Con el auge del desarrollo tecnológico de los últimos años, cada vez más gente apuesta por el ocio digital para entretenerse. Un proceso que no ha hecho más que crecer a partir de la pandemia de la COVID-19 y el impulso que ha dado a la transformación digital. Baste recordar que hoy en día el videojuego factura más que la música y el cine juntos, y esta tendencia es previa a la pandemia, tal como constaban en los datos de facturación de 1.479 millones de euros para los videojuegos, por delante del cine (624 millones de euros) y la música (817 millones de euros).
Actualmente España, en el décimo puesto entre los principales mercados del videojuego (por delante, y en primer lugar, China, seguido de Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Alemania, Reino Unidos, Francia, Canadá e Italia). Dedicamos de media 8 horas a la semana a jugar en España, y la mayoría de jugadores son jóvenes, tendencia similar a la de otros países europeos. Dentro de los grupos de edad, los adolescentes son los que más juegan a videojuegos, con un 78% de penetración en el sector de entre 11 y 14 años, seguido de los niños entre 6 y 10 años (76% de penetración) y los jóvenes y adultos de entre 15 y 24 años (74% de penetración), si bien los adultos de entre 45 a 64 años son los que menos juegan (32% de penetración). Y jugamos más en consola y smartphones, sobre todo a juegos de acción y deportivos; y aunque pudiéramos pensar que el público masculino es mayoritario, realmente no es así y las mujeres alcanzan el 48% del consumo, frente al 52% de hombres.
Que si “loot boxes”, que si “skins”, que si “battle pass”. El lenguaje y la terminología que emplean los videojuegos puede ser un poco desconcertante si no estás metido en este mundo. A la vez que la industria del mundo del videojuego va creciendo, también va cambiando la forma en la que las compañías deciden monetizar sus productos. Por ello, es importante saber si un videojuego incluye esta posibilidad, especialmente si van a jugar menores de edad.
Para ello hay varias maneras. La principal es fijarnos en el código PEGI (Pan European Game Information), que no sólo tiene una clasificación recomendada por edades, sino que también señala si un videojuego incluye compras a través de un símbolo. Este código lo podemos encontrar tanto en las cajas, si compramos el juego en físico, como en las tiendas virtuales, como la Play Store, la App Store, o las propias de cada videoconsola.
Sin embargo, esta indicación es muy general y no detalla en concreto qué compras permite cada videojuego. Estas son las principales compras que se realizan dentro de un videojuego, en base a su modelo económico:
- Compra única o “one-time purchase”: son pagos que se efectúan sólo una vez (es decir, no se renuevan ni suponen un servicio de suscripción), en los que compras un determinado contenido que es propiedad del jugador para siempre.
- Pagos por mejoras temporales: suelen ser pagos por una bonificación que permite avanzar en el juego durante una ventana en el tiempo, como multiplicadores de experiencia o vidas extra.
- Pago por pases de temporada: es un modelo híbrido. A través de un pago se gana acceso, por tiempo limitado, a la posibilidad de desbloquear bonificaciones temporales y elementos cosméticos permanentes según la progresión del jugador. Es decir, el jugador cumple una serie de retos y, cuando se acaba esa “temporada” (periodo de tiempo que dicte el juego, generalmente de un par de meses), se queda con los elementos que ha ido desbloqueando, pero tendrá que volver a pagar si quiere repetir la operación en la siguiente temporada. Es el modelo que emplean juegos como Fortnite.
- Pago por servicios de suscripción: al igual que Netflix o HBO, empresas como Microsoft o Sony permiten un servicio de suscripción que permite jugar a los juegos de su plataforma mientras esté activa. Se suelen renovar automáticamente.
- “Loot boxes” o cajas botín: se paga por un sobre o un cofre “sorpresa”, del cual el jugador desconoce su contenido, que es aleatorio. Es un tipo de micropagos que en algunos países está prohibido por su relación con la ludopatía; su regulación se está estudiando en España.
¿Cómo se paga en un videojuego y cómo se puede controlar el gasto?
Este tipo de compras normalmente no se obtienen a través de pago directo, sino a través de las propias divisas de cada juego. Por ejemplo, Fortnite permite adquirir su propia moneda, los PaVos, a cambio de dinero real (por 7,99€ podremos comprar 1000 PaVos, y por 950 PaVos podremos acceder a su pase de batalla). La saga deportiva FIFA también posee un sistema similar, en el que a través de FIFA Points los jugadores pueden adquirir sobres aleatorios con jugadores o participar en desafíos para desbloquear contenido del juego.
Hay diferentes maneras de comprar estas divisas, y también mantener el control de lo que los más pequeños pueden o no gastar. La manera más directa es comprar tarjetas físicas de prepago en tiendas especializadas, que posteriormente pueden ser canjeadas en las tiendas virtuales. Las principales tiendas virtuales como las de Nintendo, Playstation, Microsoft o Steam venden estas tarjetas, y algunos videojuegos como Fortnite también ofrecen esta posibilidad. La otra opción es vincular nuestra tarjeta de crédito con la cuenta de la tienda virtual. Aunque es una opción que permite hacer compras de manera mucho más rápida, corremos el riesgo de que se puedan hacer compras sin control, algo especialmente peligroso para los más pequeños de la casa.
Aunque plataformas como Epic Games han instaurado mecanismos como un límite diario de 100 dólares para las cuentas que se identifiquen como menores de 13 de años,
son las herramientas de control parental que podemos revisar en este enlace, las que nos van a permitir restringir estas compras y controlar los gastos en las tiendas virtuales. Estas funciones no sólo pueden limitar el tiempo que nuestro hijo pasa delante de la pantalla, sino establecer mecanismos de control y doble verificación para las compras. Estas plataformas también ofrecen apartados de preguntas y respuestas con consejos para padres; también hay soluciones para móviles, como Family Link en dispositivos Android, y otras opciones para limitar las compras en productos de Apple.
Pero el mundo de los videojuegos tampoco se libra de los fraudes y estafas online. Internet Segura For Kids (is4K) recoge una serie de consejos para poder disfrutar de los videojuegos sin correr riesgos:
- Configura los controles parentales de los videojuegos: las principales plataformas de videojuegos permiten regular los gastos que hacen los menores en los videojuegos, para que sea necesaria la autorización de un adulto para hacer compras.
- Evita el acceso a los menores de tarjetas bancarias y pagos online: para ello se pueden eliminar los perfiles de facturación o los métodos de pago en las aplicaciones que utilizan habitualmente. Las tarjetas prepago pueden ser una alternativa para comprar de forma segura.
- Revisa las condiciones y términos de servicio de las plataformas de los videojuegos.
- Utiliza páginas y plataformas oficiales para cualquier compra relacionada con videojuegos: no hagas clic en páginas de terceros, y tampoco te fíes de las webs que emplean la imagen de estas compañías, ya que la suplantación de identidad es una práctica común en otros timos de los que hemos advertido.
- Regula el tiempo de juego de tus hijos, o comparte tiempo con ellos: Internet Segura For Kids tiene a su disposición una serie de recursos para la mediación parental, como el pacto familiar para el buen uso de las videoconsolas o los pases de batalla a una partida segura.
Agradecemos al equipo de Maldita.es esta interesante (y necesaria) información. Y que deben conocer los padres, tutores, educadores… y es posible que también los pediatras.