miércoles, 17 de diciembre de 2025

Terapia cinematográfica (18). Prescribir películas para entender la transexualidad en la infancia y adolescencia


La transexualidad, entendida como la disonancia entre la identidad de género de una persona y el sexo que le fue asignado al nacer, es un tema complejo que ha ganado visibilidad y comprensión en las últimas décadas. No se trata de una elección o una enfermedad mental, sino de una parte intrínseca de la identidad de una persona. La OMS dejó de considerarla un trastorno mental en 2018, reclasificándola bajo "condiciones relacionadas con la salud sexual". Las personas transexuales no se identifican con su sexo biológico, y desean vivir y ser aceptadas como miembros del sexo opuesto. Cuando ello se acompaña de angustia, ansiedad y malestar, se habla de disforia de género (para reconocer la angustia que puede causar la incongruencia) como una condición médica que requiere atención, no un problema psicológico. 

El proceso de las personas trans es un camino personal y, a menudo, conflictivo, marcado por una significativa presión social, estigmatización, discriminación y, en muchos casos, violencia. Esto puede generar graves problemas de salud mental como depresión, ansiedad, autolesiones e ideación suicida. El apoyo familiar y social juega un papel crucial en la mitigación de estos riesgos. 

Y también debe ser bien entendido por la Pediatría y los pediatras, pues es un camino que muchas veces comienza ya en la infancia y adolescencia. La Guía para la atención del adolescente LGBTI publicada por Academia Americana de Pediatría en el año 2013 ya recomendaba tres puntos razonables: 1) que los pediatras sean receptivos y den la bienvenida a todos los jóvenes, independientemente de su orientación sexual; 2) que los pediatras conozcan y estén disponibles para responder preguntas y corregir la información errónea acerca de ser lesbiana, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero o intersexual; 3) que los pediatras se familiaricen con las organizaciones locales y nacionales que sirven a los jóvenes de minorías sexuales y sus familias. 

Históricamente, el cine ha perpetuado estereotipos negativos y, en el mejor de los casos, ha relegado a los personajes trans a un segundo plano. Sin embargo, en las últimas décadas, se ha observado un cambio significativo hacia representaciones más matizadas, auténticas y protagonizadas por personas trans. El objetivo final es normalizar la identidad trans y mostrarla como lo que es: una parte natural y digna de la experiencia humana, más allá del drama, la tragedia o la patología. 

Y este mismo recorrido hoy lo vamos a realizar a través de aquellas películas sobre la transexualidad donde la infancia y adolescencia tienen un especial protagonismo. Y desde esta sección de Terapia cinematográfica hoy recogemos 7 películas argumentales alrededor de la transexualidad en la infancia y adolescencia. Estas películas son, por orden cronológico de estreno: 

- Boys Don´t Cry (Kimberly Peirce, 1999), para reivindicar el respeto a las personas transgénero y no tener que llorar por la transfobia. 

- 3 generaciones (About Ray (3 Generations), Gaby Dellal, 2015), para reconocer (y respetar) el arco iris entre las distintas generaciones familiares. 

- Girl (Lukas Dhont, 2018), para entender que el cuerpo puede ser la cárcel en el proceso de tránsito, y brotan heridas. 

- Lola (Lola vers la mer, Laurent Micheli, 2019), para comprender la importancia de la superación de prejuicios y la reconciliación familiar en la transexualidad de un hijo o hija. 

- Una niña (Petite fille, Sébastien Lifshitz, 2020), para entender el amor incondicional de una familia que lucha por la felicidad de su hija trans desde su infancia. 

- Gabi, de los 8 a los 13 años (Gabi, 8 till 13 år, Engeli Broberg, 2021), para viajar de la infancia a la adolescencia, de la transición a la aceptación. 

- 20.000 especies de abejas (Estibaliz Urresola Solaguren, 2023) , para abrazar la luminosidad de la infancia trans en la compresión de la identidad de género. 

Siete películas argumentales para entender la transexualidad y favorecer el camino de transición desde la infancia y adolescencia, un aspecto sobre el que se ha avanzado mucho, pero donde aún resta mucho por caminar. 

Se puede revisar el artículo completo en este enlace o en este otro. 

lunes, 15 de diciembre de 2025

Lectura crítica (II): Aplicación en artículos científicos sobre intervenciones terapéuticas, revisiones sistemáticas y metanálisis


Siguiendo con los artículos encargados por Anales de Pediatría al Comité de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEP-AEPap hoy compartimos el titulado “Lectura crítica (II): Aplicación en artículos científicos sobre intervenciones terapéuticas, revisiones sistemáticas y metanálisis”, un artículo que aborda la metodología para la lectura crítica de estudios relacionados con ensayos clínicos y revisiones sistemáticas (y metanálisis), estudios que, cuando están bien diseñados y ejecutados, proporcionan la mejor evidencia para la toma de decisiones clínicas. El artículo completo se puede revisar en este enlace.  

Los ensayos clínicos son la fuente primaria para evaluar intervenciones terapéuticas y las revisiones sistemáticas (con o sin metanálisis) analizan y sintetizan los estudios de calidad para responder a una pregunta clínica específica. Para evaluar su validez, es fundamental que pretendan responder a una pregunta concreta en cuanto a población, intervención y resultados que se van a evaluar y que en su desarrollo, desde el diseño hasta la publicación, se elimine al máximo el riesgo de sesgos. En este artículo se abordan los pasos para analizar si un ensayo clínico o una revisión sistemática cumple los criterios para que sus resultados sean fiables (validez). Una vez confirmado este hecho, debemos analizar tanto su magnitud como su relevancia clínica, así como la aplicabilidad en nuestros pacientes concretos. 

Y con este artículo finalizamos la publicación de los seis que componen el monográfico de Anales de Pediatría titulado Metodología para la investigación y publicación científica en pediatría.  

Para cualquier ampliación sobre estos temas u otros relacionados con la medicina basada en la evidencia (o en pruebas científicas), cabe consultar el libro que publicamos desde el Comité de Pediatría Basada en la Evidencia, bajo el título de “Medicina basada en la evidencia” y con el subtítulo de “Lo que siempre quiso saber sobre la evidencia aplicada a la práctica clínica sin morir en el intento”. Y cuya consulta es gratuita en a través del enlace a su libro electrónico

sábado, 13 de diciembre de 2025

Cine y Pediatría (831) “Bienvenido a la montaña” y a la importancia de las escuelas integradas rurales


La fusión de alumnos y profesores en muy diversos centros docentes (desde el parvulario a la universidad, pasando por la escolarización de primaria y secundaria) se ha constituido en casi un subgénero dentro del séptimo arte. Películas de todas las cinematografías, pero donde destaca el cine procedente de Francia y Estados Unidos, tanto en películas de ficción como documentales. Historias de la que derivan diferentes temas clave para la reflexión, pero en donde destacan aquellos argumentos alrededor de docentes de origen atípico y con profundo compromiso con la enseñanza de sus alumnos, con aires de renovación y ruptura. Algunos ejemplos al respecto, ya vistos en Cine y Pediatría, son Adiós, Mr. Chips (Sam Wood, 1939), El milagro de Ana Sullivan (Arthur Penn, 1962), Ángeles sin paraíso (John Cassavettes, 1963), Rebelión en las aulas (James Clavell, 1967), Un profesor singular (Marco Ferreri, 1979), El club de los poetas muertos (Peter Weir, 1989), Mentes peligrosas (John N. Smith, 1995), Profesor Holland (Stephen Herek, 1995), La sonrisa de Mona Lisa (Mike Newell, 2003), Half Nelson (Ryan Fleck, 2006), Diarios de la calle (Richard LaGravenese, 2007), Al frente de la clase (Peter Werner, 2008), Profesor Lazhar (Philippe Falardeau, 2011), La historia de Marie Heurtin (Jean-Pierre Améris, 2014), La profesora de parvulario (Sara Colangelo, 2018),… 

Y a este listado hoy podemos suma una más: la película italiana Bienvenido a la montaña (Riccardo Milani, 2024), que nos narra la historia de Michele Cortese (Antonio Albanese), un profesor romano hastiado de su profesión tras cuatro décadas en la ciudad, y quien logra su sueño de trasladarse a una pequeña escuela rural, por nombre Cesidio Gentile, en el Parque Nacional de los Abruzos, en un pueblo con menos de 400 habitantes. 

Pese a que los inicios son complejos (el pueblo está bloqueado por la nieve y el frío y los pocos compañeros de la escuela no entienden que hace allí), logra integrase con la ayuda de la subdirectora Agnese (Virginia Raffaele) y sus siete alumnos de diferentes cursos y edades, chicos y chicas espabilados cuyo objetivo de mayor es ser “youtubers”. Las ideas que Michele les transmite no siempre no son entendidas por los padres, como ese mensaje “Tenéis que salvar el mundo antes de cenar”. Si bien Agnese le intenta poner los pies en el suelo:”Aquí no estamos en un mudo de ensueño. Aquí estamos en un mundo aparte… Llueva, nieve o truene, la escuela no debe cerrar nunca”. Porque el principal reto de estos docentes es luchar contra la resignación de los habitantes de los pueblos pequeños. 

Pero la idílica calma se rompe al saber que el centro cerrará por falta de estudiantes al finalizar el curso. Y el cierre de un colegio rural suele marcar el principio del fin de un pueblo. Por ello Agnese y Michele inician una carrera contrarreloj contra la burocracia para salvar la escuela, movilizando a la comunidad. Porque necesitan al menos 8 niños para una escuela integrada, según le transmiten los gestores, pues “los números son los números”, les repite la funcionaria. Y es que la baja natalidad y la partida de las familias a las ciudades no hacen fácil mantener las escuelas rurales; por fortuna, la la crisis humanitaria desencadenada por la guerra de Ucrania les permite acoger alumnos ucranianos y salvar la situación, lo que plantea ese debate entre la despoblación rural y la inmigración. 

Quizás la última parte de la historia, con ese final (excesivamente) feliz es quizás lo menos creíble de la historia. Y ese lema de Agnese a sus alumnos: “Este año hemos aprendido que la escuela es nuestra”. Si es significativo el homenaje al personaje de Ceisidio Gentile, nombre de la escuela unificada, en honor a este poeta y pastor abruzzense (1847-1914), cuya figura se usa en el filme como símbolo de la cultura rural y de la identidad de las comunidades de montaña. Y también es simbólico conocer que la mayoría de los personajes que aparecen en la película, alumnos y familiares incluidos, son vecinos de Pescasseroli, el pequeño pueblo de montaña donde nació nuestro poeta y donde se grabó la película. Todo un homenaje… 

Porque Bienvenido a la montaña es una película sencilla, lineal y sin aspavientos de guion, y que nos acerca al contraste entre la vida urbana y el mundo rural aislado de la Italia vaciada, mostrando la adaptación de Michele a retos como el clima hostil y la resignación local. Aborda el despoblamiento rural, la indiferencia institucional y la lucha por mantener servicios esenciales como la educación pública en zonas marginadas. Y que también nos deja algunas reflexiones, entre las que podemos  destacar: el poder de la unión comunitaria para superar adversidades, transformando prejuicios iniciales (como hacia los inmigrantes) en solidaridad inclusiva; enfatizar la importancia de preservar la educación rural como pilar de identidad cultural y esperanza frente al abandono estatal y la despoblación; y donde el personaje de Michele subraya su evolución personal, es que va del desencanto urbano a la pasión renovada por enseñar- 

Una película que aborda el despoblamiento de la Italia rural, conocido como "Italia vaciada", donde comunidades montañosas luchan por la supervivencia ante la migración hacia ciudades y la indiferencia burocrática. Un panorama que es trasladable a nuestra “España vaciada”, donde la falta de inversión estatal en servicios básicos como la educación en zonas periféricas, amenazan siempre la continuidad cultural y demográfica. Y un mensaje clave en Bienvenido a la montaña es el de proponer la educación como herramienta de cohesión social y resistencia contra el despoblamiento rural, promoviendo valores de resiliencia y democracia participativa en contextos  marginados.