Cada vez hay más evidencia científica que relaciona, en estudios poblacionales, los hábitos dietéticos con la incidencia de determinados tipos de cáncer en la población adulta. Por ello es imprescindible instaurar unos hábitos de vida y de alimentación saludables en la infancia, ya que favorecerá que el niño tenga un desarrollo físico, cognitivo y emocional adecuado, y contribuirán de forma activa en la promoción y recuperación de la salud.
Por ello, ya en el año 2015 y desde la sección de Oncología Pediátrica de nuestro Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante se publicó el documento “Alimentación saludable y Cáncer infantil «Que tu alimento sea también tu medicamento»”, un documento de 49 páginas que os dejamos en este enlace para su revisión, y que incluye cómo manejar las diferentes dificultades en la alimentación en las distintas fases de tratamiento del paciente oncológico pediátrico. Y donde cabe empezar a considerar los alimentos como «pequeñas farmacias», puesto que están cargados de componentes muy beneficiosos para la salud, y que ayudarán a prevenir y contrarrestar algunos de los síntomas más frecuentes que se suelen dar durante los tratamientos de quimioterapia.
Una guía que tiene como objetivos, no sólo que los padres tengan un referente útil de cuáles son los alimentos más beneficiosos para sus hijos durante y después de los tratamientos, sino dotarles de herramientas para afrontar los problemas que suelen aparecer en muchos menores a la hora de educar unos hábitos de alimentación saludables, y que suelen agravarse durante los tratamientos quimioterápicos y la estancia en el hospital .
Y como complemento a este documento, comparto la reciente sesión realizada por una EIR de Pediatría sobre aspectos clave de la valoración nutricional del paciente pediátrico en Oncología, y con tres mensajes para llevarse a casa:
- La evaluación del riesgo y la planificación del soporte nutricional deben formar parte de la planificación terapéutica global del paciente oncológico desde el principio.
- Existe suficiente evidencia científica de que una intervención nutricional adecuada es capaz de prevenir las complicaciones de la malnutrición, mejorar la calidad de vida como la tolerancia y respuesta al tratamiento y acortar la estancia hospitalaria.
- En los hospitales hay pocos dietistas que trabajen exclusivamente en la unidad de Oncología Pediátrica, y esto puede repercutir en menores gastos sanitarios, mejor estado general de los pacientes y mayor supervivencia.
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