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miércoles, 24 de julio de 2024

Terapia cinematográfica (7). Prescribir películas para entender el trastorno del espectro autista

 

En nuestra previa entrega de esta serie de Terapia cinematográfica de la revista Pediatría Integral nos enfocamos en prescribir películas para entender los trastornos del neurodesarrollo, grupo heterogéneo de entidades que se manifiestan en periodos tempranos de la niñez y que impactan significativamente en el funcionamiento personal, social y académico. Y, dentro de todos los trastornos del neurodesarrollo, el autismo adquiere una especial importancia, tanto por lo mucho que se conoce como por las preguntas que aún genera y las respuestas pendientes de contestar. Una entidad sobre la que se conoce mucho y, posiblemente, se desconoce mucho más. 

El autismo se presenta de manera diferente en cada persona, pero todas comparten, con mayor o menor intensidad, dificultades en el desarrollo de las habilidades sociales y comunicativas y presentan un comportamiento inflexible y con intereses repetitivos. De ahí la definición de trastorno del espectro autista (TEA). En realidad, tener autismo implica una forma diferente de procesar la información y de comprender el mundo que nos rodea y esto se traduce en una serie de capacidades que presentan las personas con esta condición: meticulosidad y atención por los detalles; sinceridad y honestidad; conocimiento exhaustivo sobre temas muy específicos de su interés; buenas competencias en tareas rutinarias, mecánicas y repetitivas; procesamiento lógico de la información; respeto y cumplimiento de las reglas establecidas. 

En este artículo realizamos un pequeño viaje por diferentes protagonistas con TEA, bien como síndrome de Asperger, síndrome de Kant u otras variedades de este amplio espectro de personas con características relativamente comunes y capacidades diferentes. Todas ellas son historias extraordinarias que saltan a la gran pantalla para devolvernos diferentes visiones de la realidad sanitaria, personal, familiar y social del mundo de estas entidades, donde se mezcla realidad y, en ocasiones, mitos. Que el cine sea un entorno de debate para cada día poder conocer un poco más y mejor a este espectro de personas diversas, distintas y excepcionales que se agrupan bajo el término de TEA. Y hoy proponemos un recordatorio del TEA a través de 7 películas argumentales. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Ángeles sin paraíso (A Child is Waiting, John Cassavetes, 1963), para debatir sobre la enseñanza a menores con diversidad funcional. 

- Mater amatísima (José Antonio Salgot, 1980), para reconocer lo que puede suponer la simbiosis de una madre con el autismo de su hijo. 

- Ben X (Nick Balthazar, 2007), para no olvidar el auge del acoso escolar en alumnos con trastorno del espectro autista. 

- Mary and Max (Adam Elliot, 2009), para entender el mundo de las personas con síndrome de Asperger. 

- María y yo (Félix Fernández de Castro, 2010), para reivindicar en primera persona el valor de la diferencia, y de esta diferencia en las personas con autismo. 

- La sonrisa verdadera (Juan Rayo, 2015), para empaparse del valor de los cuidadores de estas personas con autismo, principalmente la familia. 

- Especiales (Hors nome, Olivier Nakache y Eric Toledano, 2019) , para reconocer la problemática social frente al autismo grave. 

Siete películas argumentales desde el séptimo arte para adentrarnos con sentido y sensibilidad, con ciencia y conciencia, en el mundo de las personas con TEA, y donde deseamos que cada vez se refleje más su realidad y menos otros mitos. 

 

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