sábado, 15 de junio de 2024

Cine y Pediatría (754). Documentales educativos de cine (3): “Una oportunidad para ellos” y “La hora del patio”


El polifacético e interdisciplinario Jean-François Lyotard, filósofo, sociólogo y teórico literario francés, nos dejó esta reflexión: “La educación es el arte de hacer visibles las cosas invisibles”. Y en este post, que continúa la serie de documentales de cine sobre la educación, tiene también esa pretensión: hacer visibles estos interesantes documentales alrededor de la docencia que siguen siendo invisibles para la mayoría de los espectadores. Y que gracias a plataformas como Filmin podemos recuperar, analizar, reflexionar y aprender. 

Y hoy queremos difundir y comentar dos películas documentales más sobre diferentes aspectos de la educación: la película belga Una oportunidad para ellos (Thierry Michel, Pascal Colson, 2017) y la película española La hora del patio (Manuel Pérez Cáceres, 2012). 

- Una oportunidad para ellos (Thierry Michel, Pascal Colson, 2017) nos sumerge en una aula del último curso de primaria de la antigua ciudad minera de Cheratt, situado en la región belga de Valonia, donde la mayoría son alumnos inmigrantes (turcos de religión islámica), por lo que algunos la han definido como la antesala de La clase (Laurent Cantet,
 2008).  

Compartimos el curso escolar con 16 alumnos (Ahmet, Arda, Baran, Dilay, Gizem, Melinda, Muhamett Ali, Sila,…) y su vivaz profesora (Brigitte Waracquier), en un año importante para ellos, pues deben superarlo para poder entrar al año siguiente en secundaria, con cambio de centro y ya sin el caparazón protector de la primaria. A lo largo de sus 100 minutos de metraje compartimos los diálogos y las vivencias en la clase y en el patio, en los seminarios y en las reuniones de grupo, en la clase de religión islámica (a la que asisten 15 alumnos) y a la clase de moral laica (en la que solo asiste el alumno restante, el único que no es turco de esa aula), y también a las tutorías con las diferentes familias, los periodos vacacionales y la fiesta de fin de curso. Y en todo momento se nos muestra al lado del colegio esa torre gigante de la empresa minera cerrada, como un esqueleto abandonado de lo que hizo de esta ciudad un lugar de llegada de inmigrantes, los abuelos y padres de los actuales alumnos. Muy significativa es la visita a las galerías abandonadas de la mina y la declaración de una de las alumnas: “Mi abuelo murió por culpa de la mina de carbón. Por el polvo. Dijo que era duro. Estar bajo la tierra no es muy agradable”. Una declaración que al que esto suscribe resulta muy cercana, al ser hijo de mineros y haber acudido también en mi infancia a un centro escolar junto a las minas del pueblo. 

“Creo que voy a pasarme todo este curso llorando”, nos dice la profesora al inicio del curso, dado los lentos avances del alumnado. Y especial relevancia adquieren las conversaciones entre alumnos y profesora, sobre temas como el amor, la felicidad, el acoso escolar y ciberbullying,… y cómo se aprecia en sus respuestas la influencia de la religión a través del Corán (pues en la localidad tienen mezquita y escuela coránica, a la que asisten): “Cuando te cases, ¿quieres que tu esposa lleve pañuelo?", “Que qué me hace feliz. Pues ver sonreír a mi familia”. “Tengo miedo que me acosen. De acabar matándome. Muchos adolescentes se suicidan porque son infelices”. Y todo ello bajo la dirección docente de Brigitte, severa en ocasiones, condescendiente casi siempre y que les ayuda a caminar en el camino de su formación. 

La noticia en televisión de los atentados yihadistas en el aeropuerto y la red de metro de Bruselas nos sitúa el desarrollo de los hechos en el año 2016. Y antes del examen de certificación de final de eses curso, cada niño y niña expresa lo que espera de su futuro, antes de enfrentarse a la confirmación del aprobado o no, eso sí, realizado con el mismo sentido y sensibilidad que acoge todo el metraje. Y aquí finaliza su preparación en Primaria. Y al curso siguiente les espera el instituto a la mayoría. 

- La hora del patio (Manuel Pérez Cáceres, 2012) nos acerca al centro escolar catalán de la Escuela Barrufet, donde convivimos en el aula y en el patio de recreo con los alumnos de esa clase de segundo de Primaria, niños de 7 y 8 años, entre los que se encuentra un alumno diferente, Pau Felipe. 

Porque a Pau Felipe le gusta contar los nudos de su cuerda roja y su cuerda azul, prefiere aislarse a jugar con los demás compañeros, decide quedarse en el alfiz de la puerta de clase y observar las luces del techo, le cuesta hablar y no le gustan los petardos. Y vamos descubriendo que Pau es un niño con trastorno del espectro autista integrado en un aula, donde recibe el apoyo continuo de su tutora Rosa y de la joven profesora de apoyo. Y así les habla Rosa a sus alumnos, en una hermosa conversación para entender mejor a Pau y ayudarle: “Mirad, yo os quería hablar de una cosa, que ya hace tiempo merodeaba mi cabeza. Que tenía ganas de comentároslo y a ver qué opináis vosotros. Si podéis ayudarme a qué podemos hacer. Resulta que vosotros sabéis que tenemos un compañero de clase, Pau Felipe. Y hay muchas cosas que Pau las hace muy bien porque es muy espabilado, pero hay otras que le cuestan un poco. ¿Qué cosas creéis que le cuestan más a Pau?” 

Y bajo los recurrentes acordes musicales de Jordi Batiste somos espectadores de la relación Pau con los profesores y compañeros de clase, en el aula, en el patio y en otras actividades extraescolares. El seguimiento de los conflictos, dificultades y progresos de Pau centrará nuestro interés durante el tiempo que acompañemos a la clase de Els Ocells. Un documento que nos sumerge en una realidad cada vez más frecuente, pues existe un incremento en el diagnóstico del trastorno del espectro autista (se dice que llega a ser de alrededor de un alumno por aula), bien porque cada vez sea más frecuente, pero también porque es un diagnóstico cada vez presente entre sanitarios, educadores y familias. Y el documento finaliza con el fin de curso y los deseos de un buen verano, algo que justo en estas fechas estamos también viviendo en nuestras aulas. 

Es La hora del patio una película muy especial, que lleva esta dedicatoria: “A todas y todos aquellos que trabajan con y por la diferencia”. Porque la diferencia es parte de las familias, de las escuelas y de la sociedad. Y su integración es labor de todos.

 

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