Robert Mulligan (1925-2008) fue un director estadounidense de cine y televisión adscrito al movimiento del Nuevo cine estadounidense y, más concretamente, a la llamada “generación de la televisión”, junto con Stanley Kramer y Robert Altman, pero donde se incorporaron otros nombres: Sidney Lumet, Martin Ritt, Arthur Penn o John Frankenheimer.
Robert Mulligan fue un cineasta bastante controvertido y ecléctico, cuya trayectoria se pasea a lo largo de tres décadas por el Hollywood clásico en todos los géneros: del western a la comedia sentimental, del film fantástico a la comedia musical, del drama al cine policíaco. Pero algo destacamos en Robert Mulligan: en sus películas ha abordado a menudo el tema del paso de la niñez a la adolescencia (para el que se usa frecuentemente el anglicismo coming of age) y también la educación sentimental, habiéndosele comparado como una especie de Francois Truffaut americano (por cierto, Truffaut fue un ferviente admirador de Mulligan).
Porque Robert Mulligan poseía una especial sensibilidad para retratar el mundo infantil y adolescente, sin caer en los clásicos estereotipos ni vestirlos con esa postiza inocencia que Hollywood suele atribuirles. Y con estas películas creó casi el origen de un subgénero con características propias y valgan para ello cinco ejemplos de su filmografía.
- Matar a un ruiseñor / To Kill a Mockingbird (1962). Es su obra maestra, basada en la novela homónima de Harper Lee, donde se narra el drama racial contado a través de los ojos de una niña. Atticus Finch (Gregory Peck) es un honesto abogado viudo con dos hijos pequeños (Scout y Jem) que vive en una pequeña ciudad del estado de Alabama en la década de 1930. Destacar que la película está narrada desde el punto de vista de la hija Scout (magnífica Mary Badham), una inquieta niña que despierta a la realidad asistiendo a lo que se experimenta cuando uno se topa con la injusticia y la arbitrariedad.
Pero Matar a un ruiseñor alcanzó más tarde otra distinción quizá más significativa: en una encuesta desarrollada por el American Film Institute a principios del siglo XX colocó al personaje de Atticus Finch en el primer lugar entre la nómina de héroes favoritos del cine, junto al Dr Hanibal Lecter (El silencio de los corderos / The Silence of the Lambs; Jonathan Demme, 1991) y por delante de Indiana Jones (En busca del arca perdida / The Silence of the Lambs; Steven Spielberg, 1981), y otros. Y por ello Matar a un ruiseñor ya es una película emblemática.
- Verano del 42 / Summer of '42 (1971). Gran éxito de crítica y de público, siendo su argumento la iniciación a la sexualidad de los adolescentes con un visión de hace medio siglo. Narra los amores platónicos entre Hermie (Gary Grimes), un adolescente de 14 años, y Dorothy (bellísima Jennifer O´Neill), una joven casada cuyo esposo está en el frente de batalla durante la Segunda Guerra Mundial. Y donde, a buen seguro, a todos nos sonará la banda sonora de Michel Legrand ("The summer knows"), quien ganó el Óscar a la mejor música original, único premio de las cinco nominaciones de esta película a los Premios de la Academia. Inolvidable ese primer amor de verano y la pérdida de la inocencia.
- El otro / The Other (1972). Esta película es la antítesis de la anterior: se pasa de un coming of age romántico a un thriller psicológico. Aquí se nos narra la historia de dos hermanos gemelos de 11 años de aspecto angelical (Niles y Holland), allí donde Holland, quien era un niño cruel, murió dos años atrás en un accidente, y vive Niles, un niño bueno y tranquilo, incapaz de aceptar la muerte de su gemelo. Un filme morboso y difícil, quizás una de las más crueles, malsanas y escalofriantes que ha narrado el cine de terror… y todo sin efectos especiales ni derramar sangre, y en donde continuamente brilla la luz y el sol del verano en la campiña de la década de 1930.
- El corazón de Clara (El desafío de una mujer) / Clara's Heart (1988). Basada en la exitosa novela homónima de Joseph Olshan, donde un matrimonio acaba de perder a su hija y, tras el doloroso acontecimiento, viajan a Jamaica para pasar una temporada. Allí conocen a Clara (Whoopi Goldberg), una mujer llena de sabiduría que trabaja como asistenta y acaba estableciendo un fuerte lazo de cariño y amistad don David, el otro hijo del matrimonio,
- Verano en Louisiana / The Man in the Moon (1991). Fue la última película en la filmografía de Robert Mulligan, una icónica película basada en hechos reales sobre el primer amor de juventud en la que nos enamoramos con el conmovedor debut de una joven actriz de 14 años llamada Reese Witherspoon.
Y el análisis en profundidad de estas películas se puede revisar en reciente artículo publicado en el último número de la revista Arte y Medicina, que se puede revisar en las páginas 22 a 29. Porque es así como este neoyorquino nacido en tiempos de la Gran Depresión, Robert Mulligan, definió un estilo en el que a menudo se remite a los recuerdos de la infancia y adolescencia de sus personajes y una revisión crítica, no exenta de valores éticos y épicos, de la historia de su país. Y todo ello desde el Nuevo cine estadounidense de un Hollywood de hace varias décadas.