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miércoles, 30 de octubre de 2024

Evaluación, acreditación y seguimiento de los Institutos de Investigación Sanitaria (ISS) en España


Los Institutos de Investigación Sanitaria (ISS) son entidades de investigación, impulsadas por el Instituto de Salud Carlos III y establecidas en los hospitales españoles. Mediante el trabajo conjunto de equipos multidisciplinares de investigadores de diversos ámbitos (clínico, académico, innovador, administrativo, empresarial…), hacen una investigación de carácter transversal para generar conocimiento que pueda ser convertido en riqueza social y económica, logrando mejoras de salud para la población. 

Con los ISS se busca potenciar la investigación traslacional, la que trata de llevar lo más rápidamente posible a la atención del paciente lo previamente desarrollado por investigadores biomédicos y profesionales sanitarios, con ayuda de todos los agentes que colaboran al desarrollo del Sistema Nacional de Salud (SNS). 

Desde la aparición de los primeros IIS hace 15 años (el 25 de febrero de 2009 se acreditaron los cinco primeros Institutos de Investigación Sanitaria), el ISCIII ha acreditado 35 Institutos, distribuidos en 13 comunidades autónomas, que acogen a más de 180 agentes de la investigación biomédica (hospitales, centros de salud, universidades, Organismos Públicos de Investigación, fundaciones, compañías…). 

El proceso de evaluación, acreditación y seguimiento de los IIS por parte del ISCIII es fundamental para garantizar el correcto cumplimiento de sus objetivos. Todos los hospitales acreditados como IIS tienen que garantizar un desarrollo eficiente de su investigación, además de demostrar resultados de calidad y una generación de conocimiento que sea transferible al sistema sanitario. Los IIS también deben demostrar que su trabajo está orientado a las necesidades de la población, asegurando principios éticos y de buenas prácticas en su organización. 

Para alcanzar y renovar la acreditación (proceso que se hace cada cinco años), los centros deben demostrar calidad y relevancia científica de los resultados alcanzados, y el valor de las innovaciones sanitarias que producen. Además, para disponer del sello de IIS acreditado, los hospitales deben garantizar y reforzar los principios de transparencia, responsabilidad social, integridad científica, igualdad de género y gestión de la diversidad, entre otros. 

La acreditación como IIS es importante, pues permite acceder a una financiación procedente del ISCIII de enorme importancia para seguir desarrollando la actividad de investigación e innovación. Y la reacreditación es muy necesaria. 

Los requisitos técnicos que determinan la acreditación y reacreditación de los IIS se recogen en la Guía Técnica de Evaluación de Acreditaciones de IIS, la cual se estructura en tres apartados: 1) Gobernanza, 2) Estrategia, capacidades y rendimiento científico, y 3) Impacto en la sociedad. Y cada una de estas tres dimensiones se desarrolla a su vez en base a criterios y subcriterios que deben verificarse para conseguir la acreditación o reacreditación del centro de investigación. 

Este es el listado actual de los 35 IIS acreditados por el ISCIII hasta el momento: 

- En Comunidad de Madrid: Instituto de Investigación Sanitaria Hospital La Paz (IdiPAZ), Instituto de Investigación Sanitaria Hospital Universitario La Princesa (IIS-Princesa), Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz (IISFJD), Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria (IRYCIS), Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre (i+12), Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón (IiSGM), Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos (IdiSSC), Instituto de Investigación Sanitaria Puerta de Hierro (IDIPHIM) 

- En Cataluña: Instituto de Investigaciones Médica August Pi y Sunyer (IDIBAPS), Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), Instituto de Investigación Hospital Universitario Vall D'Hebron (IR-HUVH), Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud Germans Trias y Puyol (IGTP), Instituto de Investigación Biomédica Sant Pau (IIB Sant Pau), Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Biomédicas (IMIM), Instituto de Investigación Biomédica de Lérida (IRB Lérida), Instituto de Investigación e Innovación Parc Taulí (I3PT). 

- En Andalucía: Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS), Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA), Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (IBS Granada) 

- En Comunidad Valenciana: Fundación para la Investigación del Hospital Universitario La Fe (IIS-La Fe), Fundación para la Investigación del Hospital Clínico de Valencia (INCLIVA), ), Instituto de Investigación Sanitaria de Alicante (ISABIAL). 

- En Galicia: Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), Instituto de Investigación Biomédica A Coruña (INIBIC), Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur. 

- En País Vasco: Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia (IIS Biodonostia), Instituto de Investigación Sanitaria Biocruces (IIB Biocruces) 

- En Aragón: Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón) 

- En Asturias: Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) 

- En Baleares: Instituto de Investigación Sanitaria Illes Balears (IdisBa) 

- En Cantabria: Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla (IDIVAL) 

- En Castilla y León: Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL) 

- En Región de Murcia: Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria Virgen de la Arrixaca (IMIB) 

- En Navarra: Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdisNA) 

De momento no se han constituido IIS en las Comunidades de Canarias, Castilla-La Mancha, Extremadura y La Rioja.

En estos momentos estamos en nuestro IIS, ISABIAL, en el proceso de reacreditación y es muy importante cubrir con éxito los apartados de gobernanza, rendimiento científico e impacto en la sociedad.

lunes, 28 de octubre de 2024

Pediatría Social, crucial frente a la vulnerabilidad en la infancia


El Congreso Nacional de Estudiantes de Medicina (CNEM) que cada año se celebra en el Colegio de Médicos de Alicante gracias a la organización de los estudiantes de Medicina de la Universidad Miguel Hernández se ha convertido, por su calidad y pervivencia, en el congreso más sólido y conocido de estas características en España. Y da buena muestra de ello el que este año 2024 se va acaba de celebrar del 23 al 25 de octubre la XLII edición nacional y la XX internacional. 

Mi participación en el CNEM se prolonga durante ocho ediciones, en un principio como tutor de las comunicaciones de estudiantes y en las últimas ediciones como ponente: 

- En el año 2016 (XXXIV CNEM) con la organización de la Mesa redonda: “Transexualidad, un abordaje entre la ciencia y la conciencia”.  


- En el 2022 (XL CNEM) con una novedad, porque se inicia la participación de la Asociación Española de Pediatría (AEP) en la entrega del Premio de Investigación Materno-Infantil, y que se complementó con la ponencia “Pediatría, una especialidad de cine en el CNEM”.  

- En el 2023 (XLI CNEM) se repite la participación de la AEP en la entrega del Premio de Investigación Materno-Infantil, y que asocié a la ponencia “Prevención cuaternaria: la contención como imperativo ético”. 

Y en este 2024 (XLII CNEM) vuelvo a ser invitado a la entrega del Premio de Investigación Infantil (en representación de la AEP) y lo hemos vinculado a la ponencia “Pediatría Social, crucial frente a la vulnerabilidad en la infancia”. Y ello porque cabe difundir ente los estudiantes la importancia de la Pediatría Social en el día a día de la actividad pediátrica, dado que su formación se vincula principalmente a la Pediatría Clínica. 

Una Pediatría Social que tiene dos objetivos clave: 1) garantizar el desarrollo óptimo del niño, niña y adolescente, respetando sus derechos y sus intereses; y 2) apoyar a los niños, niñas, adolescentes y a sus familias que están en situación de riesgo bio-psico-social. Y que el estudiantado entienda como el riesgo bio-psico-social se relaciona con el concepto de vulnerabilidad en la infancia y experiencias adversas en la infancia, cuyo riesgo es el padecer problemas significativos de salud, tanto presentes como futuros. 

Y transmitir a estos futuros médicos dos ideas clave: 1) que la historia social debe integrarse en la Historia Clínica de un paciente pediátrico y como herramienta fundamental para abordar la salud integral; donde cabe recordar las siglas IHELLP: incomes (ingresos), housing (vivienda), education (educación), legal status (situación legal/inmigración), literacy (alfabetización) y personal safety (violencia doméstica); y 2) que los problemas de la Pediatría Social son, en demasiadas ocasiones, más relevantes y problemáticos que los de la Pediatría Clínica, quizás porque es posible que “la sociedad está más enferma que el individuo”, reflexión personal que solo cimento con el paso del tiempo. 

Y finalizamos con un ejemplo de violencia frente a la infancia, como son las consecuencias de las guerras y la continua violación de sus derechos. Una denuncia “de cine” que terminó con la proyección del vídeo Cine y Pediatría 13, relacionado con este tema y que os dejamos en este enlace

Os dejamos nuestra ponencia, para su  reflexión y análisis.

sábado, 26 de octubre de 2024

Cine y Pediatría (773) “El niño de la luna” y otros niños de orfanato


Se conoce como orfanato (también referido como orfanatorio, orfelinato y más recientemente como centro de acogida de menores o centro de protección de menores) a una institución encargada del cuidado de los menores de edad huérfanos o abandonados (expósitos), pero también de los niños, niñas o adolescentes a quienes las autoridades han separado de sus progenitores, retirándoles la patria potestad. 

En un breve resumen histórico cabe recordar que los romanos formaron sus primeros orfanatos alrededor del año 400 d. C. y que ya en la Europa medieval el cuidado de los huérfanos solía residir en la Iglesia. El crecimiento de la filantropía sentimental en el siglo XVIII llevó a la creación de las primeras instituciones de caridad que atenderían a los huérfanos y así fue fundado en Londres en 1741 el Hospital de Niños Expósitos. A principios del siglo XIX, el problema de los niños abandonados en las zonas urbanas, especialmente en Londres, comenzó a alcanzar proporciones alarmantes y apareció el sistema de “workhouse”, un intento de albergar a los huérfanos así como a otras personas vulnerables de la sociedad que no podían mantenerse a cambio de trabajo. Novelas como “Oliver Twist” de Charles Dickens destacaban la difícil situación de los vulnerables y las condiciones a menudo abusivas que prevalecían en los orfanatos de aquella ciudad. Fue en ese siglo cuando aparecieron orfanatos en otros países, con filántropos muy influyentes como Thomas John Barnardo o Elizabeth Schuyler Hamilton. Se cuenta que el primer orfanato de la historia en España se encuentra en Valencia y se fundó en el siglo XV con San Vicente Ferrer a la cabeza, conmovido ante las necesidades de tantos niños sin familia ni hogar que vagaban por la ciudad. 

Cabe decir que la imagen del orfanato aparece ocasionalmente en películas, en particular dentro de los géneros terror y drama, ya que la mera idea de no tener una familia genera sensaciones negativas y a esto se suma el miedo de que el personal a cargo de los menores quiera hacerles daño. Y a buen seguro que los orfanatos llegaron a ser la solución temporal a un grave problema, si bien por encima de sus fortalezas se escuchan más sus debilidades, situación asimétrica y no siempre justa. Aunque es cierto que en los siglos que lleva existiendo este tipo de instituciones, son numerosas las historias reales de abusos psicológicos y físicos por parte de los cuidadores, situaciones no denunciadas en su mayoría, aunque algunas van saliendo a la luz con el tiempo. 

Algunas películas alrededor de los orfanatos ya han sido analizadas en Cine y Pediatría. Y cabe comenzar por la adaptación cinematográfica de esa obra cumbre de Charles Dickens, “Oliver Twist”, publicada en 1838, y de la que se han realizado diversas versiones en la gran pantalla, siendo las dos más conocidas el Oliver Twist de David Lean (1948) y el de Carol Red (1968), esta como musical; pero también la versión previa de Frank Lloyd (1922) y la posterior de Roman Polanki (2005), amén de otras películas de animación o para la televisión. Pero también el orfanato es un lugar destacado en films como Las normas de la casa de la sidra (Lasse Hallström, 1999), Las hermanas de la Magdalena (Peter Mullan, 2002), Los niños de San Judas (Aisling Walsh, 2003), El triunfo de un sueño (August Ruhs) (Kirsten Sheridan, 2007), Color de piel: miel (Laurent Boileau, Jung Henin, 2012), La vida de Calabacín (Claude Barras, 2016), Los niños de Windermer (Michael Samules, 2020) o La guerra de los Lulus (Yann Samuell, 2023), entre otros.          

Pero también el orfanato forma parte de algunas películas españolas, siendo las más características aquellas que entran del género de terror fantástico: El orfanato (JA Bayona, 2007), incluida en el subgénero de casas encantadas, donde los protagonistas principales son Laura (Belén Rueda), aquella niña adoptada que ya adulta regresa con su familia a ese orfanato abandonado en el que creció en su infancia (y con el propósito de abrir una residencia para niños discapacitados), y su hijo Simón (Roger Princep), quien comienza a tener amigos imaginarios, como una nueva lectura del cuento de Peter Pan; y también El espinazo del diablo (Guillermo del Toro, 2001), un cuento de terror gótico ambientado en las postrimerías de la Guerra Civil Española y en el entorno de un orfanato, en donde conviven niños huérfanos sin hogar víctimas de la guerra con la dura directora (Marisa Paredes), el revolucionario profesor (Federico Luppi), la ingenua maestra (Irene Visedo), el agrio portero (Eduardo Noriega) o el líder de los niños del orfanato (Íñigo Garcés). Pero no son las únicas, pues el orfanato también forma parte esencial de la historia de 22 ángeles (Miguel Bardem, 2018), película histórica sobre la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna conocida como Expedición Balmis y de un orfanato gallego parten los 22 niños niños huérfanos (de entre 8 y 10 años) que serían inoculados, brazo a brazo, con la vacuna de la viruela que aún vivia en su cuerpo; o en Llenos de gracia (Roberto Bueso, 2022), comedia basada en hechos reales entre unas monjas y los huérfanos acogidos en ese colegio y alrededor del fútbol. Y hoy el orfanato regresa en una película que es una rara avis del cine fantástico: El niño de la luna (Agustí Villaronga, 1989).     

Y es que el director y guionista Agustí Villaronga atesora en su trayectoria algunas de las películas más arriesgadas y perturbadoras que existen en el cine contemporáneo escrito con ñ y con una característica en su particular visión de la infancia: para Villaronga la infancia siempre es violada, literal o metafóricamente. Y su ejemplo más conocido es la multipremiada Pan negro (2010), pura memoria histórica alrededor de la postguerra civil española con el protagonimos del niño Andreu (Francesc Colomer) y su familia. Una película fiel a las constantes del director en la creación de ambientes sofocantes y opresivos, con imágenes y escenas de una contundencia abrasadora, llevando al espectador a los límites de lo soportable. Y esas constantes ya estaban presentes en El niño de la luna, una de sus primeras películas como director y guionista, y cuyos títulos iniciales de crédito van acompañados de imágenes oníricas. 

Libremente inspirada en una novela homónima del polifacético inglés Aleister Crowley, y con la banda sonora del dúo Dead Can Dance y su tema “Moon Child”, se gesta bajo la batuta de Villaronga esta fantasía singular e irrepetible que es El niño de la luna, fallida en algunos aspectos (como quizás su excesivo metraje). Y aunque fue nominada a los Goya y en Cannes, obtuvo menor recepción en taquilla que su película anterior y ópera prima, la visceral e irrepetible Tras el cristal (1986). 

Se cuenta que desde tiempos remotos, en el África Negra, una tribu espera la llegada de un dios encarnado en un niño blanco, el Hijo de la Luna. David (Enrique Saldaña), un niño huérfano que vive en un orfanato en tiempo de entreguerras, conoce la profecía y en su mente infantil surge la idea de que ese niño es él y debe cumplir su destino. “Me han dicho que te crees diferente a los demás chicos, ¿por qué?”, le dice Victoria (Maribel Martín), la mujer que busca a niños con poderes sobrenaturales. Y una anciana (Mary Carrillo) le expresa: “Recuerda, David, tienes el poder de la luna en tus ojos”. 

Una organización de carácter científico adopta a David, quien le comunica: “De todas maneras todos tenemos aquí algo raro. Si realmente tienes capacidades, te enseñaremos muchas cosas. Pero no olvides que nosotros somos como tu familia y que lo que aprendas a desarrollar aquí no lo puedes usar solo para ti, porque el castigo será muy grande”. Hasta que descubre que la organización pretende canalizar la energía lunar en un recién nacido, al cual David ve como un usurpador. Lo organizan todo para la concepción, embarazo y nacimiento del niño de la luna y eligen para ello a una mujer ex alcohólica, Georgina (Lisa Gerard, precisamente líder del grupo Dead Can Dance, una australiana con una voz muy particular – recordemos su participación en la BSO de dos películas de Ridley Scott, Gladiator y Black Hawk Down -, pero con una capacidad actoral limitada, de forma que esta fue su primera y última incursión actoral). Y finalmente serán estas dos mujeres, Victoria y Georgina, quienes ayudarán a David a cumplir su destino: “Sabes qué me preocupa: ¿si un niño puede nacer dos veces?”, le dicen. 

El niño de la luna es una película atrevida visualmente, con un sentido estético quizás excesivo, allí donde el amor, la aventura, lo sobrenatural e incluso la muerte entrarán a formar parte de la vida de este niño de orfanato. Una película que, salvando las diferencias, mezcla la distopía de Gattaca (Andrew Niccol,1997) y La isla (Michael Bay, 2005) con toques de Mater amatísima (José Antonio Salgot,1980). Una rara avis.   

 

miércoles, 23 de octubre de 2024

La salud renal desde la infancia


En el Colegio Oficial de Médicos de Alicante pude asistir esta semana a la presentación del proyecto “Renata, mi nefróloga”, apoyado con un libro dirigido a niños de primaria para que puedan ser utilizados como material didáctico escolar y que formen parte de los libros recomendados para lectura en las escuelas, con el fin de dar a visibilidad a la existencia de la enfermedad renal, los diferentes modelos de tratamiento renal sustitutivo concienciar desde la infancia en las estrategias de prevención y en la donación de órganos. 

Un libro de 24 páginas ilustrado por Xavier Altimiras y textos de Dolores Arenas, nefróloga y directora asistencial de la Fundación Renal. Y a través de las preguntas de una niña de primaria, Martina, la nefróloga de su padre enfermo, Renata, va a ir explicando lo que son los riñones, qué funciones tienen en el organismo, lo que les pasa a los riñones del padre de Martina que han dejado de funcionar y las diferentes opciones de tratamiento que hay de una manera sucinta. El papá de Martina iniciará hemodiálisis y la niña preguntará qué cosas hacen que los riñones enfermos y cómo se puede evitar, y ahí se explicarán las diferentes medidas de prevención. Y también se abordan otras opciones de tratamiento renal sustitutivo cómo la diálisis domiciliaria o el trasplante. 

Un proyecto desde Fundación Renal y que cuenta con el apoyo de diferentes asociaciones, entre ellas ALCER (Asociación para la luchar contra las enfermedades del riñón) y AENP (Asociación Española de Nefrología Pediátrica). Y Fundación Renal distribuirá gratuitamente el libro, junto con un cuaderno de actividades, en colegios, bibliotecas y otros centros educativos interesados, para que éstos puedan realizar talleres orientados a que los alumnos conozcan mejor la enfermedad renal, aprendan a prevenirla, y trasladen los conocimientos adquiridos a sus amigos y a sus padres. El objetivo es sensibilizar desde la escuela a toda la población a cerca de esta enfermedad, que en algunas zonas afecta ya al 15% de la población, y que la OMS ya la sitúa entre las diez enfermedades que causan mayor mortalidad en el mundo. 

En este enlace se puede descargar una muestra del libro, el cuaderno de actividades y la unidad didáctica.  

Y en esta carta al editor en la revista Nefrología bajo el título “Renata, mi nefróloga, ¿puede la literatura infantil actuar como instrumento de sensibilización y prevención de la enfermedad renal?”, se exponen algunos favorables resultados de esta modalidad de divulgación de la salud entre la población infantil. 

Una manera más de unir educación y sanidad, aprendizaje y salud. Un proyecto más a los que ya existen en estos ámbitos de acercar los cuidados de salud a las aulas. 

lunes, 21 de octubre de 2024

Terapia cinematográfica (9). Prescribir películas para entender el acoso escolar


El acoso escolar (también conocido como maltrato entre iguales en la escuela, maltrato por abuso de poder entre escolares o con el anglicismo bullying) es un grave problema que afecta a millones de escolares de Educación Primaria y Educación Secundaria en todo el mundo. Y es un enemigo silencioso que se nutre de tres venenos (la soledad, la tristeza y el miedo) y con tres protagonistas (los agresores, las víctimas y los testigos, cada uno de ellos con unos perfiles bastante característicos). 

Tal es el calibre de este problema que el 2 de mayo se conmemora el Día internacional contra el acoso escolar, cuyo principal objetivo es erradicar la violencia y el acoso escolar en los centros educativos, y, con ello, intentar construir escuelas seguras donde los escolares puedan crecer en un clima de respeto. Y esto es labor de todos, una labor educativa y preventiva en un inicio. 

Aunque el acoso escolar es un fenómeno que existe desde siempre, se ha generado una mayor sensibilización social sobre este grave problema en las últimas décadas, gracias, entre otros, a los medios de comunicación. Y donde el cine no hasido (ni debe ser) ajeno a ello, pues el mensaje debe quedar claro: “todos contra el bullying”. Y hoy proponemos un viaje por 7 películas argumentales. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Klass (The Class) (Ilmar Raar, 2007), para descubrir la gestación de la violencia que genera el maltrato por abuso de poder entre escolares. 

- Cobardes (José Corbacho y Juan Cruz, 2008), para conocer al agresor, la víctima y los testigos del bullying. 

- Después de Lucía (Michel Franco, 2012), para denunciar esa lacra social que es el cyberbullying

- Marion, 13 años eternamente (Marion, 13 ans pour toujours, Bourlem Guerdjou, 2016), para visualizar el peligro que puede esconderse detrás de las aulas. 

- El silencio roto (Piluca Baquero, 2017), para reconocer a todos los actores implicados en el acoso escolar. 

- El profesor (Teacher) (Adam Dick, 2019), para vivir el acoso escolar entre el héroe y el villano, entre el alumno y el profesor. 

- Un pequeño mundo (Un monde, Laura Wandel, 2021), para devolver la mirada del acoso escolar desde el patio de recreo. 

Siete películas argumentales para sumarnos a la lucha contra el acoso escolar, esa lacra social que no cesa y persiste en el siglo XXI.  

 

sábado, 19 de octubre de 2024

Cine y Pediatría (772) La complejidad alrededor del “Instinto maternal”


Se define instinto como un complejo de reacciones exteriores, determinadas, hereditarias, colectivas, comunes a todos los individuos de la misma especie y adaptadas a un fin, en la que el sujeto que obra generalmente no tiene conciencia. No se basa en una experiencia previa (es decir, en ausencia de aprendizaje) y, por tanto, es una expresión de factores biológicos innatos. Y entre los distintos instintos humanos uno es el conocido como instinto maternal, que es cuando una madre desarrolla una relación con un hijo para procurar su bienestar, y donde la oxitocina materna es la principal hormona responsable de predisponer a las mujeres a mostrar conductas de vinculación y apego. El instinto maternal no es exclusivo del ser humano y es ese conjunto de pautas de reacción que contribuyen a la conservación de la vida del individuo y de la especie. 

La relación de una madre con su hijo o hija tiene muchas aristas y así ya lo hemos abordado en algunas películas en Cine y Pediatría, y sirvan de ejemplo títulos como la canadiense Mommy (Xavier Dolan, 2014), la mexicana Las hijas de Abril (Michel Franco, 2017), la israelí Asia (Ruthy Pribar, 2020), la británica Tenemos que hablar de Kevin (Lynne Ramsay, 2011), la francesa Petite maman (Céline Sciamma, 2021), la española Cinco lobitos (Alauda Ruiz de Azúa, 2022), o las estadounidenses La flor del mal (Peter Kosminsky, 2002), Tallulah (Siân Heder, 2016) y Mamá te quiere (Aneesh Chaganty, 2020), por citar algunas.          

Y hoy comentamos otras tres más, desde otras nacionalidades y con otras aristas. Lo que habla de la complejidad alrededor de este término… Y comenzamos con una película belga que lleva ese título en España, Instinto maternal 

- Instinto maternal (Olivier Masset-Depasse, 2019) Bélgica 

Es un exuberante thriller psicológico al más puro estilo Hitchcock donde la verdad y la mentira intercambian sus máscaras. Una historia de amistad en la década de los 60 en Bruselas entre dos vecinas, Alice (Veerle Baetens, vista en la contundente película Alabama Monroe) y Céline (Anne Coesens), cuyos maridos e hijos únicos hacen una piña, y viven tan cerca que solo un seto separa sus viviendas, y hasta el propio seto tiene un agujero por el que se cuelan los pequeños de unos 9 años, que se han criado casi como hermanos. Pero todo se vuelve del revés por un inesperado hecho cuando Maxime, el hijo de Céline, se precipita por una ventana, lo que afecta a todos, también a Theo, el hijo de Alice. 

Porque a partir de ahí se ciñe entre ambas madres un extraño ambiente al conservar Alice a su hijo y no Céline, con dudas, sospechas y hasta ideas paranoicas cuando Theo sufre una reacción anafiláctica por comer una galletas con cacahuetes en casa de Céline. Y logran llegar a reconciliarse y se dicen: “Hemos reaccionado como hemos podido”. Pero nada es como parece y a partir de ahí se suceden unos hechos que mezclan el instinto maternal y el duelo (de hecho, el título original de la película es Duelles). Y en la escena final Céline le dice a Theo en la playa, tras un proceso de adopción muy particular que no cabe descubrir: “Sé cómo te sientes. Siente un gran vacío en tu interior. No puedo reemplazar a tu madre. Al igual que tú no puedes reemplazar a Maxime. Pero tenemos que estar unidos. Tenemos que querernos el uno al otro. Y, quizás algún día, ese vacío desaparecerá”

Muy contundente, de forma que esta historia ha visto su remake americano en la película Vidas perfectas (Benoit Delhomme, 2024), y por título original Mothers' Instinct, donde el papel de Alice es para Jessica Chastain y Céline lo interpreta Anne Hathaway, dos rutilantes estrellas de Hollywood para repetir esa combinación de culpa, sospecha y paranoia que destruye el vínculo entre esas vecinas y amigas dando lugar a una dura batalla psicológica cuando los instintos maternales de ambas revelen su lado oscuro para defender a los suyos.  

Pero con el mismo título en español de Instinto maternal podemos enunciar otras tres películas estadounidenses, bajo diferentes títulos originales. Instinto maternal / Losing Isaiah (Stephen Gyllenhaal, 1995), la más conocida por su elenco actoral, drama alrededor de la adopción con la lucha de la madre adoptiva (Jessica Lange) frente a la madre biológica (Halle Berry) que reaparece tiempo después con la ayuda de un combativo abogado (Samuel L. Jackson). Las otras dos de baja calidad: Instinto maternal / Breaking at the Edge (Predrag Antonijevic, 2013), thriller en el que una entidad sobrenatural hostiga a una mujer embarazada, que teme por la vida del hijo que lleva en su vientre; e Instinto maternal / Born and Missing (Michael Feifer, 2017), telefilm que narra el transcurrir del embarazo de dos amigas, uno real y el otro ficticio (tras la experiencia previa de haber perdido un hijo en el parto). ´

- En la sombra (Fatih Akin, 2017) Alemania 

Contundente drama judicial alrededor del terrorismo nazi en la Alemania del siglo XXI, contado con un epílogo (la boda en la cárcel de nuestros protagonistas, Katja y Nuri) y tres partes muy definidas: el atentado y el dolor de la pérdida, el juicio y la venganza (aunque en la película define dos partes muy asiméticas: I. La familia y II. El mar), Y con una actuación espectacular de Diane Kruger, premiada como mejor actriz en Cannes, en esta película que también fue ganadora del Globo de Oro a la mejor película extranjera. Posiblemente su mejor y más contundente interpretación, mucho más que una cara bonita como la vimos en Troya (Wolfgang Petersen, 2004), La búsqueda (Jon Turteltaub, 2004), Malditos bastardos (Quentin Tarantino, 2009), Sin identidad (Jaume Collet-Serra, 2011) o Adiós a la reina (Benoît Jacquot, 2012). 

La vida de Katja (Diane Kruger) se derrumba cuando su marido Nuri, de origen kurdo, y su hijo Rocco, de 6 años, mueren en un atentado con una bomba casera. La policía detiene enseguida a dos jóvenes relacionados con el movimiento neonazi y Katja se ve inmersa en un complicado proceso judicial. Intenta mitigar el dolor por la pérdida y algunas escenas hablan de su labor interpretativa como las escenas en el hogar o el desgarro interior al oír a la forense relatar las lesiones de la explosión de su hijo y su marido, y su pregunta:“¿Crees que sufrieron?”

Un juicio brutal que finaliza con la decisión del tribunal de que los acusados queden libres, no porque el tribunal crea que sean inocentes, sino porque las pruebas no demuestran definitivamente su culpabilidad y basado en el principio de “in dubio pro reo”. Y aparece el instinto de Katja, el instinto de justicia como esposa y madre. Y que nos lleva a un final más aterrador de lo esperado. Y con este mensaje final: “Entre 2000 y 2007 en Alemania el Movimiento Clandestino Nacionalista (NSU) mató a ocho inmigrantes y a una policía y cometió numerosos atentados con bomba dirigidos a personas cuyo origen no fuera alemán”

- El último verano (Catherine Breillat, 2023) Francia 

Remake de la película danesa Reina de corazones (May el-Toukhy, 2019), que no llega a la calidad del original. Dirigida por la siempre provocativa Catherine Breillat, quien destaca por una filmografía amparada por la polémica en la que explora la sexualidad y los problemas de género, y que pone su toque en esta compleja y autodestructiva pasión de un menor de edad y su madrastra, aquí con un instinto maternal complicado por el incesto

Anne (Léa Ducker, vista en la compleja película Custodia compartida) es una brillante abogada que vive con su marido Pierre y sus dos pequeñas hijas adoptadas de origen oriental, cuya vida da un giro radical cuando Theo, el adolescente y problemático hijo de un matrimonio anterior de Pierre, se traslada a vivir con ellos. Y en este contexto se configura un incómodo drama psicológico donde resuenan las palabras de Anne a Theo, ocultando la verdad incómoda a cualquier precio: “Es tu palabra contra la mía y te aseguro que no te lo pondré fácil. No tienes pruebas… Nadie te hará caso. Alguien como tú no tiene credibilidad. Sería más fácil que le dijeras a tu padre que te lo has inventado”. Y con un final lleno de incógnitas bajo la canción “Vingt ans” de Léo Ferré.  

Tres ejemplos más de la complejidad del instinto maternal, también con sus sombras, sea en el último verano o en cualquier estación. Hemos hablado de una película belga que dio lugar a un remake estadounidense, de una película francesa que es remake de una película danesa, y también de una contundente película alemana. Y donde Alice, Céline, Katja y Anne sacan a relucir su instinto maternal en distintas circunstancias para defender o vengar a su fratria y a ellas mismas. Porque no hay un amor como el de una madre…

 

miércoles, 16 de octubre de 2024

Lanzamiento de PreparoMiRotaciónPor2.0


Fue en el 66 Congreso Nacional de Pediatría celebrado en Zaragoza, en junio de 2018, cuando presentamos el primer esbozo de una nueva sección de la plataforma Continuum de la AEP: PreparoMiRotaciónPor (PMRP) enfocada a definir la hoja de ruta a seguir para alcanzar los objetivos de cada rotación del MIR de Pediatría y con los objetivos de disminuir la variabilidad en la formación de los residentes de Pediatría a nivel nacional, facilitar el aprendizaje colaborativo y basado en competencias, el entrenamiento reflexivo y la resolución de problemas propios del perfil profesional de cada especialidad pediátrica.  

Y tras dos años de intenso trabajo la sección PMRP fue inaugurada el 11 de febrero de 2020, y lo hizo con tres rotaciones: Atención Primaria, Cardiología y Nefrología. Con el tiempo fuimos incorporando otras especialidades en PMRP: en diciembre de 2020 se incorporaron Urgencias de Pediatría y Cuidados Intensivos Pediátricos; y en febrero de 2021, Infectología Pediátrica y Pediatría Interna Hospitalaria.  Y en este camino se otorgó a PMRP el Premio de Educación Médico 2022, en la modalidad Premio al Mejor Proyecto en la Enseñanza de Postgrado o Formación de Especialistas.  

Y tras un periodo de reflexión y mejora, ayer llegó una nueva novedad. Pues acabamos de lanzar PreparoMiRotaciónPor2.0 (PMRP2.0), cuya intención es facilitar su uso. Y las redes sociales de la AEP lanzaron este mensaje informativo que compartimos: 

“Estamos muy emocionados de anunciar el lanzamiento de #PreparoMiRotaciónPor2.0. Hemos renovado por completo la plataforma para que sea más intuitiva y fácil de usar, permitiéndote acceder rápidamente a todo el contenido que necesitas para resolver las situaciones más importantes que debes aprender a manejar durante tu rotación. 

¿Qué hay de nuevo? Hemos simplificado la navegación para que te centres en lo más importante: aprender y mejorar. Ahora, con solo unos clics, puedes acceder a las actividades clave que las sociedades de especialidad han seleccionado para ti. ¡Todo mucho más claro y directo! 

Además, hemos incorporado algunas mejoras que hacen que tu experiencia sea aún más personalizada. ¡Y todo esto manteniendo el mismo espíritu de apoyo a tu formación! 

Te explicamos cómo funciona: 

1. ACCEDE a Continuum e inscríbete en la/s rotación/es que desees de forma gratuita. 

2. EXPRESA en el cuestionario inicial cómo te sientes de seguro/a manejando determinadas situaciones a resolver. 

3. EXPLORA todo el contenido recomendado por las sociedades de especialidad para afianzar los conocimientos imprescindibles en cada rotación. 

4. EVALÚA tu progreso completando el cuestionario de autopercepción final y observando si ha cambiado cómo te sientes en estas situaciones tras tu experiencia y estudio. El realizarlo no impide continuar accediendo al contenido, ¡puedes seguir consultándolo todo el tiempo que quieras! 

Te invitamos a descubrir estas mejoras por ti mismo y a empezar a sacarle el máximo provecho a la nueva versión. ¡Prepara tu rotación con más facilidad que nunca!” 

Ya podéis acceder desde Continuum a la nueva sección, a PMRP2.0. No dejes de inscribirte (como residente o como tutor) y comprobar la utilidad de esta herramienta de formación para residentes de Pediatría de España. 

Y en breve anunciaremos la incorporación de nuevas especialidades…  

lunes, 14 de octubre de 2024

La infancia en blanco y negro de Ladislao Vajda


El caso de Ladislao Vajda (Budapest, 1906 – Barcelona, 1965) es muy especial en el mundo del cine. Y es que este húngaro de nacimiento se introdujo en el séptimo arte en contra de todo y de todos, y es el prototipo de cineasta itinerante. Su obra cinematográfica fue producida en ocho países tan distintos como Hungría, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, España, Portugal y Suiza. La convulsa Europa de la primera mitad del siglo XX fue la causa de sus cambios de país. Pero es en España donde realizará el grueso de su filmografía y gran parte de sus mejores obras, especialmente cuando se vincula a Producciones Chamartín y a uno de los conocidos como niños prodigio del cine español, Pablito Calvo. 

La unión entre Ladilaslao Vajda y Pablito Calvo se prolonga durante tres años y tres películas, con enorme éxito de público: 

- Marcelino, pan y vino (1955). Una película española que traspasó fronteras y que traspasó el simple cine religioso de la época para convertirse en todo un fenómeno social, logró premios en aquella época, además de ser una de las más taquilleras de la postguerra en nuestro país. Es una adaptación cinematográfica de un relato homónimo, un cuento de padres a hijos de José María Sánchez Silva, quien actúo de guionista con el propio Ladislao Vajda. Luego hubo más adaptaciones de esta película, también en Italia y en México, pero ninguna llegó a la magia del original. 

- Mi tío Jacinto (1956).   Puro neorrealismo hispano y que algunos críticos han visto en ella una relación adulto-niño y unidad temporal y geográfica de la acción que recuerda de alguna manera a Ladrón de bicicletas (Ladri di biciclette, Vittorio de Sicca, 1948). La diferencia es que la película italiana es todo un hito y la española en ocasiones ha sido una gran olvidada. 

- Un Ángel pasó por Brooklyn (1957).   Comedia con tintes sobrenaturales ambientada en el americano distrito de Brooklyn, al más puro estilo de Frank Capra. Todo un cóctel de diferentes nacionalidades para ofrecernos una historia encantadora y divertida, que encuadrada dentro del tópico "haz el bien". Y aquí el símil argumental bien podría ser con otra icónica película neorrealista, en este caso con Milagro en Milán (Miracolo a Milano, Vittorio de Sica, 1951). 

Y esta trilogía Ladislao Vajda-Pablito Calvo se encuentra entre lo mejor de su amplia filmografía realizada en España, donde cabe recordar algunas otras obras, generalmente de menor calidad que las enunciadas, y que van desde Se vende un palacio (1943) a La dama de Beirut (1965), y en el que podemos enumerar también Cinco lobitos (1945), Séptima página (1950), Doña Francisquita (1952), Ronda española (1952), Carne de horca (1953), Aventuras del barbero de Sevilla (1954), Tarde de toros (1956), María, matrícula de Bilbao (1960) o Una chica casi formal (1963), entre otras. 

Pero su gran obra maestra fue una película coproducida con Suiza, filmada allí y con un reparto de actores alemanes: El cebo/Es geschah am hellichten Tag (1958), una alarde de guion y de fotografía en blanco y negro, un film que gana en cada visionado, una película que nos transporta al mejor Fritz Lang (M, El vampiro de Düsseldorf/M, 1931) y al mejor Charles Laughton (La noche del cazador/The Night of the Hunter, 1955), al más puro expresionismo que nos regala el cine en blanco y negro. El cebo es una obra en la que prima la trama, no los personajes, que más bien son arquetipos, una película que no se marchita con los años y que siguen manteniendo la emoción, visionado a visionado. 

Y el análisis en profundidad de estas películas se puede revisar en reciente artículo publicado en el último número de la revista Arte y Medicina, que se puede revisar en las páginas 22 a 28. Pura reivindicación a la infancia en blanco y negro de Ladislao Vajda, un director peculiar, por su vida y por su obra, un nómada del séptimo arte que llegó desde Hungría para dejarnos su obra expandida durante casi cuatro décadas por diversos países, pero que fue en España donde dejó su esencia en la década de los 40 y, principalmente, de los 50.

sábado, 12 de octubre de 2024

Cine y Pediatría (771) “Despertares” en la epidemia de niños que se quedaron dormidos…


El neurólogo y escritor británico Oliver Sacks (1933-2015) ha pasado a la historia más como un divulgador de la ciencia que como un científico en su campo. Y ese fue uno de sus grandes retos en su periplo vital, una vida por otro lado tan apasionante como la que nos muestra la película documental estadounidense Oliver Sacks: una vida (Ric Burns, 2019), muy aconsejable. Nació Oliver Sacks en Londres, hijo de dos médicos prestigiosos y en el contexto de una familia judía numerosa con destacados miembros en diferentes profesiones. Estudio en la Universidad de Oxford y dio sus primeros pasos como profesional en la capital londinense, pero a partir de 1965 se mudó a Nueva York. Y un año después comenzó como neurólogo en el Hospital Beth Abraham del Bronx y es allí donde trabajó con un grupo de supervivientes aquejados en la década de los 20 por la epidemia de encefalitis letárgica, a los que administró una droga conocida como L-DOPA. Y esta experiencia fue la base del libro “Awakenings” (1973), el que cambiaría su vida. Antes ya había publicado el libro “Migraine” (1970) y luego llegarían otros tantos libros que le llevaron a la fama, más entre el público general que entre sus colegas de profesión; entre ellos: “A Leg to Stand On” (1984), “The Man Who Mistook His Wife for a Hat” (1985), “Seeing Voices: A Journey Into the World of the Deaf” (1989), “An Anthropologist on Mars. Seven Paradoxical Tales” (1995), Musicophilia: Tales of Music and the Brain” (2007), “The Mind's Eye” (2010), “Hallucinations” (2012). Y también algunos libros autobiográficos al final de su vida, como “On the Move. A Life” (2015) y “Gratitude” (2015), más otras dos póstumas: “The River of Consciousness” (2017) y”Everything in Its Place: First Loves and Last Tales” (2019). Su vida y también su muerte tuvo algo de especial, con detractores que le apodaron como “el hombre que confundió a sus pacientes con una carrera literaria” y también con numerosos reconocimientos (incluyendo el que una asteroide descubierto en 2003 también fue bautizado con su nombre). 

Tuvieron que pasar casi dos décadas para que su novela “Awakenings” fuera llevada al cine con un título homónimo: Despertares (Penny Marshall, 1990), donde su director se rodeó de grandes colaboradores, como el guionista Steven Zallian, el director musical Randy Newman, y un elenco de actores encabezado por Robin Williams y Robert de Niro. Un film con éxito de crítica y público que también reportó beneficios a Oliver Sacks, pues no solo incremento su fama, sino que logró mejorar ese crédito que buscaba entre la comunidad médica y científica. Y que sirvió para conocer algo mejor la encefalitis letárgica (también conocida como encefalitis epidémica, enfermedad de Von Economo o enfermedad del sueño). 

Existen pocas entidades en la historia de la neurología que hayan provocado tanto interés clínico como lo fue y lo sigue siendo la encefalitis letárgica (EL). Esto se debe, por una parte, al alto impacto que provocó en vastas poblaciones de Europa y América (se habla de un millón de afectados y medio millón de fallecimientos), pero también por la riqueza clínica de síntomas y signos expresados por los pacientes y, finalmente, por su misterioso origen. La EL ha sido una entidad que se presentó en forma epidémica a lo largo de la historia de la humanidad y el último brote, que apareció como epidemia entre 1916 y 1925, fue un hito por su amplia gama de manifestaciones clínicas en la esfera neurológica y psiquiátrica. Se presentaba generalmente con faringitis seguida de alteraciones del sueño, desórdenes del movimiento en forma de parkinsonismo postencefalítico y alteraciones psiquiátricas. A pesar de la asociación temporal entre la EL y la epidemia de gripe de 1918, no se pudo confirmar esta causa, ni muchas otros agentes infecciosos que se implicaron, siendo la autoinmunidad el mecanismo que se sugiere en las últimas décadas. 

Pero es hora de adentrarse en la película Despertares, por la que el público pudo conocer más y mejor a Oliver Sacks y a la EL. Las primeras escenas nos trasladan a un invierno de Nueva York de la década de los 20 donde conocemos a Leonard Lowe, un niño de 11 años que comienza con distonía de manos, a los que se suman dificultades en la manipulación y escritura y más tarde temblores. Tras el cartel de “basado en hechos reales”, un salto temporal nos lleva al año 1969, donde el Dr. Malcolm Sayer (Robin Williams, alter ego de Oliver Sacks) llega al Hospital Bainbridge de El Bronx en busca de una plaza de investigador de laboratorio en neurología, pero le solicitan que sea clínico, y con dudas acepta. Un compañero le pone en situación ante tanto enfermo crónico y con grave deterioro: “Mire, hay casos de esclerosis múltiple, de síndrome de Tourette, de Parkinson. Hay otras enfermedades para las que ni siquiera tenemos nombres”. Y una enfermera intenta consolar a este doctor solitario y con pocas habilidades sociales: “Se acostumbrará. Aunque ahora le parezca imposible”. Entre esos pacientes encontramos a Leonard Lowe ya adulto (Robert de Niro) en silla de ruedas y estado catatónico. 

Al estudiar las historias clínicas, Malcolm no se conforma con los diagnósticos “atípicos” e “idiopáticos” y, con el apoyo de la enfermera jefe, Eleanor (Julie Kavner), se hace preguntas y busca respuestas: “Llega un momento en que tantas cosas atípicas tendrá que significar algo típico”. Y lo relaciona con la epidemia de EL de la década de los 20. Y así se lo explica el jubilado doctor Peter Ingham (Max von Sydow): “Niños que se quedaron dormidos… Los que sobrevivieron y despertaron, parecían bien, como si nada hubiera pasado. Entonces nos dimos cuenta del gran daño que la enfermedad causó en el cerebro. Personas que habían sido normales, ahora estaban ausentes". 

Cuando el Dr. Sayer asiste a una conferencia sobre el reciente uso de L-DOPA en el Parkinson, solicita permiso para usar esta droga de forma experimental en los pacientes afectos de EL, aunque el director del centro le diga inicialmente: “Que sean los químicos los que provoquen el daño”. Pero finalmente consigue el consentimiento informado de la madre de Leonard para experimentar el efecto de la L-DOPA en su hijo… y se logra el milagro: Leonard despierta después de varias décadas. Y todo ello lo muestra de forma idílica la película con la canción “Time of the Season” del grupo The Zombies. Y eso permite utilizarlo también en el resto de pacientes (Lucy, Frank, Rose, Bert, Frances, Rolando, Miriam,…) y se obra el milagro en cada uno de ellos. 

A partir de aquí se suceden una serie de escenas simpáticas de la nueva vida que la medicación regala a estos pacientes tras estar dormidos tantos años, lo que incluye el fugaz enamoramiento que Leonard tiene con una joven que visita a su padre en el hospital, Paula (Penelope Ann Miller), o su reivindicación por ser una persona normal y la revolución que contagia en el resto de internos, algo así como lo que recordamos de la oscarizada Alguien voló sobre el nido del cuco (Milos Forman, 1975). Pero poco tiempo después aparecen los efectos adversos de la medicación en Leonard, regresando los movimientos parkinsonianos, más marcados si cabe que antes, pero también los tics, los periodos de aquinesia y las convulsiones, y que no se controlan pese a ir aumentado la dosis de L-DOPA. Los demás pacientes y tienen miedo de seguir igual suerte: “¿Y si sólo es cuestión de tiempo para todos nosotros?”. Y así ocurrió… 

Vale la pena recordar la reflexión final que el Dr. Sayer expresa a sus colegas, toda una lección de vida: “El verano fue extraordinario. Fue una estación de renacimiento e inocencia. Un milagro para 15 pacientes y para nosotros, los cuidadores. Pero tenemos que limitarnos a las realidades de los milagros. Podemos ocultarnos tras el velo de la ciencia y decir que la droga fue la que falló, o que la enfermedad regresó, o que los pacientes no pudieron enfrentarse a haber perdido décadas de sus vidas. Pero la realidad es que no sabemos ni por qué funcionó ni por qué dejó de hacerlo. Lo que sí sabemos es que al acabarse las posibilidades de lo químico, tuvo lugar otro despertar. Que el espíritu humano es más poderoso que cualquier droga, y que esto es lo que debemos alimentar. Con trabajo, ocio, amistad y familia. Esas son las cosas que importan. Eso es lo que habíamos olvidado. Las cosas más sencillas”. 

Y también el colofón de esta historia: “El Dr. Sayer y su equipo siguieron trabajando con los pacientes postencefalíticos, probando los tratamientos químicos que iban surgiendo. Leonard y muchos otros pacientes experimentaron breves periodos de despertar, pero nunca tan espectaculares como el del verano de 1969. El Dr. Sayer continúa trabajando en un hospital de enfermedades crónicas en El Bronx”. 

Pensamientos de una película con muchas aristas de reflexión: el conocimiento de la enfermedad y sus secuelas, el camino de investigación en búsqueda de un tratamiento (y la consideración de los efectos secundarios), la relación médico-paciente y la ética médica (con el consentimiento informado al frente). Y ese mensaje contundente: cuando fallan los tratamientos farmacológicos, se pueden y deben poner en marcha otras medidas, personales y sociales, para conseguir otros despertares. Y esto nos lo dice un Dr. Malcon Sayer que es el alter ego en la película (y novela) del Dr. Oliver Sacks y su historia con la encefalitis letárgica. E interpretado por Robin Williams, un prolífico actor con tendencia al histrionismo en sus interpretaciones y que ha interpretado el papel de médico en varias ocasiones: todo comenzó con este papel de tímido neurólogo en Despertares, al que le siguieron el papel del competente psiquiatra en El indomable Will Hunting (Gus van Sant, 1997), el revolucionario y humanitario Dr. Hunter en Patch Adams (Tom Shadyac, 1998), el disparatado ginecólogo ruso en Nueve meses (Chris Columbus, 1995) y un doctor enfrentándose a la muerte en Más allá de los sueños (Vicent War, 1998). 

Despertares, una película para prescribir en las facultades de Medicina, alrededor de aquella epidemia de niños que se quedaron dormidos…  

 

miércoles, 9 de octubre de 2024

Un llamamiento a la acción por la salud mental infantil


En el Día Nacional de la Pediatría (conocido como Día P), que se conmemora en España cada 8 de octubre desde hace una década, desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) se ha querido hacer un llamamiento urgente para fijar la atención en uno de los mayores retos sanitarios de nuestra época: la salud mental infantil y adolescente. Este año 20204, bajo el lema "Pediatría y salud mental: construyendo futuros saludables", se quiere destacar la importancia de promover un abordaje integral y especializado para un problema de salud que crece alarmantemente en nuestras consultas. 

Los efectos de la pandemia de COVID-19 agudizaron una situación que ya existía, elevando las tasas de trastornos mentales en niños y adolescentes hasta un 47%. El incremento de episodios de ansiedad, depresión, trastornos alimentarios y adicciones, así como de conductas autolesivas y suicidas exige una respuesta urgente de la sociedad y de los profesionales sanitarios. 

Por ello, desde la AEP hemos se ha elaborado un manifiesto dirigido a las autoridades sanitarias, educativas y sociales y a las instituciones en el que planteamos propuestas claras para enfrentar esta crisis y detener el aumento de casos durante las primeras etapas de la vida. A través de este manifiesto (que se puede leer de forma completa en este enlace), la AEP enumera los principales desafíos en torno a la salud mental de los menores y plantea propuestas para enfrentar esta crisis. Los principales puntos son: 

1. El aumento de trastornos: una emergencia en nuestras consultas 
Urgimos a implementar programas de prevención de salud mental desde los primeros niveles de atención, con protocolos específicos para el cribado en edades clave y la intervención temprana en las escuelas y los centros de salud. 

2. Faltan profesionales especializados en salud mental infantil 
Reclamamos más formación especializada en salud mental para los pediatras. Consideramos vital que los residentes en pediatría roten durante su formación en servicios de psiquiatría infantil y que los profesionales en ejercicio tengan acceso a formación continuada. 

3. La atención multidisciplinar: un imperativo 
Instamos a la creación de equipos multidisciplinares en los centros de atención primaria, donde los pediatras puedan trabajar de manera coordinada con otros especialistas para garantizar una atención integral a los niños y adolescentes con trastornos de salud mental. 

4. Incremento de la gravedad de los casos: es fundamental actuar a tiempo 
Solicitamos un aumento de los recursos hospitalarios y el desarrollo de programas de hospitalización de día y atención domiciliaria para evitar la saturación de los hospitales y garantizar un tratamiento adecuado a los casos más graves. 

5. El rol de las familias en la salud mental infantil 
Hacemos un llamamiento a establecer alianzas con entidades del ámbito educativo y social para implementar programas de apoyo y formación que acompañen y guíen a las familias. Es fundamental fortalecer la comunicación entre profesionales de salud, familias y estas entidades, creando un entorno de confianza que permita a los padres identificar problemas y actuar de manera temprana. 

6. El reconocimiento de las especialidades pediátricas: una necesidad impostergable 
Exigimos el reconocimiento oficial de las especialidades pediátricas, que abarcan áreas como urgencias, neurología o endocrinología, entre otras. Este reconocimiento es una vía indispensable para mejorar la calidad de la atención pediátrica y garantizar que todos los menores reciban el tratamiento adecuado según sus necesidades específicas. 

Un Día P que ocurre en una fecha muy especial también para mí... Quizás nada sea casualidad en la vida. Y una oportunidad para que se escuchen las reivindicaciones. Y cabe decir bien claro que la atención de la salud mental infantil está lejos de estar bien solucionado en nuestro sistema sanitario.

lunes, 7 de octubre de 2024

In memoriam de Leo Perdikidis, un gran pediatra en su más amplio sentido

 

El Comité de Pediatría Basada en la Evidencia de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y Grupo de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEPap (Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria) está constituido por pediatras de atención hospitalaria y atención primaria de España y Latinoamérica, y que tiene su foro de difusión principal en la revista Evidencias en Pediatría.  Durante estas dos décadas de existencia han participado muchos pediatras, algunos permanecemos desde el inicio (principios del siglo XXI) y otros han ido incorporándose a lo largo del tiempo. Y lo mejor del grupo son el compromiso, rigor e independencia de cada uno de sus miembros, ya todos ellos “amigos basados en la evidencia”. 

Y hoy el homenaje es para el primer compañero que hemos despedido en el grupo, a un gran pediatra y un gran amigo, en el más amplio sentido de la palabra, al Dr. LEO PERDIKIDIS. Y por ello en el último número de Evidencias de Pediatría le dedicamos este In memoriam de parte de todo el equipo, cuyo mensaje, lleno de sentido y sensibilidad, se puede revisar en este enlace con el título “Hasta siempre Leo”.  

Personalmente, conocí a Leo como residente mayor de Pediatría cuando comencé mi formación MIR en el Hospital Infantil La Paz en el año 1986. Y el era el más grande, con esa corpulencia cercana a los 2 metros de altura, y como en el cuento de Roald Dahl fue "nuestro amigo el gigante", pues su corazón y coraza era lo que sobresalía. Y nos reencontramos hace dos décadas con el comienzo del Comité de Pediatría Basada en la Evidencia, donde fuimos durante años pareja de hecho en la realización de los archivos valorados críticamente de Evidencias en Pediatría (hasta un total de 20 de forma conjunta). Y Leo siempre ha estado ahí, con su inquietud por aprender y su ilusión por colaborar, su discreción y buena voluntad. 

Y me he dado cuenta que tu sombra siempre me arropó: cuando hice el discurso de ingreso en ASEMEYA allí estabas a mi lado, si daba una charla en la Universidad de Alcalá, no faltaba tu presencia,... Y verte me daba felicidad y paz. Personas como tú, Leo, hacen de este mundo un lugar mejor. ¡Qué suerte tenerte siempre a nuestro lado, amigo! A buen seguro que su recuerdo nos despertará una sonrisa, la que dejan las personas que como tú. 

El próximo 18 y 19 de octubre realizaremos en la sede de la AEP la reunión anual del Comité de Pediatría Basada en la Evidencia, y nuestra cena de hermandad será en un restaurante griego, en honor a Leo Perdikidi (cuyo apellido denota sus orígenes) y chocaremos nuestras copas a tu salud, allí donde ahora nos ves: “¡Yiamas!”. 

Y termino con esta bendición irlandesa que regresa en honor al amigo que siempre recordaremos: 

"Que los caminos se abran a tu encuentro, 
que el sol brille sobre tu rostro, 
que la lluvia caiga suave sobre tus campos, 
que el viento sople siempre a tu espalda. 

Que guardes en tu corazón con gratitud 
el recuerdo precioso 
de las cosas buenas de la vida. 

Que todo don de Dios crezca en ti 
y te ayude a llevar la alegría 
a los corazones de cuantos amas. 

Que tus ojos reflejen un brillo de amistad, 
gracioso y generoso como el sol, 
que sale entre las nubes 
y calienta el mar tranquilo. 

Que la fuerza de Dios te mantenga firme, 
que los ojos de Dios te miren, 
que los oídos de Dios te oigan, 
que la Palabra de Dios te hable, 
que la mano de Dios te proteja, 
y que, hasta que volvamos a encontrarnos, 
Dios te tenga, y nos tenga a todos, 
en la palma de su mano."

Hasta siempre mi "evidente" amigo Leo...

sábado, 5 de octubre de 2024

Cine y Pediatría (770) “Sala de profesores”, desconcertante reacción en cadena


Son decenas las películas que en Cine y Pediatría hemos analizado en relación con la docencia en las aulas, ese punto de encuentro de alumnos y profesores. Pero la que hoy vamos a comentar tiene algo de particular. Porque Sala de profesores (Ilker Çatak, 2023) es una impresionante película alemana donde este director turco-alemán (también coguionista) nos relata un drama tenso en formato thriller rodado entre los muros de un colegio con mucha capas, allí donde un incidente pequeño provoca una reacción en cadena de grandes proporciones y que nos devuelve una visión del mundo de la pedagogía desconcertante. La película ha sido multipremiada en diferentes festivales de cine y fue nominada como mejor película internacional en los premios Óscar de 2024, premio que recayó en la película británica La zona de interés (Jonathan Glazer, 2023). 

La protagonista principal es Carla Nowak (Leonie Benesch), una joven profesora polaca que ha comenzado a trabajar en una escuela alemana, Se aprecia que es una profesora idealista y de fuertes convicciones morales, a la que le toca asumir las asignaturas de matemáticas y gimnasia en una clase de secundaria. Llama la atención esa particular manera de comenzar sus clases, con ese particular “guten tag”, así como esas palmadas de toda la clase para ordenar silencio. Pero la noticia de que han ocurrido una serie de robos (de dinero y material escolar) en la escuela desencadena una serie de hechos que le harán enfrentarse a niños agresivos que pierden el respeto, a padres ofensivos y acusadores, a compañeros poco solidarios, a un sistema educativo ineficaz e, incluso, a sus propios principios. 

La directora y su administración están llevando a cabo una investigación que comienza interrogando a los dos delegados de clase, a quien se les recuerda: “Será mejor no contar lo que hemos hablado”. La sospecha inicial recae en un alumno inmigrante turco que está en la clase de Carla, pero el proceder no convence a la profesora, por lo que un compañero le reprende: “Entiendo su indignación, pero usted no sabe desde cuándo lleva pasando esto. Hay gente aquí robando todo lo que puede y más. Tenemos que actuar cuando se presenta la ocasión”. 

Mientras convive con la rebeldía de sus alumnos preadolescentes y las incoherencias de sus colegas, su sospecha sobre quién puede haber sido el causante de los robos lo desestabiliza todo. Y la historia avanza con un cierto tono de thriller con esa particular banda sonora de Marvin Miller, inquietante entre las aulas, pasillos, patio de recreo… y en la sala de profesores. No ocurre nada extraordinario, pero es que lo ordinario que visualizamos no nos da respiro en ese pequeño mundo que es un centro escolar y que se nos presenta como representativa de nuestra convulsa sociedad, entre los derechos y deberes, entre el racismo y el clasismo, entre la libertad de prensa y las redes sociales y, especialmente, en lo complicado que lo tienen lo profesores para impartir una educación en valores. Y todo ello mientras la cámara sigue constantemente el rostro de Carla, una Leonie Benesch en estado de gracia, y quien se debate con su propia brújula moral. 

Y en Sala de profesores hay escenas que vale la pena destacar. La tutoría con los padres y ese enfrentamiento con una madre: “Los padres tienen derecho a ser lo que pasó. Los padres tienen derecho a saber que la profesora de sus hijos irá a juicio…¿Quieren saber lo que ha pasado? Esta mujer ha grabado vídeos a escondidas en el colegio de los trabajadores ¡Ha estado espiando! ¡Acusando! Con calumnias y difamaciones. ¡De todo! Ha arruinado una vida con sus suposiciones. Yo no me creería una palabra de lo que diga. Avergüencese…”. También la entrevista de los alumnos para la revista del colegio y ese tercer grado a Carla con su “Queremos saber que pasa en el colegio”. O la amenaza de ese alumno, Oskar, que defiende a su madre, e intenta que su profesora se retracte: “Discúlpese con mi madre públicamente o sufrirá las consecuencias”. Todo esto hace que el caos, la insubordinación y la violencia se apoderen de la clase y en la sala de profesores deciden expulsar a Oskar durante 10 días y revalorar luego. Y aunque Carla dice a los alumnos aquello de que “Lo que pasa en la sala de profesores se queda allí”, realmente todo trasciende. 

Y todo esto transcurre con una interpretación tan veraz que vivimos muy de cerca los sentimientos de la profesora. Y es sorprende su capacidad de contención para lo que tiene que vivir…, hasta que solicita a sus alumnos que griten, en una de las escenas que más se recuerdan. Y que nos lleva a un desconcertante final…, donde quizás esperábamos algo más. Pero donde entendemos que el robo era un simple “macguffin” para conformar esta historia, allí donde el dictado de tolerancia cero del centro escolar conduce a la denuncia, la sospecha y la exclusión, en lugar de crear un espacio seguro

Porque en Sala de profesores el director Ilker Çatak plantea preguntas morales que no permiten respuestas sencillas, y que nos permite reflexionar sobre lo difícil que es distinguir entre el bien y el mal, allí donde Leonie Benesch nos transfiere de forma magistral la desesperación cada vez mayor de su personaje, con sonrisas inseguras y miradas nerviosas persistentemente. Quizás igual que las nuestras o de la de aquellos profesores que hayan vivido situaciones similares. 

No puedo terminar el análisis de esta película, sin comentar que la sensación de inquietud que me ha provocado fue, de alguna manera, la que sentí en su momento con la película danesa La caza (Thomas Vinterberg, 2012), esa caza a la presunción de inocencia de Lucas, un maestro de guardería, magníficamente interpretado por Mads Mikkelsen. Y también desgarradora y con un final desconcertante. 

 

miércoles, 2 de octubre de 2024

Nuevo número de Evidencias en Pediatría: septiembre 2024


Un nuevo trimestre y un nuevo número trimestral de la revista Evidencias en Pediatría ha llegado: ciencia con calidad y conciencia. 

El número libre en todos sus contenidos pueden ser consultados en este enlace, pero os dejamos los temas tratados. 

Editorial: 

Distinción entre infección vírica o bacteriana en la urgencia de Pediatría: un paso adelante en un dilema que continúa no resuelto 

In memoriam. Leo Perdikidis Olivieri 

Artículos Valorados Críticamente: 

Más evidencia sobre la eficacia y seguridad de nirsevimab: ¿suficiente para su uso universal? 

El diagnóstico prenatal de transposición de grandes arterias se asocia a peores resultados posoperatorios tempranos 

Los niños con ronquido primario o síndrome de apneas/hipopneas del sueño leve no se benefician de la adenoamigdalectomía 

¿Es el trastorno del espectro autista un diagnóstico persistente en el tiempo? 

Una nueva vacuna en la lucha contra el dengue 

Hígado graso: ¿es necesario revisar las escalas de diagnóstico no invasivo? 

Una prueba diagnóstica, que integra niveles circulantes de tres proteínas de respuesta inmune, puede ser útil para diferenciar entre infección vírica y bacteriana en niños con fiebre 

Eosinófilos en sangre de preescolares con sibilancias recurrentes como predictor de asma 

Comentario asociado: 

Análisis de la eficacia y seguridad de una nueva vacuna contra el dengue 

Fundamentos de Medicina Basada en la Evidencia: 

Herramientas para cálculo de tamaño muestral