Una reciente Novedad Bibliográfica en la plataforma Continuum revisaba un artículo publicado en la revista Journal of Pediatrics donde se expone el alarmante incremento de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) durante el periodo 2019-2022 (periodo de la pandemia COVID-19) en la infancia y adolescencia en los países europeos y también en Estados Unido, en cifras que oscilan entre el 20 y 40% de incremento según los países analizados.
Caber recordar que los TCA son enfermedades mentales graves que se relacionan con una conducta alterada respecto a los hábitos alimentarios, lo que se traduce en comportamientos que van desde comer de manera descontrolada hasta la falta de ingesta de comida. Afecta principalmente a adolescentes y mujeres jóvenes y en su aparición influyen principalmente factores biológicos y de personalidad. Los trastornos más frecuentes son la Anorexia y la Bulimia Nerviosa, el Trastorno por Atracones y el Trastorno Evitativo/Restrictivo de la Ingesta Alimentaria.
La perturbación económica y social de la pandemia COVID-19, que se ha asociado en rigurosos estudios con el aumento de la incidencia de TCA, debe ser un toque de atención para prevenir el inicio y los efectos de estos graves trastornos durante y después de periodos de grave estrés social. Porque son conocidas las repercusiones de la pandemia COVID-19 en la crisis global en el bienestar mental de los menores, incluyendo síntomas relacionados con los TCA, tanto por el incremento de nuevos diagnósticos como por el empeoramiento de pacientes previamente diagnosticados.
La pregunta sobre qué papel ha desempeñado la pandemia COVID-19 sobre el incremento de los TCA se ha atribuido a varias potenciales causas, tal como se explica en la Novedad Bibliográfica. Entre ellos: 1) por los métodos desadaptativos para aumentar el control ante la incertidumbre, sumado a sensaciones de aislamiento y alteraciones de las rutinas establecidas, factores que engendraron estrés y ansiedad y se cree se encuentran entre las principales causas de este aumento en los TCA; 2) por la adopción de mecanismos de afrontamiento alterados debido al distanciamiento físico y la consiguiente incapacidad para interactuar con amigos y redes de apoyo ha jugado un papel importante; 3) por la menor supervisión de los niños por parte del personal de la escuela y los padres ha creado un vacío en la supervisión estrecha, lo que podría exacerbar la situación; 4) por el considerable aumento del tiempo frente a las pantallas y el consumo de plataformas que ha expuesto las mentes jóvenes a mensajes y elementos visuales perjudiciales relacionados con la imagen corporal y la salud.
El análisis de este estudio fue encargado al Dr. Pedro Manuel Ruiz Lázaro, psiquiatra infanto-juvenil afincado en Zaragoza y quien lidera el Programa ZARIMA alrededor del estudio de los TCA en la infancia y adolescencia y su prevención. Y por ello compartimos este libro publicado por el Gobierno de Aragón bajo el título de “Guía de prevención de Trastornos de la conducta alimentaria. Programa ZARIMA” y que se puede descarga desde este enlace.
Los objetivos que se pretenden con este programa son: 1) ser un instrumento o herramienta de trabajo con el propósito de adquirir las habilidades necesarias para desarrollar un programa de prevención primaria y secundaria sobre anorexia, bulimia y otras alteraciones alimentarias; y 2) concienciar de la necesidad de incluir la educación para la salud y la prevención de los trastornos alimentarios en las programaciones de los centros y asociaciones juveniles, los colegios e institutos y los centros de salud. Su finalidad es que las personas interesadas dispongan de un texto base para poder programar actividades efectivas de educación para la salud en el terreno de las alteraciones alimentarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario