miércoles, 29 de junio de 2022

La “farsa” del Mundial de Qatar sobre los derechos humanos frente al Orgullo

 

Ayer, 28 de junio, se ha conmemorado el Día Internacional del Orgullo, fecha que conmemora los disturbios de Stonewall (Nueva York) de 1969 y que marcaron el inicio del movimiento de liberación homosexual… y luego extendido a toda la diversidad sexual, con un juego de siglas que llega de LGBT a LGBTQIA+ y hasta LGBTTTQQIAAPP. Hace unos años, en la conmemoración a las bodas de oro de esta fecha, comentábamos en este blog algunos aspectos lingüísticos alrededor de este día que empezó llamándose Orgullo Gay, pasó luego a Orgullo LGBT y finalmente parece haberse quedado en Orgullo a secas.  

Hoy regresa esta fecha con este título que mezcla diversidad sexual, política y fútbol. Un título paradójico que parte de las supuestas declaraciones de un portavoz del Mundial de Fútbol en Qatar que se ha viralizado en redes sociales y en las que se decía que “quien luzca la bandera LGBTI en la copa del mundo de fútbol será arrestado por siete u 11 años…  Estamos en un país islámico, se debe respetar nuestra religión, creencias y cultura”. Según Maldita.es, web especializada en desmentir información falsa, se recoge que no hay rastro de declaraciones recientes al respecto.  

Sea como sea, cuando el río suena, agua lleva. Porque este Mundial en Qatar lleva la polémica en la mochila desde el inicio, pues todo ha estado rodeado de polémica, desde la muerte de miles de personas migrantes en la construcción de los estadios,  hasta el trato degradante que sufren las mujeres y el colectivo LGTBI en el país, o la vulneración de los derechos de expresión y reunión. Y toda esta información lleva denunciándose desde hace mucho tiempo en Amnistía Internacional. No es nuevo. Y es bien conocido. Otra cosa es que prefiramos mirar para otra lado, quitándonos las briznas de nuestros ojos (hasta quedarnos ciegos) sin hacer caso a la viga ajena (bien contrario al refrán, pero bien real). 

El fútbol ha cometido de nuevo un error, uno más en este deporte sobrevalorado y mimado. Todos recordamos las declaraciones de Xavi Hernández en septiembre de 2019, en plena crisis de España con la comunidad autónoma de Cataluña por aquella declaración unilateral de independencia; este jugador de fútbol, ahora entrenador del F.C. Barcelona (o Barça), pero entonces entrenador en Qatar, dijo: «Qatar no es una democracia, pero funciona mejor que España».  O también su "Muchos tienen una idea sobre la cultura árabe, pero cuando vienes a Qatar es completamente diferente", frase que se entiende mejor con los petrodólares que se metía en el bolsillo, aunque nuevamente Amnistía Internacional le contestó con este artículo titulado “Seis cosas que pasan en Qatar (diga lo que diga Xavi Hernández)” y que conviene leer en toda su extensión.  

El sistema judicial catarí se basa en la sharía o ley islámica, que considera la homosexualidad como falta grave. Y el Código Penal en ese país sigue tipificando las relaciones homosexuales entre hombres como un delito punible con hasta siete años de prisión. Su artículo 296 especificaba los delitos de “conducir, instigar o seducir a un varón de cualquier manera para que cometa sodomía o disipación” e “inducir o seducir a un varón o a una mujer de cualquier manera para que cometa acciones ilegales o inmorales”. 

La homofobia está a la orden del día. Y la sinrazón también, pues estas declaraciones de hace tan solo una semana si son ciertas. Una de ellas proceden de Nasser Al-Khater, presidente del comité de organización del Mundial 2022, quien confirma que «la homosexualidad no está autorizada» en Qatar, pero promete que los aficionados LGTBI tendrán derecho a viajar y ver los partidos, con una condición: «sin muestras de afecto en público». Y también recuerda las penas de hasta siete años por tener sexo fuera del matrimonio con motivo del Mundial de Fútbol.  

Algunos países y algunos clubes ya están tomando cartas en el asunto. La FIFA también debería hacerlo y con ello subsanar el error de elegir este país para un Mundial, y que acogerá muchos países donde los derechos humanos no pueden ser cuestionables. Pero poderoso caballero es don dinero. Parece que los derechos humanos ante ello quedan en segundo plano. Y esta es la farsa de Qatar sobre los derechos humanos en su Mundial de Fútbol. Y ante esta farsa queda el orgullo, el orgullo LGTBI y el de cualquier persona que no comulgue con ruedas de molino… 

Orgullo que es la suma de amor, visibilidad y resiliencia. Ya lo dijo A. Jodorovsky: “Los pájaros que nacen encerrados creen que volar es una enfermedad”

(Nota a pie de página. El dinero qatarí hace años que va a parar a financiar el deporte fuera de sus fronteras. Los casos más paradigmáticos están en el fútbol y concretamente en dos clubes: el PSG, ese equipo-estado cuyo capital principal proviene de Qatar, y el F.C. Barcelona, durante muchos años financiado por Qatar Sport Investment y que lucía en su camiseta la publicidad de Qatar Foundation y más tarde la de Qatar Airways (durante los 6 años de patrocinio le valió al club un total de 177 millones de euros). Y el diario Sport – hoja parroquial del F.C. Barcelona - se presentó en su momento como “el primer diario deportivo de Qatar” tras anunciar la creación de una nueva versión del diario en inglés para ser distribuida en aquel país. Por eso la “farsa” va en comillas…que suena como Farça, tan falso como la Xavineta que prometió este entrenador y que pinchó a medio camino).

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