Los efectos de la desaparición de un familiar repercuten en la salud física y psicológica de los familiares cercanos y produce un estado de conmoción persistente, de crisis latente y prolongada, en el que la angustia y el dolor causado por la ausencia de la persona amada continúa indefinidamente. Ese proceso de angustia ante tal pérdida se ocasiona porque no logran realizar el ritual del duelo, por la vulneración de los derechos humanos y desconocimiento de la verdad. Si la desaparición es la de un hijo, no es difícil imaginar cómo esta repercusión se incrementa. Y el cine se ha hecho eco de estas historias, muchas de ellas basadas en hechos reales.
Y hoy vamos a comentar un caso que tuvo en la lucha de los familiares (esos padres y madres coraje que surgen por la tremenda realidad a la que se enfrentan) una repercusión muy positiva para otros menores: la desaparición y asesinato de la niña de 9 años, Amber Hagerman en el estado de Texas a principios del año 1996. Y lo vamos a fundamentar en dos películas: un telefilme y un documental.
- El secuestro de Amber (Keoni Waxman, 2006) es un telefilm de 85 minutos basado en hechos reales, que comienza con los hechos acaecidos ese 13 de enero de 1996 cuando la pequeña Amber sale a montar en bici y a plena luz del día un hombre la mete en un coche. La situación es vista en la distancia por un vecino anciano, por lo que enseguida comienza la búsqueda policial, con la angustia de Donna (Elisabeth Röhm), esa madre separada que espera con angustia junto a su otra hija y su familia: “No quiero estadísticas. Quiero a mi hija”. Cuatro días después aparece el cuerpo de la pequeña en la cuneta de un río. Y ya en agosto de 1996, se nos presenta cómo la madre lucha por crear una asociación denominada Ciudadanos contra los Crímenes Sexuales, y cuenta con el apoyo de un congresista. Un año después, consigue que algunos estados se sumen a activar un sistema de alerta con el objetivo de activar a toda la población y organismo estatales cuando desaparece un menor.
Un salto temporal en agosto de 2003 nos traslada a otro lugar y otra historia, la de la pequeña Nicole, su madre soltera y el cuidador habitual que la considera como una hija, pero se extralimita en un momento dado. Y con esta historia que se entremezcla con la de la propia Donna y su lucha por salir adelante y mantener vivo el recuerdo de su hija, mientras intenta ayudar a que a otros niños no les pase lo mismo. Y la segunda historia nos sirve para conocer los resultados favorables del ya conocido como sistema AMBER.
Finaliza esta película con la imagen real del presidente George W. Bush, cuando firmó la Ley Project del año 2003 y declaró: “Ningún niño debería experimentar el terror de un rapto. Ninguna familia debería sufrir la pesadilla de perder a un hijo”. Y con el mensaje de que en febrero de 2005 todos los 50 estados de Estados Unidos adoptaron este sistema de alerta para la detección precoz de menores desaparecidos. Y cierto que las virtudes cinematográficas de esta película no son las mejores, pero nos permite conocer algo que muchos desconocíamos.
- Amber: The Girl Behind The Alert (Elizabeth Fisher, 2023) es una película documental de 90 minutos sobre esta historia de Amber Hagerman, la niña cuyo secuestro y asesinato sigue sin resolverse, pero que inspiró la Alerta AMBER, que desde entonces ha salvado a más de 1000 niños. Y que nos lleva a hacernos la pregunta de qué pasa en una sociedad como la estadounidense (tan diferente a sus vecinos canadienses), donde el catálogo de desdichas para teleseries está a la orden del día, sean asesinos en serie, tiroteos en institutos o desapariciones de personas.
Y vale la pena profundiza sobre este sistema de alerta que adquirió el nombre de pila de la niña Amber Hagerman, pero que se escribe en mayúsculas, para designar el retroacrónimo AMBER de America's Missing: Broadcast Emergency Response (que significaría en español, «Personas perdidas de América: retransmisión de respuesta de emergencia»). Porque los expertos han indicado que las primeras horas son vitales, por ello la alerta se emite lo antes posible y es transmitida por diversos medios como televisión, radio, mensaje de texto, correo electrónico, pantallas electrónicas de autopistas, estaciones y aeropuertos, entre otras. Y todo ello con el fin de poder llegar al mayor número de personas posibles. Y cabe conocer que el sistema de alerta AMBER no sólo se utiliza cuando se lleva a cabo algún secuestro, sino también cuando algún menor corre el peligro de ser abusado sexualmente o maltratado físicamente.
Como hemos dicho, este sistema de alerta AMBER ya se encuentra en Estados Unidos, pero también en algunos otros países. Cada lugar tiene sus propias normas de activación, pero de manera general las directivas empleadas son: que sea un menor de 18 años; que un departamento de policía valide la desaparición del menor; que se cuente con la suficiente información del niño, el sospechoso o su vehículo; y que suponga un grave riesgo para su integridad. Con ello se motiva a todos los miembros de la comunidad a estar atentos para encontrar al niño secuestrado y al sospechoso del secuestro.
Y, una vez más, de un mal surgió un bien. Y la memoria de esta niña ya será eterna…
No hay comentarios:
Publicar un comentario