tendrá amigos o una novia? Si no trabaja, ¿de qué vivirá? ¿Y si se muere?”. Y, de aquí, un salto a la adolescencia, donde su percepción cambia radicalmente: “No entendía a Gio, no le soportaba. Para mí era un motivo de vergüenza, algo para lo que siempre estaba buscando una justificación”. 

Y en esta segunda parte de la película, la relación de Jack y Gio se mezcla con la relación de Jack con su amigo Vito y con Arianna, la chica de la que se enamora, y a la que esconde que tiene un hermano con síndrome de Down. Y, de tanto mentir, acabó viviendo una relación clandestina con su hermano. Y en el transcurrir de esta historia, la familia vuelve dos veces más a ese aparcamiento del centro comercial (que descubrimos que es el lugar donde se conocieron los padres por primera vez): a mitad de metraje, cuando Jack descubre que su hermano no tiene superpoderes, y al final cuando los padres piden explicaciones a Jack por su comportamiento. Una segunda parte bastante previsible, donde llega la reconciliación con sus sentimientos y con su hermano, momento en el que se abren un canal de Youtube con el nombre de Dino el Saurio. 

Y finaliza esta película luminosa con las imágenes de nuestro protagonista en la realidad, y con los simpáticos títulos de crédito finales, mientras suena la canción “El cuidado” de Franco Battiato. Una película llena de esperanza, positiva y divertida, que se puede disfrutar a cualquier edad y que debe es útil para recordarnos que la vida no va de cromosomas… Y ese mismo año también se puede recordar la película estadounidense La familia que tú eliges (Tyler Nilson, Michael Schwartz, 2019) donde Zack (Zack Gottsagen) es un joven con síndrome de Down que se escapa de su residencia para perseguir su sueño de convertirse en un luchador profesional, y realiza un particular viaje junto a un delincuente (Shia LaBeouf) y una enfermera (Dakota Johnson). 

Es Mi hermano persigue dinosaurios la historia de una relación especial de dos hermanos, y que transita de la admiración en la infancia de Jack (Francesco Gheghi) por Gio (Lorenzo Sisto), hasta esos sentimientos contradictorios cuando la adolescencia llama a su puerta, junto a la tormenta de cambios que se le vienen encima. Y mucho amor para transformar la vida en una experiencia única. Porque en un año 2021 donde hemos perseguido virus y sombras, a la mejor es hora de comenzar a perseguir dinosaurios en este año 2022…

 

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