La simulación clínica, entendida como la participación en una simulación en un entorno de seguridad psicológica, seguida de una retroalimentación efectiva, en base unos objetivos derivados de una evaluación de necesidades adecuada y realizada en el área de trabajo habitual, es capaz de mejorar la competencias técnicas y no técnicas de los profesionales sanitarios.
Y un entorno donde estas competencias deben estar continuamente vivas y actualizadas es el de los servicios de emergencias, en nuestro caso las Urgencias de Pediatría.
La revista Emergencias Pediátricas, que acaba de cumplir su primer año, nos regala varios artículos de interés, pero uno que revisa este tema de la simulación en los servicios de Emergencias en profundidad. Os dejo el enlace a este número de la revista, en donde podéis encontrar este interesante artículo. Un artículo donde se revisan estos aspectos:
- La simulación clínica permite crear un escenario que replica un entorno real. - La simulación clínica tiene en cuenta cómo aprendemos los adultos (andragogia) y permite abarcar las tres dimensiones del aprendizaje: el cognitivo (que se refiere a las habilidades mentales o conocimiento), el psicomotor (que se refiere a habilidades manuales) y el afectivo (que se refiere a elementos actitudinales).
- La simulación tiene en cuenta las necesidades de los alumnos y plantea objetivos SMART: acrónimo en inglés de sensible, medible, alcanzable, relevante y oportuno.
- La simulación es una metodología que puede adaptarse a los objetivos de aprendizaje y a los participantes.
- La simulación médica se realiza en un entorno seguro para los pacientes, pero también para los pacientes.
- La simulación tiene otros papeles además de entrenar personas.
Vale la pena revisar el artículo en toda su dimensión.
Y en donde se analizan aspectos como los ingredientes para una simulación de alta calidad:
1. Tener en cuenta como es el aprendizaje del adulto y abarcar las tres dimensiones del aprendizaje.
2. Plantear unos objetivos de aprendizaje específicos, medibles, alcanzables y relevantes que tengan en cuenta las necesidades de los alumnos.
3. Utilizar la metodología de simulación adecuada en base a los objetivos de aprendizaje y a la experiencia de los alumnos.
4. Diseñar los escenarios de simulación teniendo en cuenta el realismo físico, conceptual y emocional.
5. Establecer medidas para crear y mantener un entorno de seguridad psicológica antes y durante el desarrollo de la simulación.
6. Realizar una retroalimentación tras el escenario utilizando una metodología que tenga en cuenta los objetivos de aprendizaje y la experiencia de los alumnos.
7. Evaluar las actividades de simulación teniendo en cuenta no solamente la satisfacción tras su realización.
Porque ya hemos hablado en este blog de que la simulación clínica en Ciencias de la Salud es un presente necesario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario