Hoy se inaugura el 21 Festival Internacional de Cine de Alicante, en una fecha muy especial para nuestra familia, y en tres días tendrá lugar este certamen la presentación del libro Cine y Pediatría 13, o 12+1 para los supersticiosos, aunque en realidad el 13 es símbolo de paz y armonía. Y con esa paz y armonía en el vídeo de presentación de este nuevo libro denunciamos la violencia contra la infancia en los conflictos bélicos del mundo. Los informes de UNICEF sobre lo que suponen las guerras para la infancia son escalofriantes, y baste recordar que las guerras siempre están presentes, actualmente con los conflictos de Ucrania y Gaza como tristes testigos.
Y desde Cine y Pediatría hemos recopilado aquellas películas ya publicadas que se centran en los conflictos bélicos y su repercusión en la infancia, y que por un tema didáctico, hemos dividió estas decenas de películas en tres apartados: Guerra Civil Española y la postguerra, Segunda Guerra Mundial y holocausto nazi, y otras guerras. Y en nuestro país, qué duda cabe, que la Guerra Civil sigue siendo una cicatriz queloidea que no cesa, con películas tan significativas como La guerra de papá (Antonio Mercero, 1977), La lengua de las mariposas (José Luis Cuerda, 1999), Las 13 rosas (Emilio Martínez-Lázaro, 2007) o Pan negro (Agustín Villaronga, 2010). Y a estas se suma hoy una más, de reciente estreno, El maestro que prometió el mar (Patricia Font, 2023).
El maestro que prometió el mar es un drama basado en hechos reales sobre un maestro de ideas republicanas que llega a una escuela rural de la provincia de Burgos, desde donde impulsa un proyecto pedagógico innovador, pero que fue fusilado al inicio de la Guerra Civil. Un filme que se fundamenta en el libro homónimo del periodista Francesc Escribano, “El mestre que va prometre el mar”, junto con el libro de José Antonio Abella, “Aquel mar que nunca vimos” y la documentación fotográfica de Sergi Bernal. Una historia con un antes, los hechos acaecidos en el curso académico 1935-36 en el pequeño pueblo burgalés de Bañuelos de Bureba, y un después, en el año 2010 entre las provincias de Barcelona y Burgos.
Todo comienza con el minucioso trabajo del equipo de recuperación de los restos humanos y materiales en una fosa común de la Guerra Civil en el Monte de la Pedraja, provincia de Burgos. Hacía allí se dirige la joven Ariadna (Laia Costa), una chica de Barcelona que ha decidido ayudar a su abuelo, ya bastante deteriorado de salud, y quien busca desde hace tiempo los restos de su padre desaparecido en la Guerra Civil por aquel paraje. Durante su estancia en ese entorno castellano, conocerá la historia de Antoni Benages (Enric Auquer), un joven maestro de Tarragona que llega al pequeño pueblo de Bañuelos de Bureba para sustituir al antiguo maestro, en un tiempo aún republicano, pero donde no ha desaparecido el concepto de “las dos Españas”. Y su presentación a los pocos niños que acuden a la escuela al inicio es significativa: “Tengo la voluntad de ayudaros a descubrir que dentro de cada uno de vosotros hay una persona llena de saber. Y también de ganas de aprender”.
Y Ariadna va descubriendo que este maestro se convierte en uno de los más raros que había pasado por el pueblo, querido por su trato docente a los alumnos (y que les enseña el uso de la imprenta en la que van a publicar sus propios cuadernos), pero con reacciones encontradas en el pueblo por sus ideas docentes y políticas, tal como se entiende de sus afirmaciones: “En esta escuela vamos a aprender con música”, “El crucifijo no se ha caído, lo he quitado. Porque estamos en una escuela, no en una iglesia”, “Los niños tienen que ser lo que ellos quieran”. Y la historia sigue viajando del presente al pasado, donde también conocemos que un vecino, Bernardo Ramírez, le pide al maestro que su hijo Carlos, de 8 años, pueda vivir un tiempo con él para intentar corregir su conducta rebelde. Y Ariadna descubre que ese Carlos niño era su abuelo.
Pasa el curso y mejora la relación del profesor con sus alumnos, y les hace esa pregunta: “¿Ninguno de vosotros ha visto el mar?” Y uno de los cuadernos que pasan por la imprenta lo dedican al mar y les promete que ese verano les llevará a conocer el mar Mediterráneo de su tierra. Y entre sus actividades docentes, Antoni sigue escribiendo en los periódicos sus ideas republicanas sobre la educación, la religión y la política. Le manda un inspector de educación, pero este queda sorprendido ante los cuadernos que imprimen los propios alumnos. Y de ese curso queda esa fotografía de la clase, la captura de ese instante que ninguno de sus alumnos olvidaría, como tampoco sus palabras: “Niños, ya queda poco para nuestra excursión. Pero antes quiero deciros que ha sido un verdadero placer compartir este curso con todos vosotros. Y quería daros las gracias porque realmente yo he estado lejos de mi casa, y ha habido momentos en que me he sentido solo y me habéis acogido muy bien. Y que vaya a echar mucho de menos vuestras clases”.
Y todas estas palabras, imágenes y proyectos se truncan ese 19 de julio de 1936, fecha del Alzamiento Nacional, donde es detenido y vapuleado, quemando la bandera republicana de la escuela, pero también la imprenta y los cuadernos de los alumnos: “Es el precio que pagan los que quieren pervertir España”. Y de regreso al hoy, Ariadna lee en la residencia a su abuelo Carlos el libro “El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca”, que ellos confeccionaron su aquel profesor que les prometió ver el mar. Aunque la promesa no se pudo cumplir.
Y el colofón de la historia con este mensaje: “En las fosas comunes de Pedraja se encontraron los restos de 135 cuerpos. Ninguno de ellos pertenecía a Antoni Benaiges, que sigue desaparecido. En 2015 el pueblo de Bañuelos de Bureba fundó la asociación “Escuelas Benaiges” para difundir su memoria y legado. A día de hoy se han exhumado en España los restos de 12.000 personas. Se estima que aún quedan miles por encontrar. Sus familiares continúan buscando”. Y unos agradecimientos finales muy especiales.
Docencia, Segunda República, mundo rural, Guerra Civil, memoria histórica y "las dos Españas" en El maestro que prometió el mar y al que no le dejaron cumplir su promesa.
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