Debido a los avances en los cuidados obstétricos y neonatales, el número de niños que nacen prematuramente y su supervivencia se han incrementado significativamente durante las últimas décadas. La disminución de la mortalidad sin aumentar la morbilidad y sus secuelas constituye uno de los retos más importantes de la medicina perinatal, sobre todo en el grupo de menor edad gestacional (EG): 22-26 semanas.
En este grupo de recién nacidos (RN), al límite de la viabilidad, las decisiones acerca de los cuidados obstétricos y neonatales continúa siendo un problema clínico y ético de gran trascendencia para profesionales y familias.
En España no existen estudios que hayan analizado la morbimortalidad específica por EG, ofreciéndose habitualmente los resultados globales para todo el grupo de RN al límite de la viabilidad. Por otra parte, la variabilidad en las definiciones operativas, junto con el hecho de que habitualmente sean datos procedentes de un solo centro, hacen que los resultados sean difícilmente generalizables. El conocimiento de los resultados de una amplia área con un similar entorno cultural y organizativo podría constituir una base ideal para la toma de decisiones, así como una útil referencia para los programas de mejora continua de la calidad asistencial.
Y este es el objetivo del recién estudio publicado en Anales de Pediatría y que procede de la base de datos multihospitalaria española SEN1500: conocer las tasas específicas de supervivencia al alta hospitalaria y de supervivencia sin morbilidad mayor conocida en RN con EG ≤26 semanas en España durante el periodo 2004-2010. Se excluyeron los nacidos extramuros, los fallecidos en el paritorio y los que tenían malformaciones incompatibles con la vida.
Los resultados obtenidos, sobre un total de 3.236 pacientes, es que la supervivencia específica por EG fue de 12,5, 13,1, 36,9, 55,7 y 71,9% a las 22, 23, 24, 25 y 26 semanas de EG, respectivamente. La supervivencia sin hemorragia intracraneal grave, leucomalacia periventricular, displasia broncopulmonar y/o retinopatía de la prematuridad fue del 1,5, 9,5, 19,0 y 29,9% a las 23, 24, 25 y 26 semanas, respectivamente.
Según estos datos, en España, la supervivencia sin morbilidad mayor en < 23 semanas de EG es excepcional, y en RN de 23 y 24 semanas, muy baja. Los RN ≥25 semanas de EG tienen posibilidades razonables de supervivencia y, en ausencia de malformaciones mayores u otras complicaciones relevantes, se les debería ofrecer reanimación activa y cuidados intensivos. Pero, para estos datos de partida en España, es fundamental la actualización continua de los datos propios de cada centro y su comparación con los resultados poblacionales de referencia.
El límite de la viabilidad se constituye así en un límite estadístico sujeto a variaciones y a dilemas. Aun cuando la supervivencia de los RN más inmaduros ha ido aumentando en las últimas décadas, definir el límite de la viabilidad sigue siendo hoy complejo y en muchas ocasiones aleatorio, aunque hay un acuerdo para situar este límite entre las semanas 21 a 25. Los datos presentados a nivel global en España (ajustados con los resultados de cada centro) son los que deben regir la toma de decisiones en base a los principios fundamentales de la bióetica y fundamentado en pruebas científicas. De hecho, también versa del mismo tema la editorial anexa al estudio original comentado.