Diana Baumrind (1927- 2018) fue una psicóloga clínica, especializada en psicología del desarrollo, conocida por su investigación sobre los estilos de crianza parental. Su trabajo pionero en la década de 1960 identificó tres estilos parentales iniciales, a los que posteriormente Maccoby y Martin añadieron un cuarto. Estos estilos se basan en dos dimensiones clave del comportamiento parental: la exigencia (el grado en que los padres establecen reglas y esperan obediencia) y la respuesta (el grado en que los padres son sensibles a las necesidades de sus hijos, los apoyan y se comunican con ellos).
Los estilos de crianza son importantes debido a que la forma en que un padre interactúa con su hijo sienta las bases para el desarrollo social y emocional futuro del niño. He aquí los cuatro estilos.
1. Estilo Autoritario
• Características: Alto en exigencia y bajo en respuesta. Los padres autoritarios son estrictos, establecen muchas reglas y esperan obediencia sin cuestionamientos. Utilizan el castigo y la disciplina firme, a menudo sin explicar las razones detrás de las reglas. La comunicación suele ser unidireccional, de padres a hijos.
• Impacto en los hijos: Los niños criados bajo este estilo tienden a ser obedientes y competentes, pero pueden ser menos felices, tener baja autoestima, ser más ansiosos y tener dificultades para tomar decisiones por sí mismos. Pueden mostrarse más agresivos fuera de casa.
2. Estilo Permisivo o Indulgente
• Características: Bajo en exigencia y alto en respuesta. Los padres permisivos son cálidos y afectuosos, pero establecen pocas reglas y límites. Son indulgentes y evitan la confrontación. Tienden a ser más amigos que figuras de autoridad.
• Impacto en los hijos: Los hijos de padres permisivos pueden tener dificultades con la autodisciplina y el autocontrol. Pueden ser impulsivos, inmaduros, demandantes y tener problemas con la autoridad. Aunque suelen tener buena autoestima y habilidades sociales, pueden presentar bajo rendimiento académico y mayores problemas de conducta.
3. Estilo Democrático
• Características: Alto en exigencia y alto en respuesta. Los padres autoritativos establecen reglas claras y expectativas elevadas, pero también son cálidos, sensibles y comunicativos. Explican las razones detrás de las reglas, escuchan las opiniones de sus hijos y fomentan la independencia dentro de los límites establecidos. Utilizan la disciplina con apoyo y razonamiento, en lugar de castigos severos.
• Impacto en los hijos: Los niños criados con este estilo tienden a ser más felices, seguros de sí mismos, socialmente competentes, responsables y con mejor rendimiento académico. Desarrollan buenas habilidades de autorregulación y toma de decisiones. Este estilo se considera el más beneficioso para el desarrollo infantil en culturas occidentales.
4. Estilo Negligente o No involucrado
• Características: Bajo en exigencia y bajo en respuesta. Los padres negligentes muestran poco interés en la vida de sus hijos. Proporcionan las necesidades básicas, pero son emocionalmente distantes, no establecen reglas ni límites, y no supervisan a sus hijos de manera adecuada. A menudo están centrados en sus propios problemas.
• Impacto en los hijos: Los niños criados en este ambiente suelen tener baja autoestima, problemas de conducta, bajo rendimiento académico, dificultades en las relaciones sociales y un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental y abuso de sustancias. Este estilo tiene los resultados más negativos en el desarrollo infantil.
Según esto, el modelo de Baumrind ofrece un marco valioso para comprender cómo los diferentes enfoques parentales pueden influir en el desarrollo de los niños. Si bien cada estilo tiene sus propias características e impactos, la investigación sugiere consistentemente que el estilo democrático se asocia con los resultados más positivos para los niños. Este estilo logra un equilibrio entre establecer límites claros y ofrecer calidez y apoyo, fomentando así el desarrollo de niños competentes y bien ajustados.
Es importante tener en cuenta que estos estilos representan categorías generales y que la práctica parental real puede ser más compleja y variar en diferentes situaciones y a lo largo del tiempo. Además, el contexto cultural también influye en la efectividad de los diferentes estilos de crianza. Pero no deja de ser una buena orientación.
Pues bien, estos estilos de crianza son equiparables, de alguna forma, a los estilos de liderazgo (y como pediatras, ambos nos tocan muy de cerca). Porque el liderazgo en las organizaciones es la capacidad de influir, motivar y guiar a un grupo de personas hacia el logro de objetivos comunes. Va más allá de la simple autoridad o gestión, ya que implica inspirar confianza, fomentar la colaboración y crear una visión compartida. Un líder efectivo no solo dirige, sino que también apoya, desarrolla y empodera a su equipo.
Es importante destacar que no existe un único estilo de liderazgo "mejor" para todas las situaciones. La efectividad de un estilo de liderazgo depende de diversos factores, como la cultura organizacional, la naturaleza de la tarea, las características del equipo y la situación específica. Un líder eficaz a menudo utiliza una combinación de diferentes estilos según las circunstancias, pero está claro que el liderazgo democrático o participativo tiene mucho ganado para el equipo y para el que lo lidera.
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