En nuestra entrada de la semana pasada comenzamos a analizar las adaptaciones cinematográficas de las tres obras infantiles de la autora victoriana de novelas, Frances Eliza Hodgson, y por las que ésta es principalmente recordada en la literatura: “Little Lord Fauntleroy” (1886), “A Little Princess (1905)“ y “The Secret Garden” (1911). Pudimos ya analizar las películas que han basado su guion en la primera novela, y hoy haremos lo mismo con las dos siguientes.
“A Little Princess” nos presenta a Sara Crewe, quien ha vivido hasta los siete años en la India con su padre militar viudo, pero ahora tiene que educarse en un internado en Inglaterra. El cambio no es fácil, pero Sara es una niña muy madura y saca lo mejor de la situación. Tiene una imaginación muy viva, que lo mismo le sirve para entretener a sus compañeras que para salir adelante cuando la directora o las alumnas mayores se burlan de ella. Pero su suerte cambia radicalmente cuando le comunican que su padre ha fallecido en la guerra: en ese momento pasa de ser la alumna más rica del internado a criada del mismo, allí donde soporta el maltrato de la directora, que nunca sintió estima por ella. Ahora solo tiene su imaginación para mantenerse a flote.
Hay tres adaptaciones estadounidenses para la gran pantalla bajo el mismo título original que la novela, así como una serie británica para la televisión de 6 episodios, La princesita (Carol Wiseman, 1986).
La primera adaptación es del año 1917 dirigida por Marshall Neilan, pertenece al cine mudo en blanco y negro: The Little Princess. Un film producido y protagonizado por la máxima figura del cine mudo, Mary Pickford (quien ya vimos que también realizó la primera adaptación de El pequeño lord); si bien, en este caso, representar el papel de la niña Sara Crewe con 24 años de edad fue poco menos que una osadía. En este caso los papeles del capitán Crew fue para Norman Kerry y el de Miss Minchin para Katherine Griffith, dos clásicos del cine de aquella época.
La segunda adaptación es del año 1939, dirigida por Walter Lang, nos adentra en la Edad Dorada de Hollywood: La princesita. Para el papel de Sara Crewe se contó con Shirley Temple, la que fue considerada como la actriz infantil de mayor éxito de la historia del cine por su habilidad como actriz y bailarina, si bien su fama declinó al entrar en la adolescencia. Paseó su fama y rizos infantiles entre la Fox y la Paramount, para llegar a ser en la segunda mitad de la década de los 30 como la estrella más taquillera de Hollywood. Aún hoy sigue siendo la actriz más joven de la historia en conseguir un Óscar, concretamente el ya extinto Premio Juvenil de la Academia: fue la primera en conseguirlo, en el año 1934, y lo hizo con 6 años (luego se entregarían de forma intermitente a Deanna Durbin con 17 años, Mickey Rooney con 18 años, Judy Garland con 17 años, Margaret O´Brien con 8 años, Peggy Anne Garner con 14 años, Claude Jarman Jr. con 12 años, Ivan Jandl con 12 años, Bobby Driscoll con 13 años, Jon Whiteley con 10 años, Vicent Winter con 7 años y Hayley Mills con 14 años, la última en recibirlo en el año 1961). En el plano de los premios Óscar competitivos cabe señalar que solo tres menores lo han conseguido y ha sido en la categoría de Mejor actriz de reparto: Patty Duke tenía 16 años cuando lo recibió por El milagro de Ana Sullivan (Arthur Penn, 1962), Tatum O'Neal tenía 10 años en Luna de papel (Peter Bogdanovich, 1973) y Anna Paquin tenía 11 años en El Piano (Jane Campion, 1993).
En esta adaptación, el capitán Crewe (Ian Hunter) desaparece en la Guerra de los Bóers y es entonces cuando se queda a merced de Miss Minchin (Mary Nash) la directora del internado. Este personaje representa la hipocresía y oportunismo, frente a la bondad innata y capacidad de lucha de la pequeña Sara.
La tercera adaptación, del año 1995, fue dirigida por Alfonso Cuarón: La princesita. Es una adaptación más luminosa, visual y moderna, con la que el director mexicano debuta en Hollywood y que le proporciona fama internacional que cimentará con obras posteriores como Y tu mamá también (2001), Hijos de los hombres (2006), Gravity (2013) o Roma (2018), que incluyó dos Óscar a mejor director por estas dos últimas obras, entre otros galardones. Y para esta nueva versión cinematográfica contó con grandes colaboradores como Emmanuel Lubezki en la fotografía, Patrick Doyle en la dirección musical y Richard LaGravenese como guionista. El resultado fue tal que la mismísima J.K. Rowling propuso a Cuarón para dirigir la tercera entrega de la saga de Harry Potter, Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2004), para muchos la mejor; pues no olvidemos que La princesita es una historia mágica en un internado y la relación era clara.
En esta versión hay algunas variaciones respecto a la previa, pues Sara Crewe (Liesel Matthews) ingresa en el internado dirigida por Miss Minchin (Eleanor Bron) en Nueva York (no en Inglaterra) y su cariñoso padre (Liam Cunningham) es reclamado por el ejército para la Primera Guerra Mundial. Reseñar que la angelical actriz principal, Liesel Mattews hizo una gran interpretación, pero apenas volvió a aparecer en la pantalla, pues en realidad ella es en la vida real más “princesita” que su personaje, ya que actualmente es la rica heredera de los hoteles Hyatt.
Leer y ver La princesita hoy en día seguramente pueda producir sensaciones encontradas. Por un lado está su clasismo o la resignación con la que se espera que las mujeres acepten su destino y esa afirmación de que “todas las mujeres son princesas”, que hoy puede molestar. Pero resta esta historia que llega al corazón, como un cuento de hadas con final feliz. Porque La princesita es un canto a la imaginación, clave para descubrir lo maravilloso que puede ser el mundo.
“The Secret Garden” es quizás la obra más importante de Frances Eliza Hodgson, aunque su reconocimiento llegaría con el tiempo. En un principio la obra se llamó “Mistress Mary”, pero luego se le cambió el nombre y fue una obra publicaba por partes en pequeños folletos, hasta que en 1911 se publicó completa (y muchas de sus ediciones cuentan con preciosas ilustraciones que dan un matiz mágico a cada aventura). La obra hace referencia a la magia de una forma más realista, siendo esta descrita como la determinación que ejerce la naturaleza para poner las cosas en su lugar.
La historia comienza de nuevo en la India, donde la niña de 9 años, Mary Lennox Craven, pierde a sus padres a causa de un brote de cólera, y tiene que trasladarse a una mansión de su tío Archibal Craven en el condado inglés de Yorkshire, un personaje hosco que casi nunca está allí. Sus padres jamás tuvieron tiempo para darle el amor que todo niño necesita, y por esa razón, ella actúa como una tirana egoísta y malcriada. En esta mansión descubrirá un lugar mágico en un jardín abandonado, allí donde comienza su relación con otros dos niños: Colin Craven, su enfermizo e hipocondríaco primo de tiránico comportamiento con sus sirvientes, hijo único cuya madre murió en el embarazo; y Dickon, uno de los hermanos de Martha - la alegre y amable niña criada -, que es un mozo muy vinculado a los animales y la naturaleza. Los tres niños y un pájaro petirrojo rehabilitan ese jardín que, a su vez, les ayudará a construir una especial relación, que cambiará sus destinos para siempre. Y con ello se conforma una historia donde cada uno de los personajes forma parte de una red de efectos positivos sobre los demás, enseñando los valores de la amistad, la importancia de la bondad y el cariño para crecen como mejores personas. La magia de este libro se centra en la evolución de los personajes, anclados a la evolución misma de las estaciones del año.
Hay tres adaptaciones de esta novela para la gran pantalla bajo el mismo título original que la novela, así como dos películas británicas para la televisión (la dirigida por Ala Grint en 1987 y la dirigida por Dave Edwards en 1994, esta última de animación) y una serie de televisión japonesa de 39 episodios, El jardín secreto (Tameo Kohanawa, 1991).
La primera adaptación para la gran pantalla es del año 1949, dirigida por Fred M. Wilcox, película estadounidense que contó para el papel principal de Mary con Margaret O'Brien, otra de las famosas y destacadas actrices infantiles de Hollywood.
La segunda adaptación es del año 1993, dirigida por Agnieszka Holland, película británica que posiblemente es la versión más conocida, donde el papel de Mary fue para Kate Maberly, y en cuyo elenco actoral contó con Maggie Smith, Irène Jacob, John Lynch y Colin Bruce. Cuando los niños descubren el bien que les hace el jardín, nos dicen aquello de “Vendremos aquí mañana y pasado mañana. Y todos los días”. Y ese pensamiento final de Mary, que es un magnífico colofón y mensaje: “Se rompió la maldición. Mi tío aprendió a reír y yo aprendí a llorar. Ahora el Jardín Secreto está siempre abierto, despierto y vivo. Y si miras con atención es que el mundo entero es un jardín”.
La última versión es del año 2020, dirigida por Marc Munden, también británica. Aquí el papel de Mary es para Dixie Egericks, bien secundada por Colin Firth en el papel de su tío, Archibald Craven, y Julie Walters como Miss Medlock.
Y es así como El jardín secreto se convierte en una historia de redención y superación del duelo mediante metáforas en un espacio natural que varía entre lo mágico y lo real y que ofrece refugio a estos dos niños ricos malcriados (Mary y Colin) de la mansión gótica desnuda y de sí mismos. Un libro singular y moderno cuya revalorización con el tiempo tiene todo el sentido, pues contiene ideas más modernas que las dos historias previas infantiles de Frances Hogdson Burnett, novelista a la que hemos descubierto también a través de las numerosas versiones cinematográficas que hemos recordado.