En el año 2021 realizamos unas jornadas de formación del profesorado de la Universidad Miguel Hernández en relación con la SIMULACIÓN CLÍNICA como herramienta pedagógica. Y en este año 2023 se han vuelto a repetir unas jornadas de educación médica con el mismo tema, y contando con la experiencia desde varias universidades españolas e internacionales. Y ello porque la simulación clínica nos permite entrenar situaciones reales en un entorno simulado con el objetivo de mejorar la seguridad clínica y la calidad de los cuidados que ofrecemos a nuestros pacientes.
Porque frente al método de docencia habitual en Medicina, en general, y en Pediatría, en particular, se va imponiendo la simulación clínica de alta fidelidad, y basta con revisar sus características en los métodos de aprendizaje.
- Características de la docencia habitual en Medicina: observación del experto, ensayo-error sobre el paciente, curva de aprendizaje, muy dependiente de la frecuencia del problema y escasa consideración del trabajo en equipo.
- Características de la simulación clínica de alta fidelidad: enseñanza práctica basada en escenarios, utilización de maniquís, monitores y programas, sirve para entrenar técnicas y reforzar conocimientos en la práctica médica, y se considera una metodología (no sólo una técnica de aprendizaje).
Las herramientas necesarias para realizar una Simulación clínica de alta fidelidad son: capacidad del instructor, conocimientos teóricos y prácticos, simulador o maniquí, saber desarrollar un escenario clínico, y clarificar competencias, objetivos y desempeño a evaluar. Y desarrollarlo en sus etapas correspondientes: a) Aprendizaje (introducción, teoría y manejo del simulador); b) Entrenamiento (explicación del caso y escenario); c) Aplicación (debriefing, conclusiones y resumen final).
Para un buen desarrollo de la Simulación clínica, estas son las características del profesor facilitador y del alumno:
- El profesor facilitador: dirige, diseña e implementa la simulación; guía la conversación para que el estudiante descubra por sí mismo qué cambios tiene que realizar para mejorar; la actitud del instructor influye en el aprendizaje, debe implicar al alumno en la participación sin que sea embarazoso o se sienta intimidado; el estilo del “debriefing con buen juicio” promueve la interacción continua con y entre los alumnos como estrategia didáctica.
- El alumno: mide su grado de aprendizaje; asume el control ante un paciente pediátrico grave; siente la responsabilidad; aplica las habilidades prácticas; averigua qué de decisión tiene; afianza el liderazgo; establece una comunicación efectiva con la familia; siente que puede aprender del error sin riesgo, ya que el paciente no sufre las consecuencias.
Y con ello damos la bienvenida al importante desarrollo del Laboratorio de Simulación Clínica e Innovación Médico-Quirúrgica, tanto de la Universidad Miguel Hernández para alumnos (por nombre Cyborg) como del Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante para residentes y profesionales sanitarios (por nombre SimIA). Porque como ya hemos comentado en este blog, la Simulación clínica en Pediatría es (o debe ser) ya una realidad para el siglo XXI.
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