Desde este blog llevamos años exponiendo una cruda realidad en la universidad española: el fracaso de su modelo para incentivar un modelo docente e investigador que pueda competir en la primera liga de las universidades del mundo o que convenza a los propios estudiantes y profesores.
En los diversos rankings de las universidades en el mundo (con el Academic Ranking of World Universities, conocido como ranking de Shanghai, como santo y seña de referencia internacional, a pesar del alboroto y críticas a su debilidad metodológica), año a año se repite que ninguna universidad española se encuentra entre las primeras 150 del mundo, y que entre las 500 mejores analizadas aparecen poco más de una decena. Lo comentamos ya en el año 2010, y lo hemos repetido casi de forma anual hasta el año 2019, donde cansados por este día de la marmota, vemos que todo sigue igual (sino peor, como veremos). Pero más importante que estos rankings sea la poco favorable opinión de nuestros estudiantes universitarios, donde los diferentes informes de los Observatorios del Estudiante encuentran amplio margen de mejora en la calidad docente, las instalaciones e infraestructuras y, especialmente, en las prácticas y empleabilidad.
Pues si esta es la poco halagüeña situación de la universidad, las cosas empeoran en el caso de las Facultades de Medicina. Y que ahora se reactiva con la publicación, difusión y revuelo del documento “Consideraciones de la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina Españolas (CNDFME) sobre la propuesta de los Ministerios de Universidades y de Sanidad de incrementar las plazas de nuevo ingreso de estudiantes del Grado en Medicina en un 15%” emitido el 22 de octubre de 2022. Y que han pretendido darle un amplio eco en prensa y radio. Pero, ¡a buenas horas, mangas verdes!...
Compartimos el documento debajo, y que incluye los siguientes puntos argumentales:
- Porqué en España no faltan médicos sino especialistas.
- Porqué no es una decisión acertada aumentar las plazas de acceso al Grado de Medicina.
- Propuestas de mejora.
En el documento se matiza que en España no faltan médicos, sino especialistas (que se concretan en especialidades como Medicina Familiar y Comunitaria, Anestesiología y Reanimación, Geriatría, Psiquiatría, Pediatría y Radiodiagnóstico) y recuerda que España es el sexto país del mundo en número de médicos (datos de la OCDE) y el segundo con más facultades por población (solo superado por Corea del Norte).
También se revisa que, respecto a la oferta formativa, en España se ha incrementado el número de estudiantes egresados con el título de Graduado en Medicina en un 167% desde el año 2005-2006, cuando salieron de las aulas 4.343 estudiantes en comparación con los 7.264 del año 2020-2021. Del mismo modo, se ha incrementado un 164% el número de facultades que ofertan el Grado en Medicina en la última década, desde 28 hasta las 46 facultades actuales. Esto equivale a unos 14,5 graduados por 100.000 habitantes, cifra que se encuentra por encima del promedio de la OCDE (13,1) y de países del entorno como Italia (13,3), Reino Unido (12,9), Alemania (12,0) y Francia (9,5).
Sin embargo, este incremento de facultades se ha llevado a cabo sin el consecuente aumento del profesorado. Y peor que eso, sin acreditación para que las facultades y los hospitales universitarios puedan tener un adecuado número de catedráticos y titulares, así como de asociados. Y también a juicio de los decanos y estudiantes, la principal causa se debe a que, según los criterios de la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación) 2008-2016, la rama de Ciencias de la Salud presenta la tasa más baja de informes favorables de acreditación, lo que no va a permitir la renovación con garantía. ANECA es un fracaso en Medicina y sus criterios docentes no funcionan, y no llegan los prometidos perfiles más clínicos para intentar solventar este problema… grave problema. Pues ahora no es solo que en Medicina no estén satisfechos los alumnos por la falta de profesorado (y, especialmente, buenas prácticas), sino que ANECA no estimula y apoya a este profesorado, profesorado muy desestimulado ante tanta incoherencia y mediocridad.
En el año 2019, en la era prepandémica, ya lo dijimos en este blog que eran múltiples las razones para justificar que no son necesarias más Facultades de Medicina en España, subrayábamos las más importantes en los siguientes puntos:
- En nuestro país no hacen falta más estudiantes de Medicina.
- El número de facultades de Medicina debe responder a necesidades demográficas reales y fundadas. Las universidades y autoridades políticas deben actuar con responsabilidad.
- Saturación de estudiantes en hospitales y centros de salud.
- Déficit existente de profesorado.
- Es un despilfarro económico y no es una prioridad educativa ni sanitaria.
Y ahora, en el año 2022 todo sigue igual (o peor). Por ejemplo, en Alicante hay una Facultad de Medicina en la Universidad Miguel Hernández (UMH), facultad con deficiencias que deben mejorar y con departamentos desestructurados (y conozco bien el de Pediatría para dar esta afirmación con hechos y datos). En lugar de apoyar a esta universidad, se piensa que la solución es crear otra Facultad de Medicina en la vecina Universidad de Alicante (UA). Pero ojo, no olvidar que hasta finales de 1996 no existía la UMH y la Facultad de Medicina estaba en la UA.
No sé si todo lo anterior justifica el titular de este post, porque la crónica de una sinrazón anunciada puede aún empeorar. Combinemos exceso de facultades, exceso de alumnos, falta de profesores y de futuro para éstos con ANECA... y tendremos lo que se llama un pan como unas tortas. Señores responsables de la organización de las Facultades de Medicina y de ANECA, sepan que los clínicos ya hace mucho tiempo que nos hemos acostumbrado a vivir sin el afecto y respeto de la universidad, pero lo que no tengo tan claro es que la universidad pueda continuar ejecutando el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) sin los clínicos.
Y una cosa más (y no soy adivino): gracias a todo esta (des)organización, en el próximo Academic Ranking of World Universities la universidad seguirá igual de mal... o peor. Sigan desestimulando a alumnos y profesores y todo es susceptible de empeorar. Y esto lo escribe un profesor universitario que, pese a la continua sinrazón de la universidad sigue con tesón al pie del cañón docente como hace varias décadas en favor de los alumnos, de los que acabo de recibir la calificación de excelencia en el último cuatrimestre. Y como yo, centenares de profesores que no se merecen un caos así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario